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Es una declaración de intenciones. La editorial Tyrannosaurus Books abre su colección Ultramundo con un ensayo dedicado a Rob Zombie, cineasta, músico, dibujante de cómics y un largo etcétera.
Rob Zombie: Las siniestras armonías de la sordidez es la primera obra en papel que nace a partir de la revista digital Ultramundo, firmada por uno de sus colaboradores destacados, Daniel Rodríguez Sánchez, también conocido como Reverendo Wilson en este microcosmos de la blogosfera. Y como su simiente en la red, el libro prosigue con la labor de abordar con rigor y seriedad la filmografía de autores en los márgenes de lo canónico y generalmente afincados en géneros considerados menores como el terror y el fantástico, despreciados por el prejuicio y el elitismo que, con demasiada frecuencia, acompaña a la crítica del arte. Recordemos que, por poner un ejemplo, hubo de llegar una corriente iconoclasta como la de los críticos de la Nouvelle Vague francesa para poner en su justa dimensión a clásicos ahora incuestionables como Alfred Hitchcock o Howard Hawks.
A lo largo de su texto, y cargado de argumentos, Daniel Rodríguez Sánchez reivindica como autor a Zombie, nacido Robert Bartleh Cummings. Para respaldar y fundamentar esta aproximación completa y cuidada al corpus del director estadounidense, el escritor realiza una visión de conjunto que abarca la biografía de Zombie, las vertientes de expresión artística abordadas en su variopinta carrera y las constantes temáticas que laten en ellas, parte de un mismo todo perfectamente coherente, interrelacionado y, en ocasiones, fusionado. No se entiende la obra cinematográfica de Zombie sin su andadura previa como líder del grupo de rock White Zombie; ni su sensibilidad tenebrosa sin su crianza itinerante con la presencia hegemónica de la pantalla del televisor.
Adentrándose en el análisis pormenorizado de cada uno de los seis filmes –La casa de los 1000 cadáveres, Los renegados del diablo, Halloween, el origen, The Haunted World of El Superbeasto, Halloween II y The Lords of Salem– que por el momento componen la filmografía de Zombie –amén de su incursión en la televisión, en el cómic y la especulación con proyectos venideros todavía sin concretar-, Daniel Rodríguez Sánchez hereda en buena medida el estilo de las MegaCríticas que han hecho célebres al portal Ultramundo para desarrollarlas todavía un paso más allá en su ambición mediante un prolijo estudio de las circunstancias creativas que rodean a cada producción, la indagación en su valor formal y argumental, la recopilación de una extensa galería de curiosidades asociadas e, incluso, una pormenorizadísima comparación entre las diversas versiones existentes de la obra –exhibiciones comerciales, Director’s Cut, versiones ampliadas, escenas eliminadas,…-, que de tan abundante y detallada amenaza por instantes en caer en el atropello o, puntualmente, dejar cierta redundancia por el camino. Es cierto que la gratificante pasión vertida en el libro puede traducirse en una condescendencia o en una reverencia excesiva hacia las películas que se revisan, pero, atento a ello, con honestidad manifiesta, el autor apuesta por la pluralidad y amplía la mirada crítica de los filmes cediendo la palabra, a través de citas escogidas, a otros críticos que no tienen por qué compartir una visión semejante a la suya.
Haciendo gala de un lenguaje accesible donde los términos técnicos quedan debidamente puestos en contexto y explicados, Daniel Rodríguez Sánchez consigue que Rob Zombie: Las siniestras armonías de la sordidez constituya un ensayo abierto a todo el mundo, libre de esos mismos prejuicios y elitismos que se denunciaban en la introducción del artículo. Un excelente punto de partida para explorar el universo y las intimidades de este autor insólito y original –incluido un servidor, que jamás ha visto una de sus películas-.
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Contracrítica