“En Nueva York todo el mundo es un poco extraterrestre.”
Scarlett Johansson
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Extraterrestre
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Año: 2012.
Director: Nacho Vigalondo.
Reparto: Julián Villagrán, Michelle Jenner, Carlos Areces, Raúl Cimas.
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Si algo nos ha enseñado Hollywood, es que en los momentos de mayor adversidad es cuando surgen los héroes. Cuando uno toma conciencia de su deber moral y asume el sacrificio que le corresponde sobreponiéndose a minucias como el egoísmo, la indecisión o el miedo. Pero a Nacho Vigalondo no le engañan. Él sabe que, en cualquier situación que se precie, corriente o extraordinaria, lo que realmente predomina en la convivencia humana son los momentos incómodos y humillantes, el patetismo más indecoroso y vulgar que, por lo general y de manera inmisericorde, tiende a predominar en la existencia del individuo de a pie.
El contraste entre épica y cotidianeidad, entre lo ejemplar y lo mediocre, entre lo memorable y lo mísero. Una contradicción de irónica mordacidad que, en muchos aspectos, se traduce a una situación por casi todos conocida: el bochornoso contraste entre la emulación de los códigos ideales que vemos en las películas y su cutre resultado de su puesta en práctica en la realidad.
En Extraterrestre, el invasor alienígena no es una herramienta para una parodia chusca, y ni siquiera alcanza en la trama la categoría de ‘macguffin’. Es un simple decorado anecdótico bajo el que una serie de personas, perfectamente normales, entrecruzan por azar sus caminos y sus prosaicas preocupaciones, necesidades y deseos. Siguiendo esta idea, la premisa de la última Eva, una constante del cine apocalíptico, queda reducida a una comedia de enredo absurda pero a su manera sobria y muy creíble, en la que destaca la absoluta e hilarante naturalidad de las líneas de guion, hechas buenas por un buen reparto en el que, faltaría más, destaca la particularísima e impagable vis cómica de Carlos Areces.
Se agradece por tanto que el argumento, de nuevo, se centre más en la descripción de ese absurdo indisociable de la sociedad y del hombre que en el puro (y básico) entramado romántico -el desenlace, más convencional y mucho menos inspirado, presenta la única excepción a tan recomendable norma-. Una decisión difícil de acometer, resuelta con talento -incluso superando con admirable suficiencia la barrera que supone la pérdida de la sorpresa inicial-, y que por otro lado permite a Vigalondo, gracias a esas pequeñas, mezquinas, reconocibles y dolorosas traiciones que refleja, trazar una visión bastante amarga del género humano. De cualquier hijo de vecino, vamos. En boca de los personajes, las alusiones a los bichos, al Mal, nunca van dirigidas hacia los extraterrestres.
Nota IMDB: 5,8.
Nota FilmAffinity: 5,6.
Nota del blog: 7,5.
Comedia infravaloradísima, que además no es solo simple entretenimiento y también tiene su miga y cierta profundidad a la hora de exponer las relaciones humanas, como bien dices. A ver cuándo puedo echarle el ojo a ‘Open windows’, que llevo una temporada complicada y sin apenas tiempo para el cine… aunque leyendo tu opinión sobre ella se me han quitado un poco las ganas. Pero habrá que verla de todas formas.
Un saludo.
Me extrañó que tuviera tan poca nota en IMDb y FilmAffinity, la verdad. A mí me pareció una peli muy estimable. Sobre Open Windows hay opiniones para todos los gustos, o sea que anímate sin prejuicios y ya te leeré si publicas algo al respecto. Un saludo.