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¿Y ahora, qué?

12 Dic

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Año: 1934.

Director: Frank Borzage.

Reparto: Douglass Montgomery, Margaret Sullavan, Alan Hale, Catherine Doucet, DeWitt Jennings, Muriel Kirkland, Christian Rub, G.P. Huntley.

Tráiler

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          Hans Fallada había publicado Pequeño hombre, ¿y ahora qué? en 1932. La novela, ambientada en la agonía de la República de Weimar, sumergida en la angustia de la crisis económica posterior a 1929, terminaría convirtiéndose en un clásico moderno de la literatura alemana, sobreviviendo incluso a la implacable tijera nazi. Prueba de que había dado en el clavo de las pulsiones sociales del momento es que, para 1934, ya contaba con dos adaptaciones al cine: una germana, de 1933, y esta ¿Y ahora, qué? hollywoodiense, que no obstante la llevará a cabo un cineasta, Frank Borzage, que comenzará aquí una trilogía en la que retratará desde un punto de vista profundamente íntimo y emocional la desolación del país europeo y el consiguiente ascenso del nazismo, completada con Tres camaradas y Tormenta mortal.

          No por nada, Borzage era un especialista en afrontar los dramas poniendo a prueba el romance de una pareja de jóvenes, como es aquí el caso del azorado Hans y la optimista y dulce Lämmchen -interpretada por Margaret Sullavan, piedra angular de la trilogía y con la que el director contará también, en ese mismo periodo, en La hora radiante-. Esta experiencia es perceptible en la delicadeza y hermosura con la que recoge el amor que entrelaza a los protagonistas, que incluso son capaces de hallar espacios bucólicos en medio de los aprietos que los asedian y que les impiden vivir sencilla y apaciblemente, con la única ambición de entregarse el uno al otro con plenitud.

          A partir de estas dificultades -el desempleo rampante, la constante amenaza de la miseria más absoluta, el polvorín social a punto de explotar en una sociedad decadente-, ¿Y ahora, qué? traza también una crítica social que se manifiesta en las diversas formas de prostitución -figuradas, indirectas o literales- que las clases privilegiadas obligan a ejercer a los desamparados, y que encuentran su reflejo enajenado en ese clima de revolución en ciernes que tienta a los desesperados.

Este discurso que llama a la paz social termina por ser un tanto ingenuo e incluso más sensiblero que conmovedor, análogo a la resolución del melodrama de los dos enamorados, con un deux ex machina al que le pesan los años. Sin embargo, queda el lirismo, el romanticismo y la ternura que se palpa en los fotogramas, en los encuadres que acarician con cariño a sus personajes.

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Nota IMDB: 7,3.

Nota FilmAffinity: 7,3.

Nota del blog: 7.