Aguirre, la cólera de Dios

16 Abr

“Yo la perseguiré al otro lado del cabo de Buena Esperanza, y del cabo de Hornos y del Maelstron noruego, y de las llamas de la condenación. Para esto os habéis embarcado, hombres, para perseguir a esta ballena blanca por los dos lados de la costa y por todos los lados de la tierra, hasta que eche un chorro de sangre negra.”

Capitán Ahab (Moby Dick)

 

 

Aguirre, la cólera de Dios

 

Año: 1972.

Director: Werner Herzog.

Reparto: Klaus Kinski, Del Negro, Daniel Ades, Peter Berling, Helena Rojo, Ruy Guerra, Edward Roland, Cecilia Rivera.

Tráiler

 

 

           Lope de Aguirre, el Loco, el Jorobado, el Tirano, el Peregrino. Conquistador de las Indias, explorador, rebelde, traidor. Príncipe de la libertad de los reinos de Tierra Firme y provincia de Chile. La cólera de Dios.

           El director Werner Herzog y el actor Klaus Kinski, las dos figuras más tempestuosas, arrogantes e intensas del reciente Nuevo Cine Alemán, iniciaban la primera de sus siempre impagables colaboraciones.

El descenso al infierno verde de un iluminado que arrastra tras de sí a un atajo de miserables desarrapados, locos con fantasías de codicia e impíos asesinos. Un periplo por el curso del Huallaga y el Marañón que pertenece más a un mundo ilusorio u onírico que a una realidad épica y luminosa. Un viaje alucinado, una pesadilla sobre aguas turbias y calmas hacia el sueño de El Dorado.

         La empresa, pura hybris producto de la mente enferma de gloria y desprecio de un hombre enajenado, se anuncia imposible e inabarcable desde su primera imagen. Un cuadro irracional en el que pesadas tropas ataviadas de batalla de otros mundos descienden por los abruptos Andes hasta el indómito río. Unas tierras a las que no pertenecen, en las que no tienen cabida. Una tumba para los intrusos.

Los esclavos que mueren de fiebres entre quedos estertores, los caballos que se enredan en el infranqueable follaje, el patetismo de la balsa atrapada en el remolino, el enemigo omnipresente e invisible que los diezma sin cuartel ni oposición.

Una pesadilla de la que no se despierta, que transcurre aletargada, como entumecidos son los movimientos, los gestos, las conversaciones de los personajes e, incluso, su muerte: el caballo que se pierde en la espesura, la espectral y serena desaparición de Inés de Atienza encarnada por la mexicana Helena Rojo, belleza lánguida.

La amortiguada cadencia de la película. Sus imágenes húmedas, pegajosas. La música de Popol Vuh, etérea, envolvente. La mirada torva de Kinski, alucinada, ausente y penetrante al mismo tiempo, su retorcida figura y su discurso incoherente, terrible y telúrico; un volcán tranquilo en el que se aprecian los destellos amenazantes de la lava a punto de estallar, de destruir el mundo. Un monstruo mitológico que guía y condena a la perdición.

           Incluso las impurezas de producción se concatenan en el ambiente: la cámara que mira inquieta, como un marañón más o la fotografía empañada, nebulosa. A excepción de un par de concesiones finales al absurdo que, no obstante, desentonan.

           Profundamente hipnótica, fascinante inmersión en la irracionalidad, en la irrealidad.

 

Nota IMDB: 8,1.

Nota FilmAffinity: 7,2.

Nota del blog: 10.

13 respuestas to “Aguirre, la cólera de Dios”

    • elcriticoabulico 16 abril, 2012 a 20:39 #

      Sin palabras quedo. Ejemplar.
      Bueno, yo lo dejo más en comentario escuetito sobre la peli de Herzog. Siempre me han entusiasmado las aventuras de los conquistadores. No por esa aburrida y chovinista historia del imperio donde no se pone el sol, la gloria de España y demás memeces, sino por ese carácter de adentrarse en lo desconocido, de descubrir un mundo sin apenas malear, la constante adrenalina de lo nuevo, lo peligroso y lo maravilloso… Y claro, hay individuos tan complejos y magnéticos como este Lope de Aguirre ácrata, mesiánico y feroz. Y ya si lo pone cara el temperamental Kinski…
      Esta Aguirre, frente a la mayor querencia de exactitud histórica de Saura, al que le queda una película no del todo desdeñable en mi opinión pero sí bastante fría –un delito ante tamaña y jugosa figura-, aporta en cambio un mucho mejor acercamiento a la mística del personaje, a lo que sugiere. A lo que realmente es, en definitiva. Y es un personaje en el que el contexto histórico es casi lo de menos. Herzog, Kinski mediante, hace ver la locura y la ferocidad contenida en sus ojos, esas motivaciones que caminan entre la gloria propia y alucinada y el desprecio rencoroso hacia lo superior que mencionas en el artículo, esa incoherencia enigmática de sus palabras, desafiando a los ojos al espectador,…
      ¡A ver si encuentro de una vez el libro de Sender!

  1. El Tusos 16 abril, 2012 a 15:40 #

    La vi hace demasiados años y es una obra que me dejó impresiones de determinadas escenas y que luego recuerdo al ver otras películas. Viendo hace un par de años Apocalypse Now, noté la misma sensación agotadora, somnolienta y febril que evocan ambas películas en su recorrido por la selva y en las barcazas por el río. También al ver la gran serie The Wire, cuando surge el poderoso Omar Little tarareando esa infantil melodía sabiéndose superior a todo peligro exterior (http://www.youtube.com/watch?v=iMm1Wih0kug) me recuerda a uno de los soldados/sicarios de Aguirre, que, si no recuerdo mal, también tarareaba despreocupadamente una cancioncilla. Una escena que siempre he deseado plagiar (u homenajear como algunos dicen) si llegase a director de cine.
    Tengo que revisarla.

    • elcriticoabulico 16 abril, 2012 a 20:49 #

      Sí, Coppola siempre admitió a Aguirre (entre otras) como referencia directa para Apocalypse Now. Compartía con el alemán sus acentuadas tendencias megalómanas (por ejemplo, irse sin ningún reparo a rodar al Amazonas, una epopeya en sí misma que en muchos pasajes se volvió pesadilla), pero claro, Coppola con el apoyo inestimable de un presupuesto y unos medios técnicos con los que Herzog ni alcanzaría a soñar.
      El personaje llamado Perucho y su tarareo es un factor más, y muy efectivo, que introduce la irrealidad en el ambiente. Ese tarareo somnoliento, distraído, en medio de la gran selva, de un río rugiente, de atrocidades sin nombre,… Gran contraste.
      Para el irrepetible Omar Little también funciona desde ese concepto de contraste, un elemento muy presente en el personaje en sí. Lo que él, salteador y despiadado asesino de traficantes de droga silba, es una popular cancioncilla infantil, The farmer in the dell.
      Homenajéalo sin cuidado, que siempre queda estupendo. Y para la mierda de guiños cinéfilos que hay… (ojalá se los ahorraran todos, qué manía de meterlos con calzador…)

  2. Dessjuest 31 May, 2012 a 12:35 #

    Bueno, pues no la he visto, pero la crítica es tan buena y la pones tan bien que la encargo ya mismo, ya te contaré.

    • elcriticoabulico 31 May, 2012 a 14:03 #

      Recuerda que esta no es épica, sino más bien lo contrario, un relato entre la realidad aletargada y el sueño pegajoso. Tiene tantos admiradores como detractores. Ya me comentarás.

      • Dessjuest 31 May, 2012 a 20:40 #

        Ya ya, pero un 10 es un 10, algo bueno habrá, y los comentarios tampoco te quitan razón, a ver si la próxima semana hago un tiempo.

        • elcriticoabulico 1 junio, 2012 a 12:58 #

          En la mayoría de los casos, el 10 es la nota menos fiable de este blog jeje.

  3. Dessjuest 10 junio, 2012 a 00:52 #

    Pues hice los deberes, la ví, ojo, tras verla la crítica se ve de otra manera, es muy acertada, reflejando bien lo que es la peli, transmitiendo sus detalles.

    Lo malo es el doblaje, malo no, eso sería ser demasiado generoso, pésimo, pero por lo demás me ha gustado bastante.

    • elcriticoabulico 10 junio, 2012 a 13:05 #

      Me alegro que te gustase. Aunque sí, el doblaje está poco trabajado, se nota que es una película de publico minoritario. Suele pasar lo mismo con casi todas las películas asiáticas, que son infumables dobladas.

  4. roman ganuza 18 enero, 2019 a 14:33 #

    Que impecable definición del film. Lo vi dos veces o tres. Es angustiante, artísticamente perfecto

    • elcriticoabulico 19 enero, 2019 a 21:25 #

      ¡Bienvenido, Roman! Aguirre es una película que siempre me ha impresionado mucho. Ese onirismo pegajoso, alucinado, irracional…

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