“El sueño americano no es dinero, sino la felicidad y la libertad.”
Frank Capra
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Los emigrantes
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Año: 1971.
Director: Jan Troell.
Reparto: Max von Sydow, Liv Ullmann, Eddie Axberg, Pierre Lindstedt, Allan Edwall, Monica Zetterlund.
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La realidad, apenas adulterada, puede transmitir más épica y emoción que un filme embadurnado de un edulcoramiento melodramático, una dramatización impostada o una mitificación construida a base de clichés estéticos y temáticos que, por su abuso mediocre y recurrente, carecen ya a estas alturas de cualquier fuerza. Los emigrantes, adaptación del sueco Jan Troell de la novela de su compatriota Vilhelm Moberg, describe con innegociable naturalismo y veracidad el viaje a América, en busca de un futuro mejor, de una familia de campesinos escandinavos del siglo XIX.
Los emigrantes no propone una visión romántica, idealizada o gratuitamente trágica de este fenómeno social. Tampoco se preocupa por tratar de confirmar o desmentir la verdad del sueño americano –asunto pendiente para la secuela, La nueva tierra, un año posterior-, si bien se acierta a vislumbrar la inseguridad y la duda que, obviamente, se esconde detrás de toda leyenda popular o, en este caso, concepto quasipropagandístico. Los emigrantes es la crónica de una epopeya eterna y recurrente pero sorda, acontecida siempre a espaldas del mundo. El relato extrae su contundencia de la simple sucesión de hechos documentados, veraces y aún reconocibles en el presente, expuestos con crudo realismo aunque sin caer nunca en la frialdad o la indiferencia.
Las raíces de la problemática –las malas cosechas, las desigualdades sociales, los conflictos de fe-, están expuestas con afán didáctico en base a una detallista ambientación de los usos y costumbres de la Suecia rural del momento, próxima incluso al documental dramatizado. La firmeza de su estilo narrativo realista –quizás solo traicionada por la presencia de la religión y con ese apunte de desafío entre el hombre y Dios- queda de manifiesto en la falta de énfasis que se concede a un episodio tan desgraciado como la muerte de un niño, registrada mediante una sencillísima y sucinta elipsis; un recurso abundante en la cinta y empleado con gran precisión y delicadeza por Troell –el cambio del rostro soñador de Liv Ullmann a uno agotado para sintetizar el paso del noviazgo al matrimonio y la maternidad, por ejemplo-.
No por ausencia de subrayado emocional, la presentación del contexto y los asuntos existenciales abordados en Los emigrantes es menos profunda, compleja y enjundiosa. Por supuesto, tampoco resultan menos duros. Y es que este realismo no exime del uso de expresivas metáforas visuales y de una exhaustiva construcción y desarrollo de personajes, apuntalada por un reparto liderado por los excelentes Max von Sidow y Liv Ullmann y acorde en su técnica interpretativa con las premisas de sobriedad y verismo que predominan en este fresco monumental.
Nota IMDB: 8.
Nota FilmAffinity: 7,2.
Nota del blog: 8,5.
Contracrítica