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La otra cara del crimen

29 Dic

“Si tú le preguntas a un cineasta cuál es la película más difícil de hacer, te dicen El padrino. Dura tres horas, no hay trucos de cámara, es pura narrativa y personajes, pocos efectos especiales… Intento no perder ese criterio, aunque no esté a la altura.”

James Gray

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La otra cara del crimen

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La otra cara del crimen.

Año: 2000.

Director: James Gray.

Reparto: Mark Wahlberg, Joaquin Phoenix, Charlize Theron, James Caan, Ellen Burstyn, Faye Dunaway, Victor Argo, Robert Montano.

Tráiler

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            Haciendo justicia a su proclamación como sucesor de Francis Ford Coppola, el cine negro de James Gray tiene como protagonista al hombre sometido a la presión de su entorno íntimo; el individuo encadenado, más mal que para bien, a los lazos de fidelidad de la familia (de sangre o de facto), organismo opresor responsable de escribir de antemano el destino de sus partícipes.

Después de sorprender con su opera prima, la estimable Cuestión de sangre (Little Odessa), por la que recibiría el León de plata como mejor director en el festival de Venecia, Gray retornaba tras las cámaras con La otra cara del crimen, basada en parte en una trama de corrupción en la que se había visto envuelto su padre un par de décadas atrás. Los seis años que median entre una y otra cinta reflejan la meticulosidad de uno de los últimos autores del Hollywood industrializado.

            Escrita con estilo clásico y elegante, con un tempo que deja respirar a las escenas y el pulso psicológico de los personajes, ajeno a las convenciones adrenalínicas y epidérmicas del thriller comercial –la violencia, por ejemplo, nunca aparecerá en primer plano-, La otra cara del crimen ilustra la lucha de un exconvicto (el inoperante Mark Wahlberg, elección inadecuada) contra la fatalidad impuesta por su contexto familiar y privado y, a la vez, por redimirse y recobrar su sitio usurpado en ese mismo ambiente consanguíneo. Una tragedia escenificada en un presente sombrío y pesimista, condicionado y en conflicto con las deudas emocionales y criminales del pasado.

            La fotografía de tonos pictoricistas inunda de sombras el celuloide, acompañado desde la partitura por notas musicales graves, luctuosas, mientras que el registro sonoro servirá para acentuar la intensidad dramática de ciertas escenas clave, si bien quizás de manera un tanto reiterativa y por ello progresivamente menos eficaz.

Es una atmósfera que reclama cierta herencia de El padrino, aunque el abuso inmoderado de esta filiación estética y anímica desemboca en un exceso de afectación que acaba por lastrar los resultados del filme.

            La película resulta más lograda e interesante en ese acercamiento a la mezcla y difuminación entre negocios legales e ilegales que en la vertiente melodramática y emocional del relato, en la que se entretejen tímidas alusiones a los prejuicios raciales –otro elemento que en definitiva ayuda a delimitar ese círculo familiar- con notas de amor prohibido y un conflicto de celos románticos un tanto pillado por los pelos. El forzado desenlace trágico de este último tema demuestra que La otra cara del crimen funciona mejor cuando se mueve desde la sutileza y apuesta por desarrollar su propia personalidad.

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Nota IMDB: 6,4.

Nota FilmAffinity: 6,1.

Nota del blog: 6.