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Juntos hasta la muerte

20 Jun

“Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.”

Lord Byron

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Juntos hasta la muerte

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Juntos hasta la muerte

Año: 1949.

Director: Raoul Walsh.

Reparto: Joel McCrea, Virginia Mayo, Dorothy Malone, Henry Hull, John Archer, James Michell, Harry Woods, Morris Ankrum.

Tráiler

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            Desde la pionera Asalto y robo de un tren, el cine descubrió que el western admitía cualquier tipo de género, inventado o por inventar, dentro de sus holgadas hechuras. Que se juntaran dos todoterrenos como Raoul Walsh en la dirección y W.R. Burnett en el texto, con amplio conocimiento y experiencia en el criminal, garantizaba que en el interior de un western como Juntos hasta la muerte concurrieran a la perfección, con naturalidad y densidad dramática, los símbolos y los espacios característicos del cine Oeste con los códigos y arquetipos del noir más pesimista.

           Más aún, el argumento del filme supone un remake en toda regla de El último refugio, rodada por Walsh ocho años antes, centrado por tanto en los preparativos previos a un arriesgado golpe, el último para un forajido hastiado del juego y con ansias de redención (Joel McCrea en este caso, bueno por naturaleza).

La tensa calma antes de la tormenta en la que, como en aquella, se le ofrece al protagonista dos vías de futuro divergentes con forma de mujer: una azarosa, indeseada y dolorosamente consecuente con la irreparable condición de paria del forajido, la de prostituta mestiza interpretada por Virginia Mayo; y una tranquila, anhelada pero improbable, la que representa la dulce señorita sureña encarnada por Dorothy Malone.

           Juntos hasta la muerte es un western que habla sobre el carácter inexorable de un destino que juega con las cartas marcadas, de la condena fatalista forjada por el propio pasado y manifiesta en cicatrices imposibles de cerrar o condenadas a repetirse una y otra vez, y de la peligrosa y decepcionante falsedad de las apariencias.

Elementos esenciales del cine negro, junto con la naturaleza marginal de sus protagonistas, que Walsh encierra en un territorio abierto y luminoso pero al mismo tiempo árido, desolado y fantasmagórico. Un ‘fin del mundo’, literalmente, donde aparecen incluso detalles atmosféricos de procedencia fantástica –la impresionante carcasa ruinosa de Todos los Santos como metáfora del microcosmos que habitan los personajes, los cantos indios como trance que pregona la muerte, la Ciudad de la Luna, tan ilusoria como los planes del honrado asaltador-.

           Es cierto el inconveniente del ligero pero desconcertante tono cómico del inicio y que McCrea, aunque no acometa mal su papel heroico y bondadoso -casi el único de su registro-, no posee ni por asomo la turbiedad, agresividad y desesperación que barnizaba el rostro del Humphrey Bogart de El último refugio y que tan bien le sentaba al personaje. Sin embargo, Juntos hasta la muerte consigue elevarse por derecho propio como una película más que aprovechable.

El guion, lleno de traiciones e intereses cruzados, se desarrolla en la pantalla con una admirable intensidad –la firme realización de Walsh acostumbra dar lugar a obras de vigorosa potencia narrativa-, que continúa in crescendo una vez libera toda su violencia e inflama su dimensión romántica.

Una violencia que, como en las grandes tragedias, explosiona con mayor crueldad en el plano emocional que en su aspecto físico para encumbrar, poco a poco, a la infausta, inolvidable y embetunada figura de Virginia Mayo.

 

Nota IMDB: 7,1.

Nota FilmAffinity: 7,7.

Nota del blog: 8.