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“Si volviera a nacer, me gustaría hacer exactamente lo mismo.”
John Ford
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Siete mujeres
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Año: 1966.
Director: John Ford.
Reparto: Anne Bancroft, Margaret Leighton, Sue Lyon, Flora Robson, Mildred Dunnock, Betty Field, Anna Lee, Eddie Albert, Mike Mazurki, Woody Strode.
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No hay nada como ver las películas de John Ford para desmontar uno por uno los tópicos que, injusta y malintencionadamente, pesan sobre su arte. [más] Ford retrata a la mujer como pilar fundamental de la comunidad desde su carácter terrenal repleto de lógica, resistencia y capacidad de sacrificio, como bastión familiar por excelencia, como corporeización del ideal paradisíaco del Hogar, agente integrador del individuo. [más]
Siete mujeres, último largometraje de ficción del maestro estadounidense, es atípico en su configuración [más], mas perfectamente coherente respecto a las inquietudes y el pensamiento del autor.
A pesar de ambientarse en la exótica y convulsa China de 1935, Siete mujeres es un western por derecho propio. En ella impera el espíritu fronterizo del género en su concepción literal y metafórica [más].
No obstante, más allá de esta amenaza cierta e inexorable, el conflicto que expone Siete mujeres es interior. [más] Siete mujeres es el relato de un duelo [más]. Es el conflicto entre dos maneras antagónicas de entender el mundo y la existencia. Entre el conservadurismo y la liberación. Entre el puritanismo formal y la virtud moral puesta en práctica. Entre la insatisfacción enquistada y destructiva y la realización personal impetuosa y benefactora. Entre la mujer del siglo XIX y la mujer del siglo XX.
Acorde al hosco escepticismo que predominará en los estertores de su mayúscula obra [más], John Ford, quien por otro lado siempre había sido un esquinado humanista de afilada mirada crítica, presenta en Siete mujeres a uno de sus más valerosos protagonistas, a su modo pariente directo de sus héroes marginales, reflexivos, íntegros y valientes hasta la entrega definitiva, fatalismo preestablecido que cierra el círculo de su naturaleza irredimiblemente trágica y solitaria. [más] Pero no se trata de reivindicar una figura de mujer travistiendo a un personaje masculino, sino que Cartwright mantiene incólume su femineidad. [más]
La posición de Cartwrigth se opone de pleno a la de la estoica e inflexible Andrews, ejemplo de la arrogante, obcecada y autoindulgente ingenuidad de quien ignora con los ojos cerrados la realidad de su alrededor. [más]
Ford elabora un detallado estudio de caracteres repleto de matices, flexiones y recovecos que se trazan desde el guion y, en especial, desde la escritura visual [más]. La disputa transcurre subterránea, si bien crispada y palpable dentro de la opresiva atmósfera de la misión. [más]
Cada vez más acre y oscuro [más], el filme descerraja por boca de mujer descarnadas sentencias sobre la condición humana en su totalidad. Ford, que había revestido a sus creaciones de un sencillo, privado pero importante poso de espiritualidad, se atreve incluso a dudar de Dios. Quizás las incógnitas legítimas de quien encara su propia desaparición.
El colosal fundido a negro de un gigante.
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Nota IMDB: 6,9.
Nota FilmAffinity: 7,4.
Nota del blog: 9.
Una crónica sencillamente magistral, apasionada pero sin perder en ningún momento tu proverbial capacidad analítica. Y en este caso con un estudio primoroso de momentos de la película y de reflexión lúcida sobre la obra global el gran maestro, haciendo uso de argumentos irrefutables que desnudan muchas de las superficiales e injustas críticas recibidas por Ford. No ya solo en el ámbito del poder femenino, eso sí, ajustado a su tiempo, más aún habría que hablar de esa humanidad que citas y de una visión social indiscutible, frente a los que hablan de misoginea (confunden con veraces retratos sociales y estereotipos de una época) y conservadurismo (confunden con tradición de esas mimas épocas).
Esta película siempre me pareció especial y distinta, que como bien indicas hace un retrato de personajes de estudio en cualquier escuela de cine. Con el sello indiscutible de genio, pero abarcando lugares y rincones aún más extensos de lo normal en sus películas. No está entre el ramillete de mis favoritas del genial director, pero eso y nada es lo mismo, pues muchas de sus obras en sí mismas y sin comparar son sobresalientes, como es el caso.
A mí me sorprendió mucho. Un colofón lleno de fuerza, a la altura de un autor que bien podría encarnar la palabra «cine».