Robocop

25 Feb

El agente Murphy vuelve de entre los muertos… otra vez. En El Peliculista.

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“Esas cosas horribles que son tan necesarias y que hacen a la gente millonaria -me refiero a los efectos especiales- no las sé hacer, no sé rodar choques de coches… En esta época, por lo que respecta a los argumentos, creo que ya está todo inventado. Ahora se hacen remakes.”

Billy Wilder

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Robocop

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Robocop.

Año: 2014.

Director: José Padilha.

Reparto: Joel Kinnaman, Abbie Kornish, Gary Oldman, Michael Keaton, Jackie Earle Haley, Michael K. Williams, Jennifer Ehle, Jay Baruchel, Marianne Jean-Baptiste, Aimee García, Samuel L. Jackson.

Tráiler

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          Si hace unas semanas veíamos cómo Sylvester Stallone estaba dando forma a su plan de pensiones gracias a la capitalización de la morriña ochentera, en el caso de hoy, Robocop, asistimos a otra de las argucias habituales urdidas por Hollywood con el fin de sacudir los bolsillos de aquellos niños que vivieron en esta libérrima, un tanto siniestra y bastante hortera década: la repesca y el remake de sus películas más queridas. Llevamos más de un lustro ante ellas: La jungla de cristal, Karate Kid, Conan el bárbaro, El equipo A, Wall Street, TRON, Furia de Titanes, Footloose,…

Y, dentro de un par de años a lo sumo, según vayan viendo asomar por el escaparate de Bershka las camisetas sueltas y los pantalones entallados en la cintura, sabrán que ha llegado la hora de los remakes de sus VHS favoritos de los noventa. Por el momento, Total Recall, revisión de aquella Desafío total de 1990, o Dredd, la renovada inmersión en el universo comiquero de este futurista juez-justiciero, en su día encarnado en pantalla precisamente por Stallone, ya han ido allanando el terreno.

          Robocop, versión de 1987, era una obra incardinada en unos tiempos en los que la ciencia ficción miraba con particular recelo a la máquinaWestworld, almas de metal, Blade Runner, la citada TRON, Superman III, Terminator, Runaway, brigada especial,…-. Lógicamente, este temor fantasioso hacia la tecnología encontraba su raíz en una realidad internacional anclada en los estertores de la Guerra Fría, cuyos picos de tensión se veían acrecentados por el fervor militarista de Ronald Reagan, terrible actor y peor político –delirios propagandísticos y ultraconservadores como la saga Rambo, Amanecer rojo o Delta Force brotan bajo su directa influencia-.

De hecho, Robocop, una cinta de acción sencilla pero en el fondo realizada con muy mala leche, se permitía el lujo de bromear con corrosivo sarcasmo acerca del desopilante proyecto de escudo antimisiles ideado por la administración Reagan, rebautizado popularmente como La Guerra de las Galaxias –además de dedicar otras desternillantes lindezas a la orgullosa cultura capitalista ultraliberal norteamericana-.

          Robocop, versión de 2014, nace en cambio en la era de los drones, cuya ética de uso se debate en torno a términos como la seguridad ciudadana frente a la amenaza del terrorismo yihadista, atomizado, anárquico y casi indetectable. No obstante, el filme sortea la cuestión para aproximarse a la aplicación civil, local y urbana de esta tecnología eficiente y amoral por definición. Es decir, el empleo de una fría máquina de matar para “pacificar” unas ciudades en guerra contra el crimen –si bien con un escenario menos apocalíptico que el imaginado en 1987-. Por algo se escogió como director al brasileño José Padilha, firmante de la bilogía Tropa de Élite, retrato crudo y verista de las fuerzas especiales encargadas de limpiar a sangre y fuego las peligrosas favelas de Río de Janeiro, sin remordimientos y con impunidad absoluta.

La discusión sociopolítica no ahonda más allá del simple planteamiento para, en su lugar, renunciando a la nostalgia, incidir en las complejidades trágicas del personaje y favorecer una subtrama que directamente se obviaba en la original, como es la del melodrama familiar del hombre-robot, dividido entre su programación como producto mecánico y sus emociones humanas –¡ah!, lo que podría crear una mente retorcida como la de David Cronenberg con semejante disyuntiva…-.

Por otro lado, el humor también pierde peso en el libreto, restringido a la ridiculización del alarmismo, la parcialidad y el conservadurismo reaccionario característico de los medios de comunicación poscontemporáneos. Una crítica nada sutil –como nada sutiles son los telepredicadores ultramontanos asociados al Tea Party y demás calaña- pero sí gamberra, divertida y rematada con un estimable punch final.

          Estos puntuales destellos de sátira permiten que, afortunadamente, y en contra de lo que hace presagiar ese sobado discurso dramático y sentimental, la propuesta no termine de tomarse demasiado en serio a sí misma. Su combinación con la solidez que aporta la verosímil intriga empresarial –un elemento de enlace con la precedente-, liderada por un espástico aunque creíble Michael Keaton, así como el solvente rodaje de la acción, consiguen que Robocop se deje ver con facilidad en su condición de entretenimiento medianamente consistente y logrado, a pesar del previsible y más bien insípido final con el que se resuelve la historia.

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Nota IMDB: 6,7.

Nota FilmAffinity: 5,6.

Nota del blog: 6.

8 respuestas to “Robocop”

  1. tony kanapes 25 febrero, 2014 a 17:04 #

    La verdad es que esperaba menos de este remake, pero algunos apuntes me han resultado interesantes, sobre todo que esta vez no es un hombre convertido en maquina sino un hombre atrapado en una maquina.

    El principio en Teheran me parece de lo mejor de la película y es una pena que no mantenga ese punto de vista aunque agradezco esos pequeños disparos a la politica colonialista/falsamente paternalista de los EEUU.

    Y el sello Padilha se puede ver, aunque matizado por la búsqueda de un PG13 y el conservadurismo de Hollywood: Puedes matar a un montón de gente en pantalla pero que no se vea mucha sangre.

    • elcriticoabulico 25 febrero, 2014 a 23:38 #

      Y, por supuesto, no decir tacos. Este Robocop tiene sus pequeñas y apreciables virtudes, aunque no me convence ese trillado conflicto íntimo en plan caballero oscuro (que manía le ha entrado a todo el mundo con imitar a Nolan y su revisión del héroe tenebroso y torturado). Prefiero el original, pero este se puede disfrutar sin remilgos.

  2. bellezacorazon 25 febrero, 2014 a 18:38 #

    Yo la visto y a mi me encanta. muchas gracias por compartir.

    • elcriticoabulico 25 febrero, 2014 a 23:39 #

      La verdad es que uno pasa un rato entretenido con ella. ¡Gracias a ti por pasarte!

  3. Dessjuest 26 febrero, 2014 a 09:37 #

    Yo esta no la vi, pero evidentemente la versión original si, he de decir que aquella tampoco es que fuera la polla en verso, de chaval molaba, pero la veías años después y daba un poco de vergüenza ajena si soy sincero.

    Observo que en el reparto sale Omar Little, y la niñera de Dexter 🙂

    La veremos más que posiblemente, yo soy bastante de remakes, tendemos a infravalorarlas y a sobrevalorar la original, pero remakes llevan haciéndose desde que el cine es cine y no siempre desmerecen tanto de los originales.

    • elcriticoabulico 26 febrero, 2014 a 12:40 #

      En mi opinión, el remake parte con la desventaja de ser una idea copiada en mayor o menor medida, aunque luego depende si el objetivo es sacar cuartos a fuerza de nostalgia, si su originalidad como imitación es la simple puesta al día del argumento (curiosamente, muchas acaban por quedar más envejecidas en el proceso) o si se pretende dar una nueva vuelta de tuerca a un concepto (muchos ya ni son remakes, sino ‘reboots’). ¿Los resultados? De todo hay, pero por lo general no suelo considerar mejores a los remakes y, francamente, no se me viene ahora a la cabeza ninguna excepción clara. Es cierto que la mayoría de las películas no se basa en ideas originales, pero eso es harina de otro costal.

  4. Mónica Sz M. 26 febrero, 2014 a 13:47 #

    Aunque los remakes han sido una constante en el cine, lo cierto es que desde que empezó la ultima crisis del sector, ya es descarado. Las major han dado un giro en la dirección del plano. Ahora buscan la película para realizar la secuela o el remake y funcionan al revés. buscan director, actores y por último el guionista. Desde luego que las ideas originales siempre han sido difíciles de encontrar, pero ahora no se arriesgan nada. Buena dosis de efectos especiales, última tecnología y éxito asegurado. menos mal que las hay mejores y peores. Leída tu crítica veré el nuevo Robocop.

    • elcriticoabulico 26 febrero, 2014 a 16:57 #

      Sí, solo con tener en cuenta la cantidad de obras del mundo que se «tradujeron» al sonoro podemos hacernos una idea (y del blanco y negro al color, y de las criaturas de marioneta a la animación digital,…). Pero sí, los remakes, las segundas partes y las franquicias ejemplifican a la perfección la sequía de ideas, el profundo conservadurismo y la alergia al riesgo que prima en los estudios.

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