“James Gandolfini es un actor grandioso y un tipo genuinamente divertido.”
Brad Pitt
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La entrega (The Drop)
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Año: 2014.
Director: Michaël R. Roskam.
Reparto: Tom Hardy, James Gandolfini, Noomi Rapace, Matthias Schoenaerts, John Ortiz, Michael Aronov.
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“Quieren su dinero”, descerraja una mujer en cierta escena de La entrega (The Drop) para alarma de su hermano Marv (el añorado James Gandolfini), gerente de un bar de la mafia utilizado como banco ocasional para los emprendedores del Brooklyn más subterráneo y furtivo y al que, precisamente, le han levantado más de 5.000 dólares en un atraco. No obstante, el dinero al que hace alusión la buena señora se refiere a las cuotas de la residencia de ancianos -en suspensión de pagos- donde mantienen con vida al padre de ambos, miserablemente conectado a la vida mediante máquinas.
El contexto es capital para cimentar los fundamentos de La entrega. De ahí que Dennis Lehane se tome su tiempo para dibujar escenario y personajes a la vez que, gota a gota, da cuerpo a dos subtramas a priori distanciadas pero que, merced al libreto, acaban convergiendo y cerniéndose poco a poco sobre el agrio desenlace.
Porque, al fin y al cabo, las dos son parte de un mismo todo. De un universo concentrado que, de idéntica manera, engloba a individuos en principio antitéticos como Marv, un ‘old school’ del barrio que vive con la nostalgia irreparable de una antigua gloria que en realidad no era tal –la incapacidad de superar el pasado es otro de los factores que marcan a unos cuantos personajes-, y su primo Bob (Tom Hardy), un hombre de apariencia cándida que, a pesar de su soterrada tendencia salvífica –el perro, la chica, sacar las castañas del fuego a su pariente-, nunca se inmiscuye en nada, ya sea en comulgar, sea en los chanchullos criminales que medran en el establecimiento del anterior, subastado o regalado de mala manera a causa de la decadencia económica y la cobardía que se ocultaba tras una imaginaria pose de tipo duro.
Con una paciencia innegociable que obliga al público a mantenerse en todo momento a la expectativa, La entrega examina las piezas del puzle y las hace encajar para, finalmente, obtener con estilosa sutileza la fotografía completa de esta América degradada, gélida y antipática que ya desentrañaban otros thrillers coetáneos como Mátalos suavemente o Dolor y dinero. Es asimismo la América de The Wire, donde el juego gira y gira en torno al dólar, libertador y carcelero de sus implicados; siempre dueño.
Como decíamos, mientras Lehane -guionista de algunos capítulos de la obra cumbre del arte audiovisual- desarrolla calma y firmeza la intriga del filme, sostenida por el buen pulso narrativo del belga Michaël R. Roskam, el escenario comienza a aflorar desnudando a esa América del sálvese quien pueda, de trabajadores sin seguros, del proletariado despojado de sueños al que solo le queda el consuelo de la copa en el bar de toda la vida, de las investigaciones criminales pendientes del presupuesto y de donde hasta los templos se venden a bajo precio a los promotores inmobiliarios. Todos quieren su dinero.
Aunque el fondo es apreciable, se echa en falta cierta garra que redondee el conjunto. Quizás su ligera apatía distanciada sea una forma de extrapolar el punto de vista del huidizo protagonista, pero le vendrían bien a La entrega unos gramos más de tensión e intensidad, en especial en lo que se refiere a las relaciones íntimas entre los personajes, un tanto tibias, también a causa de que el personaje femenino de Noomi Rapace no posea un retrato tan minucioso e interesante como el sus dos compañeros de función.
Nota IMDB: 7,9.
Nota FilmAffinity: 6,7.
Nota del blog: 6,5.
Contracrítica