Archivo | febrero, 2011

Grupo salvaje

28 Feb

«Yo jamás he realizado un western. Tan solo películas sobre quienes tienen razón y quienes se equivocan en la vida. Los western sólo los han sabido hacer Monte Helmann y Sergio Leone.»

Sam Peckinpah

 

 

Grupo salvaje

 

Año: 1969.

Director: Sam Peckinpah.

Reparto: William Holden, Ernest Borgnine, Warren Oates, Ben Johnson, Jaime Sánchez, Edmont O’Brien, Robert Ryan, Emilio Fernández.

Tráiler

 

 

            Los westerns de Peckinpah, y buena parte de su obra en general, poseen siempre unos elementos bien definidos, recurrentes en la obra del director californiano, y realmente elocuentes sobre su visión de la vida y del cine. Son westerns melancólicos, crepusculares, dotados de una poesía muy especial, visceral, cantada con voz rota; westerns poblados de perdedores con escaso presente y aún más reducido futuro pero que todavía conservan los arrestos suficientes para coger su existencia por los cuernos y reivindicarse en su orgullo, darse el último festín a costa de un mundo ingrato y amoral, un fogonazo fulgurante antes de que se apague la llama.

            Grupo salvaje es la película más recordada de Peckinpah y en ella se encuentran presentes todas estas claves arquetípicas. Es la historia de la banda de Pike Bishop (William Holden), un grupo de forajidos que se dedican a asaltar todo tipo de instituciones en la polvorienta Texas, especialmente las arcas ferrocarril, ente simbólico para la representación del fin del salvaje Oeste, paradigma de la llegada de la civilización y del ocaso de los viejos tiempos; y que, tras unos golpes infructuosos,  se entremezclará en el México de la revolución de Pancho Villa para dar su último golpe: el robo de un cargamento de armas del ejército estadounidense para vendérselas al general Mapache, mientras a su vez son perseguidos por los pistoleros del ferrocarril, encabezados por el antiguo socio de Bishop, Deke Thornton (Robert Ryan).

Bishop y su banda son esos personajes sin esperanzas ni futuro tan del cine de Peckinpah, seres tridimensionales llenos de claroscuros, comandados por un líder taciturno, lleno de remordimientos y necesitado de ponerse en paz consigo mismo; hombres tan egoístas como leales, tan honrados como mezquinos, humanos en definitiva, que no tienen dónde agarrarse sino a viejos y olvidados códigos de existencia que no tienen ya cabida en ese mundo amoral que les rodea, en el que la violencia es una de las bases fundamentales como parte indisociable de la naturaleza humana -hasta los niños solo desean imitarla, solo desean destruir- y donde la mujeres están a mitad de camino entre putas y redentoras.

Un mundo en decadencia en el que este grupo de hombres salvajes, de hombres nobles, tan solo puede precipitarse hacia un final de épica desesperación.

            Como una de sus obras mas más personales, no en vano incluso Peckinpah participa en el guión de la misma, ese profundo lirismo queda plasmado en cada escena, en cada gesto, magnificado por un reparto soberbio, empezando por  un portentoso William Holden hasta cada uno de sus enormes secundarios, y por la siempre vigorosa y expresiva dirección del californiano –a excepción de unos flashbacks un tanto toscos-, con sus recurrentes muertes al ralentí, sus imágenes tan poderosas como amargas y ese aroma de poesía gritada a puñetazos ya mencionada.

Peliculón.

 

Nota IMDB: 8,1.

Nota FilmAffinity: 8,2.

Nota del blog: 10.

Los caraconos

27 Feb

«¡Sí, claro! ¡Culpad al extraterrestre!»

Alf (Alf)

 

 

Los caraconos

 

       Año: 1993.

       Director: Steve Barron.

       Reparto: Dan Aykroyd, Jane Curtin, Michelle Burke, Michael McKean, David Spade.

       Tráiler

 

 

       La nostalgia es uno a de los mayores difuminadores de la realidad, la magnifican, la mitifican, juegan con toda la objetividad que pudiera albergar una posible valoración de un hecho, una película o lo que sea -dentro de lo contradictorio que es esto-, en función de los sentimientos que resurgen en asociación a ellos. A cada generación le corresponde sentir nostalgia de una época determinada. En el caso de los niños venidos a este valle de lágrimas a mediados de los ochenta, nos corresponde experimentar el renacer de la infancia perdida con películas de Stallone, Eddie Murphy o, digamos, clásicos como Los caraconos.

       Los caraconos es una comedieta de ciencia ficción creada para el lucimiento del entonces bastante popular Dan Aykroyd, cómico canadiense surgido de la prolífica factoría del Saturday Night Live americano, donde encuentran su origen dichos personajes. Junto a él mismo, participan en el libreto otros tres escritores procedentes de dicho show que, junto con los numerosos cameos de conocidos cómicos también participantes en SNL,  hace que el resultado final de la cinta conserve un marcado sabor de los gags del programa, repitiendo la línea argumental de la reducción al absurdo de la vida del americano medio vista a través de los ojos de una familia de extraterrestres de cráneo cónico y preciso vocabulario científico-técnico naufragados en Nueva York que deberán pasar desapercibidos y adaptarse a la vida en la tierra. Por otra parte, el hecho de la extracción del late show de los guionistas produce que muchas veces las situaciones parezcan más sketches individuales enlazados pobremente que una película con un argumento continuo.

A pesar de ello, se alternan gags más o menos simpáticos, entre los que destacan los referidos a la política inmigratoria americana con los hilarantes personajes del siempre divertido Michael McKean y David Spade en una de las pocas veces que no me ha parecido irritante, frente a otros que acaban por ser un tanto irregulares y repetitivos.

       Una película que ni es la más original, ni elaborada ni descacharrante de la historia pero que se ve con cierto agrado, sobre todo por la carga nostálgica, y que tampoco se alarga mucho, lo que no está nada mal.

 

Nota IMDB: 5.

Nota FilmAffinity: 3,7.

Nota del blog: 5,5.

El último valle

26 Feb

«Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.»

Gabriel García Márquez

El último valle

Año: 1970.

Director: James Clavell.

Reparto: Omar Sharif, Michael Caine, Florida Bolkan, Nigel Davenport, Per Oscarsson.

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           A James Clavell se le debe, aparte de varias películas en calidad de director, el libreto de una película enorme como La gran evasión. En El último valle, coproducción anglo-estadounidense, Clavell se encarga tanto de la dirección como de la adaptación de la novela homónima de J. B. Pick, ambientada en la Guerra de los Treinta Años.

           En la película, un ya entonces bastante conocido Michael Caine –qué grande es este tipo- se enfunda coraza y guanteletes para dar vida a un enigmático, estoico y pragmático militar que responde al nombre de El Capitán y que comanda una heterogénea escuadra de mercenarios en campaña en la Alemania de los principados, un escenario dantesco asolado por la guerra, el hambre y la peste; que llega a un idílico valle, aislado por los Alpes y aparentemente a salvo de todo. Allí, gracias a la influencia de Vogel (Omar Sharif), un maestro racionalista e ilustrado que huye de la muerte a su alrededor, se tratará de poner en marcha una delicada alianza entre los pobladores locales y los soldados invasores; una especie de pequeña metáfora de toda la explosiva Europa del momento y de la confluencia de los intereses y el equilibrio de poderes entre ejército, potentados civiles, Iglesia y campesinos; entes que, en general, tienen su mundo personal de espaldas al resto, siempre recelosos del otro, buscando su propio interés y satisfacer su propias y egoístas ambiciones, todos ellos atentos aprendices de Maquiavelo, y que han de conjugarse racionalmente para crear una sociedad de estabilidad utópica.   

           Como se puede ver, pese al contexto bélico-histórico y la omnipresente presencia del contingente de soldados, El último valle es una cinta que opta por una temática más reflexiva y simbólica que épica en esa ya mencionada representación de Europa a escala reducida; un argumento con notable carga de profundidad y fondo interesante; con pocas escenas guerreras, alguna de ellas con apreciable influencia de Los siete samuráis de Kurosawa.

           Dirección artística solvente, decente ambientación, buena banda sonora a cargo de un destacado compositor como John Barry; argumento sugestivo y un reparto entonado –Caine y Sharif son siempre un seguro- para una pesimista mirada sobre la sociedad, la guerra, el egoísmo, el fanatismo y la razón ambientada en la Europa en guerra del siglo XVII.

 

Nota IMDB: 7,2.

Nota FilmAffinity: 7,1.

Nota del blog: 8,5.

Uno de los nuestros

22 Feb

“Sin Uno de los nuestros no se entiende el cine de los últimos 20 años, lo contiene TODO. Fondo y forma alimentándose y colisionando a golpe de planos.”

Rodrigo Cortés

 

 

Uno de los nuestros

 

Año: 1990.

Director: Martin Scorsese.

Reparto: Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco, Paul Sorvino.

Tráiler

 

 

           Una de las claves del cine de Martin Scorsese es la atracción del hombre por la violencia, el peso del pecado y la redención, siempre con una cierta aureola nostálgica, siempre con un importante peso del apartado musical y buena parte de ellas ambientadas en un mundo mafioso o de marginalidad. Uno de los nuestros es un gran ejemplo de este cine.

           La película se basa, con unas cuantas licencias, en el libro de no-ficción de Nicholas Pileggi -también partícipe en la adaptación del mismo-, que relata en primera persona el proceso de ascensión, caída y redención de Henry Hill (Ray Liotta) en una de las organizaciones mafiosas de Nueva York en un descenso a los infiernos paralelo a su escalada de posiciones en la familia; a la vez que traza una reflexión sobre esa fascinación de la naturaleza humana por el poder y la violencia, una agresividad que está enquistada en toda persona más allá de su bondad o maldad, también como forma de reivindicación de uno mismo y como reacción contra la mediocridad de la vida del ciudadano medio, y que, inevitablemente, acaba aflorando en una vida al límite. Es también un retrato de las relaciones personales de supuesta amistad y camaradería en un mundo amoral, terrible y despiadado.

Elementos todos ellos que tan solo puede conducir a un único fin posible: la autodestrucción física y moral del individuo.

           Scorsese bucea así de nuevo en sus obsesiones recurrentes, con una puesta en escena impecable a excepción, para mi gusto, de ciertos excesos como el abuso de la voz en off para dar continuidad a la narración o la ruptura de la cuarta pared en el final del filme.

Por otra parte, destaca una banda sonora que va subrayando toda la vida del protagonista y que sirve además para expresar esa amoralidad del gangster mediante la contradicción entre pop alegre y violencia, un recurso frecuente en el cine del director neoyorkino, que cuenta aquí de nuevo con Robert De Niro, su actor fetiche, aún en forma, cuando todavía hacía cine, si bien en un papel más secundario de lo que solía ser habitual en dichas colaboraciones.

El protagonismo recae en cambio en un efectivo Ray Liotta, ideal físicamente para expresar esa contradicción entre inocencia y pecado, secundado también por Joe Pesci en un papel que más tarde sería característico en su carrera y que bien le valió un Oscar, pese a que su particular actuación queda sepultada en la versión española con un doblaje poco natural en forma y fondo, lo que sucede a su vez con otros cuantos personajes e, igualmente, en otras películas ambientadas en la mafia, un universo que siempre cuenta con un vocabulario muy determinado y difícilmente transferible a otros idiomas sin perder parte de su sentido.

           Una de las cumbres de la carrera del genial director y del cine de final de siglo.

 

Nota IMDB: 8,8.

Nota FilmAffinity: 8,4.

Nota del blog: 9.

When you’re strange

21 Feb

«Tan solo estaba explorando los límites de la realidad. Tenía curiosidad por ver qué pasaría. Eso era todo: simple curiosidad.»

Jim Morrison

 

 

When you’re strange

 

Año: 2009.

Director: Tom DiCillo.

Reparto: Jim Morrison, Ray Manzarek, Robby Krieger, John Densmore.

Tráiler

 

 

           The Doors es uno de esos grupos que justifican tener orejas. Más allá de una discografía repleta de obras de arte, The Doors ha tenido su propio peso específico en el mundo del cine por medio de una polémica película biográfica dirigida por Oliver Stone que también seguía la trayectoria del grupo con una visión muy agria de su líder Jim Morrison –interpretado por Val Kilmer, para más inri– y que fue muy criticada por los propios miembros del grupo, y, sobre todo, por la grandiosa presencia de The End, un enorme tema épico-edípico-apocalíptico-alucinado, en una obra maestra como Apocalypse Now, a la que le venía como anillo al dedo.

           En When you’re strange, el cineasta Tom DiCillo traza un nuevo recorrido, con la voz en off de Johnny Depp, por el devenir del grupo angelino, sobre todo centrado en la controvertida figura de Morrison, El Rey Lagarto, Mr. Mojo Raisin, The American prayer; uno de esos ejemplos de malditismo del poeta y de la estrella de rock, un artista con un magnetismo y carisma innegable que combinaba la genialidad con la autodestrucción, lleno de talento, inadaptación, inconformismo, cultura, ambición y contradicciones y claroscuros.

           DiCillo opta por presentar al espectador al genio y a su banda prácticamente en crudo, sólo con material recopilado de la época de vida de The Doors, parte de él grabado por el propio Morrison, que había estudiado algo de creación cinematográfica; y que, pese a no mostrarse excesivamente crítico con los protagonistas pero sin caer tampoco en la hagiografía barata, retrata en profundidad todo el proceso de formación, ascenso y evolución tanto musical como física –contemplar como se va enturbiando por los excesos la voz de Morrison desde el disco debut hasta L.A. Woman es brutal-, relaciones, discrepancias y final de uno de los grupos más representativos de finales de los sesenta, unos tiempos de tiempos de renovación, esperanzas y cambio social en los que The Doors se integran indisociablemente.

            Tanto el guitarrista Robby Krieger como el teclista Ray Manzarek se mostraron satisfechos con el resultado final de la obra. Un documental imprescindible para cualquier melómano que se precie, más aún para los aficionados del sonido de finales de los sesenta. 

 

Nota IMDB: 7,6.

Nota FilmAffinity: 7,6.

Nota del blog: 8,5. 

Arsénico por compasión

19 Feb

“Tragedia es cuando me hago un corte en el dedo. Comedia es cuando te caes por una alcantarilla y te matas.”

Mel Brooks

 

 

Arsénico por compasión

 

Año: 1944.

Director: Frank Capra.

Reparto: Cary Grant, Josephine Hull, Jean Adair, Raymond Massey, Peter Lorre, Priscilla Lane.

Tráiler

 

 

           La edad dorada de Broadway a partir de la década de los cuarenta trufó el cine de Hollywood de magníficos guiones que fructificarían en clásicos del Séptimo Arte.

En Arsénico por compasión, comedia negra creada por Joseph Kesselring y adaptada al cine por los hermanos Julius y Philip Epstein, es precisamente protagonista un crítico teatral, encarnado por Cary Grant, quien pasará una noche de Halloween de pesadilla gracias a sus bondadosas tías, aficionadas a la eutanasia compasiva, y al retorno de un hermano con un siniestro parecido a Boris Karloff (el propio Boris Karloff en Broadway, Raymond Massey en la película).

            Lo que comienza como una posible comedia de enredo acaba por convertirse en un film de humor negrísimo en la que se entremezclan asesinatos, fugitivos, lunáticos, planes de luna de miel,… en un crescendo de estrés cómico con algunos gags muy conseguidos y que conduce hasta un final frenético y desquiciado.

             Frank Capra mantiene desde la dirección el aire teatral de la obra, quizás un poco más rígida y ligeramente menos ácida y actual que en otras películas similares de la época como Luna nueva, que prácticamente se desarrolla en un único escenario: la casa de las ancianas tías del protagonista, en el que es un constante ir y venir de situaciones y personajes en progresivo desmadre.

Dentro de ese controlado descontrol se encuentra el protagonismo de un Cary Grant sin ningún tipo de atadura en una actuación que incluso sería criticada por él mismo en el futuro, a mi juicio no sin razón. Las veteranas Josephine Hull y Jean Adair, que repetían sus papeles de la obra teatral, se adueñan de todos los planos en los que salen, a lo que hay que añadir el correcto contrapunto serio de Massey y la siempre atrayente presencia del alemán de los ojos saltones Peter Lorre. También hay que destacar la buena banda sonora de un grande como Max Steiner.

Una comedia mítica que aún conserva su gancho en decente estado tras casi setenta años de vida.

 

Nota IMDB: 8,1.

Nota FilmAffinity: 8,2.

Nota del blog: 8.

El planeta de los dinosaurios

18 Feb

«Dios crea al dinosaurio. Dios destruye al dinosaurio. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea al dinosaurio.»

Ian Malcom (Parque Jurásico)

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El planeta de los dinosaurios

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Año: 1978.

Director: James K. Shea.

Reparto: Louie Lawless, Pamela Bottaro, James Whitworth, Charlotte Speer, Derna Wylde.

Tráiler

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            Lo bueno y lo malo de la serie B -o Z- es que el que resulte entrañable o irritante va a gusto del consumidor. Nunca te va a garantizar obras de arte absolutas pero, dentro de ella, se pueden encontrar de vez en cuando buenos detalles de arte cinematográfico que, incluso, acaban influyendo al cine de mayor presupuesto. Eso siempre y cuando la parte artística de la película contenga personas dotadas de talento, que no se dejen eclipsar por presupuestos paupérrimos y medios paleozoicos. Este no es el caso.

            El planeta de los dinosaurios no es más que una especie de revisión del clásico de Julio Verne Viaje al centro de la Tierra, es decir, un periplo fantástico en un territorio desconocido en el que aparecen dinosaurios, si bien en esta cinta los monstruos corretean por un planeta en el que naufraga una futurista expedición espacial.

            La película en sí es un compendio de cutrerío artístico desde la primera escena, en la que los paralelismos con El planeta de los simios, rodada nada menos que diez años antes, y la diferencia en el tratamiento de ambas es una buena muestra de las carencias que se van a suceder a lo largo de la obra. Esto es, una puesta en escena pedestre con una fotografía fea con avaricia en la que ni siquiera se sabe hace una noche americana en condiciones y un vestuario y estética probablemente ya demodé incluso en su época, aunque el chándal del capitán y alguna de las minifaldas de las ayudantes son muy bonitos.

Los monstruos, animados por Stephen A. Czekas -paleontólogo y escultor de dinosaurios- a imitación de las siempre sugerentes creaciones del mago Ray Harryhausen y uno de los principales atractivos del film, son bastante menos dinámicos y más acartonados que los del genial maestro del stop-motion, que tampoco exigían un presupuesto elevadísimo; en unos tiempos en los que este tipo de animación se encontraba ya en caída libre.

No menos horrible –o adorable, según se vea- es un guión pergeñado en una tarde de acidez de estómago, ayudado por unos actores que por imagen y capacidades interpretativas parecen sacados más bien de una película de Linda Lovelace.

Por otra parte, la tecno-psicodélica banda sonora no es demasiado mala en comparación con lo demás y se ajusta bien a lo que es el tono general de la película.

Tras esto, el director Joseph K. Shea nunca volvería a trabajar detrás de una cámara.

Serie B pura, clásica, mala. Pero evasiva y desintoxicante.

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Nota IMDB: 4,2.

Nota FilmAffinity: 5,6.

Nota del blog: 4,5.

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