«El público quiere cosas extraordinarias. Lo normal ya lo vive en casa.”
Alfred Hitchcock
Sospecha
Año: 1941.
Director: Alfred Hitchcock.
Reparto: Joan Fontaine, Cary Grant, Nigel Bruce, Auriol Lee.
En su cuarta película en suelo americano, aunque ambientada en Inglaterra, Alfred Hitchcock se embarcaba en uno de esos característicos ejercicios de suspense que tan buenos resultados conferirían a su carrera, a pesar de estar considerado entonces como casi un director de películas de entretenimiento populista y más bien intranscendente, no reconocido como gran autor sino hasta su reivindicación por parte de los miembros de la Nouvelle Vague francesa.
Un juego de intriga en torno a un elemento cotidiano, ‘el otro’ en el matrimonio, que ya había dejado su influencia como elemento recurrente en la creación de suspense del director británico en películas como Sabotaje o Rebeca.
En Sospecha, el orondo inglés se atreve nada menos que a crear un estado de inquietud en el espectador en torno a Cary Grant, un actor que se caracterizaba sobre todo por papeles de galán cómico como y que aquí, sin renunciar a detalles de humor, sobre todo en el inicio con la presentación del personaje como bon vivant caradura y seductor, realiza un encomiable y creíble alejamiento de su propio estereotipo hacia la creación de un personaje de imagen tremendamente ambigua, que llevará de cabeza a su nueva y rica esposa, Joan Fontaine, galardonada con el Oscar por su actuación y que repetía con Hitchcock tras su debut estadounidense, la ya mencionada Rebeca.
Una siniestra transformación de Grant ayudada por el genial director, que demuestra su maestría a la hora de crear y transmitir emociones por medio de planos, cambios en la iluminación y poderosos juegos de sombras o detalles en el guion que llenan de claroscuros la figura de Grant, a la vez que maneja a la perfección la fluidez narrativa del film en una progresión de intriga que sufre tanto la protagonista como el espectador.
Aunque suene a perogrullada, Sospecha resulta un buen ejercicio de suspense del maestro del género, a pesar de que sufra el paso del tiempo sobre todo en situaciones y actitudes de los personajes que a día de hoy pueden resultar demasiado ingenuas y, sobre todo, en un factor que pesa sobre unas cuantas películas de Hitchcock: su patente indiferencia a la hora de incluir trampas en el guion, sobre todo para un final deslucido que puede que acuse también los estrictos códigos morales impuestos en el cine de la época.
Buena.
Nota IMDB: 7,5.
Nota FilmAffinity: 7,6.
Nota del blog: 8.
Contracrítica