Joker

14 Oct

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Año: 2019.

Director: Todd Phillips.

Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Zazie Beetz, Frances Conroy, Brett Cullen, Shea Whigham, Bill Camp, Glenn Fleshler, Leigh Hill, Josh Pais, Sharon Washington, Brian Tyree Henry, Douglas Hodge, Dante Pereira-Olson.

Tráiler

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          El Gwynplaine de El hombre que ríe procuraba llevar el rostro embozado. Así ocultaba la mueca que le desfiguraba la faz con una perpetua y exagerada sonrisa que se contraponía frontalmente a la constante desgracia que asolaba su existencia, azotada por el sadismo, la tiranía y el engaño. Al Arthur Fleck de Joker le revienta la risa a borbotones cuando le golpea la crueldad de una sociedad enajenada. Es una carcajada que humilla, que repugna, que asfixia. La grotesca e impactante estampa que imaginaba la película de Paul Leni sería el germen de uno de los principales rivales de Batman, consagrado como personaje trágico por cómics como La broma asesina, de Alan Moore, y solemnemente inscrito en la mitología popular del cine por El caballero oscuro, de Christopher Nolan.

Joker es una obra alejada de la espectacularidad -sombría o luminosa- propia del cine de superhéroes, uno de los grandes filones comerciales del cine contemporáneo. Joker es fundamentalmente una tragedia construida sobre la incomodidad. Los fotogramas y el libreto de Todd Phillips -escrito este último junto a Scott Silverconvierten a Arthur en una presencia tremendamente incómoda en la pantalla, de la misma manera que su compañía y su naturaleza como enfermo mental incomoda a aquellos que lo rodean. El bufón que da vergüenza ajena, el desgraciado cuya miseria repele. Es imprescindible para ello la actuación de Joaquin Phoenix, dueño de un aura asociado a criaturas torturadas. Su característico y anticanónico estilo, tan ausente como intenso según la ocasión, se combina con una anatomía que es puro escombro retorcido. Phoenix interpreta hasta con la escápula.

          De esa constante incomodidad, Joker extrae poder perturbador, pero también una profunda tristeza. Porque el personaje sufre situaciones que se comprenden, desoladoras maldades cotidianas -la mezquindad, la falta de empatía, el desprecio, el clasismo…-. Cualquiera puede estallar el día menos pensado, sugiere. Antitético de la épica y el glamour del archivillano, el martirio de Arthur, parejo a su definitivo despeñamiento hacia una locura irreparable, va dibujando un retrato social decididamente tenebroso. La oscuridad, la soledad y la tortuosidad que ofrecen las composiciones visuales -esa figura siempre sola o rechazada, envuelta en trances penosos, crispados y tétricos, cercada de mugre y fealdad- es la semblanza moral de una Gotham en crisis que surge como una ciudad asediada por la basura, por las ratas, por la suciedad, la pobreza y la desesperación.

          La estética del filme se remite a los años setenta, una de las décadas más turbulentas y volátiles de la historia reciente de los Estados Unidos, que se manifestaría en el séptimo arte a través de un Nuevo Hollywood poblado de antihéroes atormentados y dudosos. Joker trata de dialogar con esas cintas de obsesión reconcentrada y sangrienta, de rebeliones a sangre y fuego emprendidas desde los márgenes abandonados de la megalópolis, con ejemplos manifiestos como Taxi Driver y El rey de la comedia. Robert De Niro, protagonista de ambas, surge como catalizador evidente de estas referencias, pero también con un puñado de guiños sembrados por el camino.

A través de esta guía espiritual, Joker habla de un sistema diseñado para que el pez grande se coma al pez chico, así como de los monstruos abisales que engendra esta injusticia flagrante, egoísta y homicida. Los privilegiados, satisfechos con su caridad purificadora, ríen mientras contemplan las desdichas de Charlot, el eterno vagabundo que, al mismo tiempo, podría transmutarse en el pérfido Adenoid Hynkel, dictador de Tomania. Curiosamente, el guionista Konrad Bercovici demandaría a Charles Chaplin acusándole de que El gran dictador era un plagio del filme King, Queen and Joker, donde el hermanastro del genial cineasta, Sydney, encarnaba por igual al primero y al último de los personajes. Rey y bufón, bufón y rey. Todo uno. Siniestramente intercambiable.

          En Joker se empatiza con Arthur Fleck, pese a que su mente se aboca cada vez más al delirio psicótico. Con todo, hay detalles de lenguaje que lo muestran más ajeno que grandioso. El primer asesinato del yuppie o el seguimiento obsesivo de la vecina están filmados con tomas relativamente alejadas del personaje. Relativamente frías, objetivas, dentro de una función en la que abundan los primeros planos.

          Esa cercanía se percibe asimismo en cuestiones bastante menos positivas. Phillips insiste por momentos en subrayar líneas conceptuales -«esta gente no nos quiere», remacha la funcionaria del servicio de salud tras mencionar los recortes presupuestarios- o elementos del relato -el narrador poco fiable-, al igual que abusa de recursos de impacto cargados de significado -esa carcajada tan simbólica-.

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Nota IMDB: 8,9.

Nota FilmAffinity: 8,5.

Nota del blog: 7,5.

8 respuestas to “Joker”

  1. Deckard 14 octubre, 2019 a 14:22 #

    Lo mejor del año con diferencia, Victor (junto con «Parásitos» que está al caer) «Joker» tiene como gran virtud erigirse a la vez en un spin off de la franquicia Batman, y en un drama de profunda hondura sobre una persona metida en problemas. En este ultimo caso puede ser disfrutada igualmente por personas que no sean amantes del cómic, o que estén poco familiarizadas con el universo que puebla Gotham. Yo creo que tiene más paralelismos con «El rey de la comedia» que con «Taxi Driver», aunque los opresivos ambientes urbanos también podrían emparentarla con esta ultima. Lo más inquietante de todo es la indudable empatia que genera un personaje tan problemático. Un claro síntoma de que nuestra sociedad nos lleva a todos de una manera u otra a callejones sin salida no muy diferentes a los del protagonista. Algo que nos tiene que llevar a todos a la reflexion. A cambiar de abajo arriba (puesto que al revés se ha demostrado imposible) todos aquellos problemas enquistados que nos acucian. Magnífica película. Una sorpresa muy agradable.
    Saludos.

    • elcriticoabulico 15 octubre, 2019 a 14:13 #

      Tiene guiños a ambas por igual. Phillips tiene claros sus referentes y por qué los emplea. Es una película que logra impactar, desde luego. Saludos.

  2. ALTAICA 8 febrero, 2020 a 00:09 #

    Tengo sentimientos encontrados. Ni su subrayada critica social y moral me apasiona, y aún menos el abordaje de la enfermedad del protagonista confrontada con la esclerosis social dibujada. Impactante por concepción, brillante formalmente, crea un mundo irreal en la mente de Joker y en la nuestra, jugando a una ambiguedad premeditada. Artefacto provocador y supuestamente complejo en apariencia, muy del cine reciente, representa un loable intento perturbador que dista de alcanzar las bondades puestas de manifiesto por una amplia mayoría. Provocación fácil y efectista aunque con lograda atmósfera. Eso sí, Phoenix es sencillamente un monstruo de la interpretación.

    • elcriticoabulico 8 febrero, 2020 a 19:07 #

      A mí me convence bastante más que a ti, pero tampoco creas que estoy muy lejos de muchas de tus apreciaciones… aunque finalmente me decante más por el visto bueno que por el rechazo. A mí Phoenix me parece un tipo verdaderamente peculiar. Siempre magnético, en muchas películas parece que está en otra parte (a veces le va genial al personaje, como en Two Lovers) y en otras se le revoluciona la intensidad. Es un actor como de otro tiempo. Un poco como también intenta ser Joker.

      • ALTAICA 8 febrero, 2020 a 21:21 #

        Efectivamente es un actor muy especial y está desarrollando una carrera excepcional. Y parece que sabe elegir muy bien sus trabajos, pues está en algunas de las películas muy importantes de los últimos años.

      • Deckard 9 febrero, 2020 a 00:33 #

        A mi no es que Joaquim Phoenix me parezca un fuera de serie, pero lo cierto es que lo que me interesa de el es que casi siempre está metido en proyectos de alto nivel. No es un galán (ahí encajaba mejor su mítico hermano River, pero murió tan joven que ni siquiera le pudimos calibrar en esa faceta de seductor) . No tiene especial carisma para ser siempre el villano (salvo en Gladiator, un villano peculiar y añinado). Su mirada turbia e inquietante le inhabilita para hacer de americano medio íntegro y honesto. Por eso siempre le dan papeles de tíos raros que no suelen encajar bien. Y por eso también el papel de «Joker» le viene como un guante.
        Puede que «Joker» no sea una película redonda, pero desde luego es una obra con inquietudes loables, y que toca adecuadamente temas importantes y lo hace con sobriedad y respecto al espectador. Con la de películas de trazo grueso que se estrenan todas las semanas, ese mérito no me parece poca cosa.

        • ALTAICA 9 febrero, 2020 a 01:01 #

          Efectivamente hay que agradecer proyectos de este tipo frente a la mayoria de propuestas de trazo grueso. Que acierten más o menos es cosa bien distinta, pero hay que aplaudirlas. Y el éxito comercial de esta película hará a más de un productor arriesgarse.

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