Archivo | septiembre, 2014

La entrega (The Drop)

30 Sep

“James Gandolfini es un actor grandioso y un tipo genuinamente divertido.”

Brad Pitt

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La entrega (The Drop)

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La entrega (The Drop).

Año: 2014.

Director: Michaël R. Roskam.

Reparto: Tom Hardy, James Gandolfini, Noomi Rapace, Matthias Schoenaerts, John Ortiz, Michael Aronov.

Tráiler

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            “Quieren su dinero”, descerraja una mujer en cierta escena de La entrega (The Drop) para alarma de su hermano Marv (el añorado James Gandolfini), gerente de un bar de la mafia utilizado como banco ocasional para los emprendedores del Brooklyn más subterráneo y furtivo y al que, precisamente, le han levantado más de 5.000 dólares en un atraco. No obstante, el dinero al que hace alusión la buena señora se refiere a las cuotas de la residencia de ancianos -en suspensión de pagos- donde mantienen con vida al padre de ambos, miserablemente conectado a la vida mediante máquinas.

            El contexto es capital para cimentar los fundamentos de La entrega. De ahí que Dennis Lehane se tome su tiempo para dibujar escenario y personajes a la vez que, gota a gota, da cuerpo a dos subtramas a priori distanciadas pero que, merced al libreto, acaban convergiendo y cerniéndose poco a poco sobre el agrio desenlace.

Porque, al fin y al cabo, las dos son parte de un mismo todo. De un universo concentrado que, de idéntica manera, engloba a individuos en principio antitéticos como Marv, un ‘old school’ del barrio que vive con la nostalgia irreparable de una antigua gloria que en realidad no era tal –la incapacidad de superar el pasado es otro de los factores que marcan a unos cuantos personajes-, y su primo Bob (Tom Hardy), un hombre de apariencia cándida que, a pesar de su soterrada tendencia salvífica –el perro, la chica, sacar las castañas del fuego a su pariente-, nunca se inmiscuye en nada, ya sea en comulgar, sea en los chanchullos criminales que medran en el establecimiento del anterior, subastado o regalado de mala manera a causa de la decadencia económica y la cobardía que se ocultaba tras una imaginaria pose de tipo duro.

            Con una paciencia innegociable que obliga al público a mantenerse en todo momento a la expectativa, La entrega examina las piezas del puzle y las hace encajar para, finalmente, obtener con estilosa sutileza la fotografía completa de esta América degradada, gélida y antipática que ya desentrañaban otros thrillers coetáneos como Mátalos suavemente o Dolor y dinero. Es asimismo la América de The Wire, donde el juego gira y gira en torno al dólar, libertador y carcelero de sus implicados; siempre dueño.

Como decíamos, mientras Lehane -guionista de algunos capítulos de la obra cumbre del arte audiovisual- desarrolla calma y firmeza la intriga del filme, sostenida por el buen pulso narrativo del belga Michaël R. Roskam, el escenario comienza a aflorar desnudando a esa América del sálvese quien pueda, de trabajadores sin seguros, del proletariado despojado de sueños al que solo le queda el consuelo de la copa en el bar de toda la vida, de las investigaciones criminales pendientes del presupuesto y de donde hasta los templos se venden a bajo precio a los promotores inmobiliarios. Todos quieren su dinero.

            Aunque el fondo es apreciable, se echa en falta cierta garra que redondee el conjunto. Quizás su ligera apatía distanciada sea una forma de extrapolar el punto de vista del huidizo protagonista, pero le vendrían bien a La entrega unos gramos más de tensión e intensidad, en especial en lo que se refiere a las relaciones íntimas entre los personajes, un tanto tibias, también a causa de que el personaje femenino de Noomi Rapace no posea un retrato tan minucioso e interesante como el sus dos compañeros de función.

 

Nota IMDB: 7,9.

Nota FilmAffinity: 6,7.

Nota del blog: 6,5.

Edicto Siglo XXI: Prohibido tener hijos

28 Sep

“No vivo en un mundo de sobriedad.”

Oliver Reed

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Edicto Siglo XXI:

Prohibido tener hijos

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Edicto Siglo XXI. Prohibido tener hijos.

Año: 1972.

Director: Michael Campus.

Reparto: Geraldine Chaplin, Oliver Reed, Diane Cilento, Don Gordon.

Tráiler

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            En el cine no basta con tener ideas ingeniosas y sugerentes: hay que saber expresarlas convenientemente en fotogramas.

Edicto siglo XXI: Prohibido tener hijos, producción británica acerca de una distopía malthusiana similar a la un año posterior pero más conocida Cuando el destino nos alcance, ofrece una tremebunda visión del futuro de una humanidad envuelta en nubes de polución, carente de recursos y aséptica emocionalmente, ya sea como producto de una sociedad gris y egoísta, sea impuesta por un gobierno que, en aras de controlar el excedente de población de la forma más humana posible –es decir, descartando la eutanasia y la esterilización-, acude a la responsabilidad civil del individuo para que renuncie voluntariamente a su esencia biológica: la maternidad (con el incentivo de la pena de muerte en caso de trasgresión, eso sí).

           El guion de Frank de Felitta y Max Ehrlich -quien, avispado, publicaría un año antes del estreno del filme una novela basada en la misma historia que por entonces se encontraba desarrollando en el libreto-, mezcla notorias influencias de la literatura de ciencia ficción, caso del Estado niñera y policial de 1984 o la infancia robotizada de Los superjuguetes duran todo el verano.

A ese cúmulo de préstamos, referencias y saqueos se añade alguna idea interesante acerca del inmediato descalabro del mundo: su acusación directa hacia los poderes económicos y sus deudores poderes políticos y religiosos, la panacea convertida en otro síntoma de una muerte que siempre busca nuevos caminos para imponerse, los rugidos de estómago como contestación inconsciente a un video que reprueba el placer de la gastronomía, la competición familiar por el último bebé del ser humano o, en definitiva, esa pareja protagonista de actores de museo que se niegan a fingir la última broma macabra del destino, la maternidad reducida a juego de muñecas.

           Sin embargo, Edicto siglo XXI: Prohibido tener hijos es una película sin pulso, lastrada por una excesiva descripción de ese entorno deformado, muy descompensada en comparación con la trama dramática. La sensación opresiva y claustrofóbica, introducida por una niebla de contaminación impenetrable -que a su vez sirve para ahorrar en decorados imaginativos-, está bastante conseguida por momentos. En cambio, el desarrollo del relato se presenta deslavazado y, en ocasiones, falto de la suficiente verosimilitud, cerrado además por un desenlace poco inspirado.

 

Nota IMDB: 6,3.

Nota FilmAffinity: 5,9.

Nota del blog: 4,5.

Los vikingos

26 Sep

“El cine es sangre, lágrimas, violencia, odio, muerte y amor.”

Douglas Sirk

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Los vikingos

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Los vikingos.

Año: 1958.

Director: Richard Fleischer.

Reparto: Kirk Douglas, Tony Curtis, Ernest Borgnine, Janet Leigh, James Donald, Alexander Knox, Frank Thring.

Tráiler

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            Ahora que la entretenida serie Vikingos (Vikings) ha devuelto al Valhala audiovisual a los feroces hombres del norte, formidables guerreros, expeditivos comerciantes y ávidos exploradores, tan denostados por los tópicos y la apropiación ilegítima desde execrables tribus urbanas, conviene rescatar una vez más el clásico de aventuras Los vikingos, de Richard Fleischer.

De hecho, ambos comparten inspiración: el caudillo semilegendario Ragnar Lodbrok, más parcial y fabulada en el caso del largometraje, donde pasa a ser un personaje secundario aunque determinante en el drama, ya que en su mismo inicio siembra el Destino en el presente mediante un asesinato y una violación. Por supuesto, encarnado por el físico contundente y expansivo de Ernest Borgnine, está lejos de la apariencia punky-apolínea de su nueva y contemporánea reencarnación, con cuerpo de Travis Fimmel.

            Rayana en lo operístico en su síntesis argumental y por la hermosura de sus imágenes como las valkirias añoradas por Richard Wagner, violenta y furibunda en su ejecución como demandaría cualquier vikingo que se precie, el filme de Fleischer -quien había probado su valía para el género (y para dirigir a Kirk Douglas) en 20.000 leguas de viaje submarino, contiene todos los elementos posibles para dar lugar a la acción, la aventura y el ensoñamiento romántico: expediciones de saqueo, duelos de hachas contra espadas, estéticos drekkar, sana camaradería bárbara, pozos infestados de perros hambrientos de sangre humana, intrigas palaciegas, tuertos que hierven en ansias de venganza, reivindicaciones morales del héroe marginal, sacrificios de pasión, triángulos amorosos marcados por los hados y enfrentamientos a muerte entre hermanos antitéticos.

            A pesar de que al cine de aventuras históricas suele pesarle en demasía la modernización de las reconstrucciones, donde el píxel otorga una cota de realismo inalcanzable para el cartón piedra, Los vikingos permanece fresca porque es tan festiva y embriagadora como esos banquetes en los que lúbricas doncellas no cesan de escanciar agria cerveza y que parece prolongar su espíritu arrollador en la manera en el que los rubicundos guerreros escandinavos abrazan la muerte. En efecto, esa manera desgarrada de invocar a Odín es una de los iconos que asocio a los comienzos de mi vida cinéfila y de historiador –de hecho, nunca la he querido ver sin doblar-.

En paralelo a su desatada orgía pagana, la cuidada construcción de caracteres consigue dotar de calado y carisma a los protagonistas. Ese Einar terriblemente mutilado, invadido por la furia, el desprecio y el coraje, es una de las mejores interpretaciones que uno recuerda a Douglas. Por supuesto, su calidad de productor le garantizaba el personaje más jugoso, complejo y atractivo de la función, ideal para lucirse. Y así lo hace. Su potencia llena la pantalla incluso en la última instancia: un magnífico desenlace en forma de duelo que exhibe la capacidad del guion para matizar con retazos de humanidad a unos individuos que no aparecen de un solo trazo.

            Contradictoriamente, las relaciones de los personajes afloran con toda su vivacidad ante la muerte, sobre todo en comparación con el sucinto romance principal entre la princesa Morgana (fulgurante Janet Leigh) y el esclavo Erik (su esposo Tony Curtis), otro ser que tampoco puede etiquetarse como un héroe clásico a causa de su ambigüedad, decantada por su orgullo y su evidente rudeza de animal herido –no hay más que observar su deleite cuando azuza el halcón contra su adversario-. Siguiendo esta circunstancia, da la casualidad (o la encomiable intención) de que ambos contendientes sufren por igual taras físicas.

            Desde sus hermosos títulos de crédito, que emulan el tapiz de Bayeux, hasta su apocalíptico desenlace a los pies de un castillo en los confines del mundo -repleto de planos cenitales que remiten al extremo abismal del Mar Venenoso temido por la mitología nórdica-, Los vikingos transportan al espectador a un mundo regido por el placer de la aventura y donde ésta queda expresada con un sentido muy físico e impetuoso. Como parecían apreciarla sus protagonistas.

 

Nota IMDB: 7,1.

Nota FilmAffinity: 7,4.

Nota del blog: 8.

Firefox, el arma definitiva

24 Sep

“Si quieres garantía, compra una tostadora.”

Nick Pulovski (El principiante)

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Firefox, el arma definitiva

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Año: 1982.

Director: Clint Eastwood.

Reparto: Clint Eastwood, Freddie Jones, David Huffman, Warren Clarke, Ronald Lacey, Kenneth Colley, Klaus Löwitsch, Nigel Hawthorne, Stefan Schnabel.

Tráiler

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            El cambio de década entre los setenta y los ochenta no sería particularmente propicio para el Clint Eastwood director. Después de estrenar Ruta suicida y Bronco Billy, Firefox, el arma definitiva cerraría una terna de discretas obras menores.

Por su parte, en el aspecto histórico, el ascenso al poder del conservador Ronald Reagan inspiraba una beligerancia redoblada en cuanto a la Guerra Fría, la carrera armamentística y las tendencias ideológicas y militares que marcaría a fuego su impronta en el cine de la época, rayano en ocasiones el puro panfleto propagandístico.

            Al igual que John Rambo -icono de estos tiempos de mano fuerte militar contra el soviético y reivindicación del combatiente y el veterano-, el piloto de cazas que en Firefox interpreta un Eastwood poco inspirado arrastra tras de sí las turbias secuelas psicológicas de uno de los episodios calientes de esta Guerra Fría: el traumático conflicto en el Vietnam. No obstante, el guion desaprovecha cierta mirada crítica hacia la intervención en el país asiático y, sobre todo, rechaza profundizar en su trasfondo dramático para reducirlo simplemente a un factor de intriga dentro del desarrollo de la trama.

            El argumento, superficial en su tratamiento de personajes y contexto, aunque enrevesado y de dudosa verosimilitud en su vertiente de espionaje, plantea el robo de un nuevo modelo de avión ruso controlado por la mente e indetectable para los radares (contradictoriamente, luego se verá que no tanto).

De este modo, el suspense no pasa de resultar funcional dentro de una obra alimenticia en la que Eastwood proporciona escasa muestra de carácter aparte de atreverse con unos trucos visuales deudores de las persecuciones de naves de La guerra de las galaxias, piedra angular en el auge de la ciencia ficción y los efectos especiales que se experimentaba en aquellos años –de hecho, se encarga de los mismos John Dykstra, recomendado por el propio George Lucas, y responsable de los efectos de la primera entrega galáctica-.

            De las cintas más olvidables de Clint.

 

Nota IMDB: 5,8.

Nota FilmAffinity: 5,6.

Nota del blog: 5.

La mujer del chatarrero

22 Sep

“Cambio un Oso de Plata por una vida mejor.”

Nazif Mujic

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La mujer del chatarrero

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La mujer del chatarrero.

Año: 2013.

Director: Danis Tanovic.

Reparto: Nazif Mujic, Senada Alimanovic, Semsa Mujic, Sandra Mujic.

Tráiler

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            Si en La segunda mujer –por cierto, ganadora por votación popular de la XXXVI Semana Internacional de Cine de Autor de Lugo donde la vi, tomen nota de la reacción del público y/o de mis entendederas- hablábamos de cómo acumular tragedias sobre un personaje corría el riesgo de lastrar la credibilidad del filme, La mujer del chatarrero –cuarta en una clasificación de cinco, también detrás de El rayo y Gloriaofrece un excelente ejemplo de cómo se puede tratar un argumento crudísimo, a la par que pertinente, con absoluta, emocionante y reveladora naturalidad.

            La mujer del chatarrero relata la odisea mínima de Nazif Mujic, gitano y recolector de ferralla de un poblado bosnio dejado de la mano de Dios, por conseguir que operen a su mujer tras sufrir ésta un aborto natural, ya que ambos carecen de la preceptiva tarjeta sanitaria. Chatarra humana. La épica mísera del desheredado; aquella misma que ya reivindicaba el neorrealismo italiano a través de enseñas inmarcesibles como Ladrón de bicicletas. Esta premisa, que con medios, moralina y sentimentalismos podría fructificar en un John Q., se convierte en una estremecedora reflexión acerca de la deshumanización con la que el sistema (económico, se entiende, ¿acaso hay otro?) se impone sobre las personas hasta desguazar su dignidad.

            Danis Tanovic, en su día encumbrado gracias al Óscar a mejor película de habla no inglesa por la alegórica y comprometida En tierra de nadie –la película que derrotó a Amelie, que por entonces gustaba mucho, aunque ahora haya quien se avergüence de ello-, reverdecía sus laureles internacionales con un Gran premio del jurado en la Berlinale de 2013. Por medio de un estilo situado en la frontera entre realidad y ficción -guion tomado de hechos reales, cámara libre e imágenes inmediatas a las que no incluso no importa que las niñas rompan la teórica cuarta pared-, Tanovic se sirve de la espontaneidad de sus actores amateurs, intérpretes de la tragedia de su propia vida, para anclar la historia en una estoica cotidianeidad que, por veraz y reconocible, impregna quedamente a la denuncia de un devastador desaliento, reafirmado por el delicado recorrido cíclico con el que concluye la narración.

            Desde la austeridad y la sencillez, La mujer del chatarrero desnuda sin paliativos un atroz atentado contra los derechos humanos que, por desgracia, amenaza con ser moneda común también en los países desarrollados después de la infecta campaña contra el Estado del Bienestar propugnada desde el turbocapitalismo más estafador, mezquino y sádico. Con muy poco, el cineasta bosnio cuenta mucho. La obra también desgrana con una desarmante sutileza –aquella que echaba en falta precisamente el desgarrado desenlace de En tierra de nadie– las claves que, de manera particular (o no tanto), caracterizan al país balcánico, como la falacia del nacionalismo –la ingratitud hacia el combatiente- o el racismo solapado en la falta de oportunidades y derechos.

            La última lección del filme provendrá desde fuera de la pantalla. Una vez extinguidos los flashes, las sonrisas y los oropeles de su Oso de Plata, Nazif Mujic arremetía contra la fatua banalidad del cine, poco importa artístico o comercial. Hacinado junto a su familia en una habitación de 30 metros cuadrados en una residencia para refugiados en las afueras de Berlín, a la espera de asilo y trabajo, los premios y parabienes de nada le habían servido para encontrar una vida mejor. «No quiero que mis hijos digan: Éste es nuestro padre. Es el mejor actor, pero no nos ha dejado nada. Nada, excepto una estatuilla de un oso», confesaba.

 

Nota IMDB: 6,8.

Nota FilmAffinity: 6,5.

Nota del blog: 8,5.

La segunda mujer

21 Sep

“La comedia es más difícil que el drama.”

George Roy Hill

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La segunda mujer

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La segunda mujer.

Año: 2012.

Director: Umut Dag.

Reparto: Begüm Akkaya, Nihal G. Koldas, Vedat Erincin, Murathan Muslu, Alev Irmak, Aliye Esra Salebci.

Tráiler

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            Comentaba el otro día con Carlos Fernández, administrador de Bandeja de Plata, que aunque es cierto aquello de que la realidad supera la ficción y que la vida es capaz de cebarse en la tragedia con un mismo individuo, a un servidor siempre le costará tragar con la acumulación excesiva de desgracias en sobre un mismo personaje o colectivo de un filme, a no ser que el realizador tenga la afortunada decisión de convertirlo en comedia.

Suele ocurrir con el cine social/comprometido, que tiende a sobrepasarse en su afán educativo, concienciador y moralizante y, a causa de ese abuso de ejemplificación, puede perfectamente hundirse en un mensaje discursivo y plano. No es nada nuevo, sucede desde el cine de propaganda soviético hasta el neorrealismo de países en desarrollo, desde Surcos hasta Biutiful en territorio patrio. Más o menos afortunadas como dramas, qué excelentes películas serían todas ellas si se unieran sin prejuicios a las carcajadas crudelísimas de ¡Jo, qué noche!, La cena de los idiotas o la serie Curb Your Enthusiasm.

            A partir del retrato de una familia asentada en Viena, La segunda mujer indaga en el desmoronamiento de la familia tradicional turca y profundiza en la prisión que ésta supone para la mujer musulmana a través de un tupido entramado de tensiones culturales –el choque con la Europa occidental, tangible aunque nunca se vea en pantalla-, generacionales –la rebeldía de la hija, una austriaca con hiyab-, clasistas –el enconado desprecio hacia el nuevo inmigrante rural- y especialmente sentimentales.

Y con total solemnidad entreteje en sus fotogramas una abundantísima sucesión de tragedias íntimas, engarzadas mediante una serie de clímax que apuestan fortísimo por desconcertar a la platea, ya sea por los abruptos giros argumentales que proponen, sea por su juego con mecanismos de suspense casi propios del thriller, tan poco sutiles como las metáforas verbales que mostrarán los diálogos. El resultado de estos requiebros de guion no son una sorpresa que acreciente la intensidad emocional del relato, sino una sorpresa que termina por distanciar al espectador respecto de la historia que se narra.

            Su planteamiento -un matrimonio falso organizado por la matriarca enferma de cáncer para asegurar la continuidad de su rol maternal-, era ya por sí altisonante, pero se aceptaba sin problemas como sugerente punto de partida dramático. Además, dejaba lugar a una relación interesante entre la maestra agonizante y la aprendiz repleta de vitalidad, más allá de las conclusiones machistas (o no) que se pudieran extraer de ella. En cambio, es esa estridencia melodramática tan forzada de su desarrollo la que termina por diluir el interés y la empatía de la propuesta, a pesar de que el reparto pone un apreciable empeño en su trabajo.

 

Nota IMDB: 6,8.

Nota FilmAffinity: 6,5.

Nota del blog: 4.

La fuente de la vida

19 Sep

“La muerte no es más que otra etapa.”

Greta Garbo

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La fuente de la vida

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La fuente de la vida.

Año: 2006.

Director: Darren Aranofsky.

Reparto: Hugh Jackman, Rachel Weisz, Ellen Burstyn, Mark Margolis, Stephen McHattie, Fernando Hernández, Cliff Curtis, Sean Patrick Thomas, Donna Murphy, Ethan Suplee.

Tráiler

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            Emulando el hastío de Andrei Tarkovsky, materializado en Solaris, Darren Aranofsky, a quien nunca han importado las acusaciones de pretenciosidad, concebiría La fuente de la vida con el ambicioso objetivo de crear una película de ciencia ficción que no dependiese de parámetros como la tecnología y los escenarios futurísticos, sino que abordase cuestiones íntimas y eternas como la relación del ser humano con la muerte y lo trascendente.

            La fuente de la vida plantea el secular e infinito enfrentamiento entre el hombre y la muerte y el poder del amor como antídoto contra este destino inapelable. Su discurso se organiza a través de tres planos paralelos: un conquistador español en busca del árbol de la vida bíblico, un alquimista cósmico y un oncólogo del presente. En efecto, las tres son solo emanaciones fantásticas de esta última dimensión, protagonizada por el investigador Thomas Creo (Hugh Jackman) y su búsqueda a contrarreloj de una cura para el cáncer terminal que amenaza a su esposa (Rachel Weisz). 

En realidad, este intrincado esquema, más sencillo de lo que aparenta, se apropia, enrevesa y barniza de inciensos y pachuli el argumento y la estructura de Las tres luces, primer gran éxito de la descomunal filmografía de Fritz Lang donde una desafortunada mujer batallaba por librar al ser amado de la guadaña de la Parca a lo largo de tres relatos distintos.

            La fuente de la vida cuenta con una factura visual poderosa que contribuye a suplir parte de la intensidad que no logra alcanzar su guion, desbordado de espiritualidad y misticismo new age. Y es que, para tratarse de un tema capital, compuesto a partir de claves antagónicas y universales -el egoísmo y la generosidad, el remordimiento y la redención, la rebeldía y la asunción, la pasión y la razón, la vida y la muerte- el filme tampoco conmueve lo que uno desearía. En cualquier caso, en este terreno emocional pocas películas le deben tanto a su banda sonora, una partitura épica, palpitante y arrolladora firmada por Clint Mansell.

            Sin embargo, por encima de esta amplia lista de defectos, hay algo irresistible en el atrevimiento casi suicida y la falta de complejos de Aranofsky a la hora de plantear a pecho descubierto esta película que siempre se encuentra a un solo paso del ridículo; excesiva y grandilocuente pero al mismo tiempo honesta y visceral.

 

Nota IMDB: 7,4.

Nota FilmAffinity: 6.

Nota del blog: 7.