El manantial de la doncella

12 Abr

«El arte debe hacer preguntas y no avanzar respuestas, que siempre me parecen sospechosas, incluso peligrosas.»

Michael Haneke

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El manantial de la doncella

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El manantial de la doncella

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Año: 1960.

Director: Ingmar Bergman.

Reparto: Max von Sydow, Birgitta Valberg, Gunnel Lindblom, Birgitta Peterson, Axel Düberg, Tor Isedal, Ova Porath, Allan Edwall, Axel Slangus.

Tráiler

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            Es curioso cómo los caminos del cine conducen a que un cineasta intelectual como Ingmar Bergman sea considerado una suerte de precursor de una vertiente del cine de explotación como es el ‘rape and revenge’ –es decir, las cintas de violación y venganza sangrienta-, cuyos cánones quedarán delimitados a grandes rasgos con el estreno en 1972 de La última casa a la izquierda, cinta directamente influida por la presente. No obstante, aunque en El manantial de la doncella comparecen los mimbres argumentales de este subgénero, el filme es en realidad un nuevo paso en la búsqueda del sueco en torno a la existencia y la naturaleza de Dios.

            Tomada la historia de una canción folclórica sueca del siglo XIII, Töres döttrar i Wänge, los personajes de El manantial de la doncella se debaten en pasiones humanas que, a la postre, les hacen cuestionarse la existencia de la divinidad, inmersos además como están en un universo donde el paganismo y el cristianismo se encuentran todavía violentamente mezclados en otra lucha antagónica –las plegarias a Odín y el hombre tuerto de la cabaña; la visión necesariamente martirológica del sentimiento religioso, el repudio a poner la otra mejilla iniciado con una especie de ancestral rito de purificación-.

La envidia, la bondad, el amor, la lujuria, la avaricia, la generosidad, la ira, la compasión. Dilemas y contradicciones. Impulsos y remordimientos.

A través de sus emociones y sus acciones, Bergman inunda a estos frágiles y desconcertados individuos de interrogantes religiosos y existenciales, que son por supuesto los suyos propios. ¿Acaso puede haber un Dios en un mundo donde se permite el ultraje absoluto de la inocencia? ¿Responde la divinidad a las atronadoras preguntas de sus criaturas? ¿Aporta consuelo? ¿Acaso debería hacerlo? Como había evidenciado en El séptimo sello, para el autor sueco las preocupaciones profundas de la humanidad son las mismas en el medievo que en la actualidad postcontemporánea.

            Bergman rueda la controvertida escena de la violación con un temple y una crudeza inusual para la época, pero su contraste con la cuidada estética que domina sus planos no es tampoco excesiva. Todo es parte de una misma unidad, de potente expresividad. El desenlace, si bien contundente en su simbolismo, no deja tras de sí unas conclusiones tan cristalinas como aparenta. Así, es significativo que en los tres años siguientes a El manantial de la doncella -y solo intermediada por la también religiosa El ojo del diablo se agrupe la conocida como Trilogía del silencio de Dios, conformada por Como en un espejo, Los comulgantes y El silencio.

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Nota IMDB: 8,1.

Nota FilmAffinity: 7,9.

Nota del blog: 7,5.

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