Archivo | 14:22

El fugitivo

6 Jun

“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos, amén.”

Mateo 6:13

.

.

El fugitivo

.

El fugitivo

.

Año: 1947.

Director: John Ford.

Reparto: Henry Fonda, Dolores del Río, Pedro Armendáriz, J. Carrol Naish, Leo Carrillo, Ward Bond.

.

.

            Es evidente el interés que una novela como El poder y la gloria, de Graham Greene, podía suscitar en un hombre como John Ford, cineasta de inquebrantables principios humanistas, con inclinación hacia los desapercibidos heroísmos marginales o íntimos y con un fuerte peso de la religión y la espiritualidad presente a lo largo de su obra.

Este via crucis de un sacerdote cobarde y pecaminoso, en penosa huida de la autoridad estatal del México envuelto en la denominada Guerra Cristera, había supuesto el texto más comprometido con la fe cristiana del novelista británico, así como una de las cumbres de su trayectoria. Alegoría sobre el valor moral y espiritual de los sacramentos cristianos, a partir de una presentación maniquea y un fondo más bien monocromático El poder y la gloria desarrollaba con intensidad progresiva un interesante estudio acerca de las dudas, dilemas, tentaciones, esperanzas y redención de un cura embarcado en una fuga que, por designios del Señor, no es sino el sinuoso camino hacia su particular Calvario.

            En El fugitivo, su traducción al fotograma, John Ford acentúa entonces el valor universal del escrito impregnándolo de un pronunciado sustrato bíblico, para entregar un filme que proclama de inicio su atemporalidad. El diseño de producción, de hecho, podría pasar por el de una película religiosa de Cecil B. DeMille, desde las notas de la banda sonora hasta la composición del escenario y el vestuario de los personajes, el cual incluye asimismo cierta estética filonazi en el uniforme policial mexicano, referencia a ese totalitarismo del Estado que comparte medidas antieclesiásticas y acusaciones de doble moral con el comunismo soviético.

            Apoyado en la excelente fotografía de Gabriel Figueroa, surge aquí el Ford más formalista, entregado sin mesura a la confección y ostentación de imágenes propias de la iconografía cristiana. El clérigo encarnado por Henry Fonda, actor mayúsculo al que la condición de hombre de confianza de Ford le entrega total libertad de acción, queda asimilado en su aparición a la figura del Cristo crucificado; la prostituta de la sobreactuada Dolores del Río es una virgen extática, Ward Bond compone una especie de buen ladrón, el ladino mestizo emula a Judas incluso en el cobro de sus treinta monedas de plata y los jinetes de la policía podrían pasar por romanos del cruel Herodes asolando villas y matando inocentes.

Nada que fuese ajeno al realizador, que ya había rodado una película con un similar tour de force impregnado de sentimiento religioso en la abrumadora El delator.

            No obstante, a fuerza de resaltar sus intenciones apologéticas y de centrar todo el esfuerzo en el apartado estético –contradicciones del sencillo carácter de narrador que convirtió a Ford en uno de los más grandes-, El fugitivo exalta aún más el maniqueísmo del original y pierde buena parte de la potencia introspectiva residente en su protagonista, más heroico que en la obra de Green y con menos asperezas una vez velado su alcoholismo y su paternidad –sugerida de manera imperceptible e incluso entremezclada con dudas acerca de su posible compartición con el obsesivo capitán de policía-.

           Aun así, este considerado Ford menor deja para el recuerdo virtudes narrativas características de su autor, como su precisa presentación de personajes, además de unas notables actuaciones de Fonda, Bond y en especial Armendáriz, y algunas imágenes de una plasticidad difícilmente igualable.

 

Nota IMDB: 6,6.

Nota FilmAffinity: 6,4.

Nota del blog: 7.