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El planeta de los dinosaurios

18 Feb

«Dios crea al dinosaurio. Dios destruye al dinosaurio. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea al dinosaurio.»

Ian Malcom (Parque Jurásico)

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El planeta de los dinosaurios

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Año: 1978.

Director: James K. Shea.

Reparto: Louie Lawless, Pamela Bottaro, James Whitworth, Charlotte Speer, Derna Wylde.

Tráiler

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            Lo bueno y lo malo de la serie B -o Z- es que el que resulte entrañable o irritante va a gusto del consumidor. Nunca te va a garantizar obras de arte absolutas pero, dentro de ella, se pueden encontrar de vez en cuando buenos detalles de arte cinematográfico que, incluso, acaban influyendo al cine de mayor presupuesto. Eso siempre y cuando la parte artística de la película contenga personas dotadas de talento, que no se dejen eclipsar por presupuestos paupérrimos y medios paleozoicos. Este no es el caso.

            El planeta de los dinosaurios no es más que una especie de revisión del clásico de Julio Verne Viaje al centro de la Tierra, es decir, un periplo fantástico en un territorio desconocido en el que aparecen dinosaurios, si bien en esta cinta los monstruos corretean por un planeta en el que naufraga una futurista expedición espacial.

            La película en sí es un compendio de cutrerío artístico desde la primera escena, en la que los paralelismos con El planeta de los simios, rodada nada menos que diez años antes, y la diferencia en el tratamiento de ambas es una buena muestra de las carencias que se van a suceder a lo largo de la obra. Esto es, una puesta en escena pedestre con una fotografía fea con avaricia en la que ni siquiera se sabe hace una noche americana en condiciones y un vestuario y estética probablemente ya demodé incluso en su época, aunque el chándal del capitán y alguna de las minifaldas de las ayudantes son muy bonitos.

Los monstruos, animados por Stephen A. Czekas -paleontólogo y escultor de dinosaurios- a imitación de las siempre sugerentes creaciones del mago Ray Harryhausen y uno de los principales atractivos del film, son bastante menos dinámicos y más acartonados que los del genial maestro del stop-motion, que tampoco exigían un presupuesto elevadísimo; en unos tiempos en los que este tipo de animación se encontraba ya en caída libre.

No menos horrible –o adorable, según se vea- es un guión pergeñado en una tarde de acidez de estómago, ayudado por unos actores que por imagen y capacidades interpretativas parecen sacados más bien de una película de Linda Lovelace.

Por otra parte, la tecno-psicodélica banda sonora no es demasiado mala en comparación con lo demás y se ajusta bien a lo que es el tono general de la película.

Tras esto, el director Joseph K. Shea nunca volvería a trabajar detrás de una cámara.

Serie B pura, clásica, mala. Pero evasiva y desintoxicante.

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Nota IMDB: 4,2.

Nota FilmAffinity: 5,6.

Nota del blog: 4,5.