Origen USA

31 Oct

“No encuentro nada en las películas de Godard. Su construcción es pobre, son fallidas en lo intelectual, son películas por completo muertas. Cinematográficamente no es nada interesante y sí infinitamente aburrido. Godard es un coñazo. Solo hace películas pensando en el aplauso de la crítica.”

Ingmar Bergman

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Origen USA

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Origen USA.

Año: 1966.

Director: Jean-Luc Godard.

Reparto: Anna Karina, Lászlo Szábo, Jean-Pierre Léaud, Yves Afonso, Marianne Faithfull.

Tráiler

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           A pesar de su denominación de origen francesa y su manifiesta voluntad transgresora, los miembros de la Nouvelle Vague también se reconocían deudores y amantes del cine popular hollywoodiense. En el caso de Jean-Luc Godard, el más extremista de entre los partícipes del movimiento, su icónico debut Al final de la escapada revelaba ya una evidente filiación noir, desbordada de guiños, tributos –el papel de Jean-Paul Belmondo no deja de ser una aproximación al estereotipo de Humphrey Bogart– y códigos apropiados y retorcidos a su antojo y capricho.

            Será precisamente Godard quien tenga el honor de llevar por primera vez a la gran pantalla una de las novelas de Donald E. Westlake –alias del escritor Richard Stark- protagonizadas por Parker, ladrón testarudo y amoral donde los haya, si bien transformado aquí en una decidida fémina con los hechizantes rasgos de Anna Karina y que (presuntamente) investiga la violenta muerte de su amante. Por supuesto, la historia quedará sometida en todo momento a la omnímoda personalidad del autor francosuizo, quien ejerciendo su innegociable libertad autoral –y su desgana por pagar cualquier derecho por la obra- tan solo se molestará en seleccionar apenas un par de situaciones del texto original.

            Así las cosas, según confiesa Anna Karina en un diálogo del propio filme, Origen USA es más bien una parodia/homenaje del cine negro en la que, Godard, de nuevo atrincherado en su papel de director-autor-estrella, introduce en la coctelera, agitándolos con lisérgico albedrío, los cánones del pulp, la actualidad política francesa y global desde una óptica revolucionaria comunista, el colorismo y la ingenuidad de Disney, la percepción estética del pop de los sesenta y gotas de slapstic comiquero, salpimentadas todas ellas por mil y una referencias cinéfilas e inquietudes artísticas particulares marca de la casa.

Es decir, que esta especie de Alicia en el país de las maravillas ambientada en los submundos político-criminales de una localidad francesa que finge ser Atlantic City -con su correspondiente caos urbano en forma de ensordecedores sonidos cotidianos- es un nuevo ensayo metalingüístico en el que, como Pierrot el loco, la aventura parece surgir de manera improvisada y espontánea de la febril mente de su protagonista –de ahí la combinación entre innovaciones con el color y el plano con la puntual dejadez y aspecto de obra de teatro escolar de la cinta-.

Origen USA es por tanto una película que se construye y se observa a sí misma. Godard ante el espejo, como a él le gusta, con el espectador obligado también a admirarle.

            El asunto es que todos estas indagaciones formales, búsquedas de caminos intransitados y desobediencias arbitrarias han sido formuladas a su vez por otros autores pero con más sentido y respeto hacia el espectador, con ejemplos como Seijun Suzuki en aquella extraña Branded to Kill o su precedente El vagabundo de Tokio, ésta algo más áspera y farragosa.

Inconexa e incomprensible en su anárquico y experimental planteamiento, estructura argumental y puesta en escena, Origen USA hace gala de la repelencia natural que provocan las obras más pretenciosas, pedantes e insoportables de Godard. De ahí que ya a los veinte minutos uno desista del arduo ejercicio que supone tratar de seguir las pizpiretas andanzas de la musa y empiece a preguntarse con irritación qué le quiere proponer Godard en pleno desbarre creativo, por qué se lo tiene que contar a uno, pobre diablo, y por qué debería uno interesarse siquiera en lo que tenga que decir, si es que acaso dice algo y no se está limitando simplemente a dar alivio a su incontinencia artística, fílmica, cinéfila o vaya usted a saber qué.

            Desaconsejable para todo aquel que no sea un aplicado e infatigable estudioso de la teoría y el lenguaje de la ficción cinematográfica.

 

Nota IMDB: 6,3.

Nota FilmAffinity: 6,5.

Nota del blog: 2.

13 respuestas to “Origen USA”

  1. antoniomartingarcia 31 octubre, 2013 a 18:31 #

    Veo que profesamos la misma animadversión por el cine del amigo Godard. Ahora, reconozco que hay películas suyas que he visto varias veces y con las que logra convencerme y todo, como «Alphaville» o «Le Mépris». Pero bueno, en líneas generales suscribo la frase con la que tan acertadamente has definido su cine: «la repelencia natural que provocan sus obras más pretenciosas, pedantes e insoportables».

    • elcriticoabulico 31 octubre, 2013 a 23:27 #

      A mí por ejemplo me gustó Banda aparte, pero la verdad es que cada vez que veo una cinta suya más me arrepiento. Qué tío tan pelmazo. Pura egolatría. Me da la impresión de que tan solo innova porque no tiene ni idea de rodar una película con fundamento.

  2. Mauser 31 octubre, 2013 a 23:55 #

    Desconocía el repudio de Bergman al cine de Godard aunque debo decir que «el séptimo sello» si acaso su película mas icónica me pareció un castañetazo como pocos si no mal recuerdo cuando la vi en su tiempo. Lo mismo con «Al final de la escapada» de Godard pero bueno decir que solo he visto un par de películas de Godard y de Bergman no he vuelto a vislumbrar nada de sus «maravillas» mas por pereza que por otra cosa.

    • Mauser 31 octubre, 2013 a 23:56 #

      Disculpad la falta de comas…

      • elcriticoabulico 1 noviembre, 2013 a 12:28 #

        No vamos a negar tampoco que Bergman tiene plomazos imponentes -aún recuerdo retorcerme en el sofá con Gritos y susurros-, pero al menos muchas de sus obras poseen un calado intelectual que las puede hacer interesantes -al menos sí saben captar mi atención y, en ocasiones, entusiasmarme-. En el caso de Godard, ni siquiera vislumbro esa posibilidad. Me recuerda a un niño mal criado que pinta la pared para llamar la atención (‘enfant terrible’, ese epíteto al menos se le ajusta en parte). Creo que lo que realmente necesita Godard es un abrazo.
        ¡Un saludo y gracias por pasarte!

  3. Dessjuest 1 noviembre, 2013 a 11:15 #

    Te habrás quedado descansado 😀

  4. ¡Hagan Sitio! 1 noviembre, 2013 a 11:51 #

    Bravo Bergman! jajaja

    • elcriticoabulico 1 noviembre, 2013 a 12:29 #

      El sueco no se casa con nadie. Creo recordar que, de hecho, Godard sí es admirador de su obra. Menudo chasco se debió llevar.

  5. Sergio 1 noviembre, 2013 a 17:04 #

    Entiendo tu crítica y me parece razonada con mucha lógica y mucha coherencia, aunque no lo comparta, no por ésta, que no es de las mejores. Lo que me sorprende es que perseveres, a ver si vas a ser tú el infatigable estudioso ;-). Saludos

    • elcriticoabulico 2 noviembre, 2013 a 15:30 #

      Jaja Lo cierto es que parto sin prejuicios a la hora de ver una de Godard y me gusta intentar ver por qué fascina tanto a tanta gente entendida. Esta en concreto me despertaba además bastante curiosidad por su origen literario. Soy un tío muy perseverante.

  6. Sergio 3 noviembre, 2013 a 21:48 #

    Bergman también dijo que Tarkovski le fascinaba y que Antonioni iba por el mismo camino pero que se murió en su propio aburrimiento, qué destroyer el sueco 🙂

    • elcriticoabulico 4 noviembre, 2013 a 00:45 #

      Ya se sabe, Bergman era de talante taciturno, estricto y poco sociable. Si tenía que criticar, criticaba con fiereza. En el caso de Tarkovski, la admiración era mutua: el soviético era devoto suyo y de Bresson.

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