Año: 1999.
Director: Stanley Kubrick.
Reparto: Tom Cruise, Nicole Kidman, Sydney Pollack, Todd Field, Julienne Davis, Vinessa Shaw, Rade Serbedzija, Leelee Sobieski, Marie Richardson, Thomas Gibson, Sky du Mont, Alan Cumming, Madison Eginton, Leon Vitali.
.
Al doctor Bill Harford, su mujer, Alice, le suelta de sopetón que, en su día, fantaseó impunemente con serle infiel con un oficial de la Marina. Y, entonces, al doctor Bill Harford se le desmoronan todas sus seguridades y convicciones masculinas, quedando inmerso en un tour de force de vulnerabilidad emocional, humillación personal y frustraciones sexuales. Eyes Wide Shut es la crónica de un derrumbe. Uno que sume en tal estado de aturdimiento al hombre protagonista que se le desfigura la realidad para transformársele en una pesadilla sórdida por donde corretea huérfano de todo ese poder que creía ostentar en su vida burguesa, en su vida de aspirante a élite. Un hombre miniaturizado. Un hombre emasculado. Un hombre impotente, en todos los sentidos de la palabra. Todo bajo el peso de una idea plantada en su mente, como una semilla que enraíza, germina y crece.
Al recibir el golpe, Harford se adentra en las sombras, enfundado en negro, hundido en la noche. La idea seminal medra. La atmósfera de misterio se despliega a medida que su dominio de la situación y su estabilidad mental se desbarata, con lo que la intriga va vibrando hasta alcanzar su cénit en esa célebre escena de la sociedad secreta y la orgía de máscaras venecianas, embriagadora, siniestra y perturbadora. Stanley Kubrick pone en confrontación y lucha las tonalidades cálidas, doradas, con las frías, azuladas, a la par que desliza incisivas invasiones de un color agresivo y sexual como el rojo. El segundo vals de Dmitri Shostakovich gira y gira, obsesivo, en una espiral sofocante.
La odisea de Harford dibuja una escisión entre la vida cotidiana de la pareja -el montaje paralelo de las rutinas de cada cual que se expone antes de la confesión, detalles tan anticinematográficos como secarse los genitales tras la micción o aplicarse desodorante en las axilas- y esta dimensión de fantasía y tormento en la que se adentra el médico despechado -y aun así, de un aspecto más real que la proyección puramente platónica que le desvelaba su esposa-. La minimalista e intigante música de piano sigue los pasos de Harford en su descenso a los infiernos, donde el deseo -el sexo- tiene constantemente su contrapartida de peligro -las amenazas de la secta, el destierro del poeta Ovidio, el sida, la sobredosis-. Cuando este concluye, el sonido de fondo vuelve a recuperar los ruidos diarios de la ciudad. Pero, tras el colapso, es un mundo en el que ya no se encuentran certezas, seguridades.
Eyes Wide Shut traza un venenoso estudio del matimonio como mascarada en la que, al final, el único contacto cierto parece ser el sexual, a través del cual se mide el equilibrio de sus componentes y en el que se vierten y desfogan sueños y fabulaciones generalmente vedados por las convenciones sociales. Los ojos cerrados de par en par. La ilusoria felicidad de las luces navideñas. Las calles de Nueva York recreadas en estudios de grabación ingleses. El resto de la vida en sociedad es también una mascarada, con sus ritos, sus reglamentos y sus relaciones asimétricas de poder, posesión y ambición.
Estableciendo un juego entre realidades que refuerza y amplía el planteamiento de la obra, a lo largo del metraje a Tom Cruise lo llaman maricón y enano, y un fornido actor rueda escenas sexuales relativamente gráficas con su entonces esposa. Las habladurías maliciosas y los complejos del actor aparecen reflejados en pantalla, mientras la estrella todopoderosa, el novio de América, expresa con intensidad que se diría propia el azoramiento de su personaje. Nicole Kidman, por su parte, aparece como una mujer relegada a un segundo plano tras su marido, prácticamente reducida al hogar, lucida con entusiasmo en las fiestas, sin verdadera autonomía profesional y personal.
.
Nota IMDB: 7,4.
Nota FilmAffinity: 6,8.
Nota del blog: 8,5.
Una película magnífica. Absurdamente desdeñada y menospreciada cuando se estrenó. Se dice que Kubrick, cuando terminó el montaje definitivo, y la vio completada afirmó: «Es mi mejor película.». Y no es de extrañar, porque está repleta de detalles de genio. No sólo por la excelente selección musical (como siempre en él), sino por abundantes sutilezas que va lanzando que no están al alcance de cualquiera.
Sobre la gran cantidad de veces que repetía Kubrick las tomas, incluso las más intrascendentes, hay que decir que eso a veces tiene consecuencias imprevistas. Al respecto, los miembros del rodaje afirmaban con sorna que Tom Cruise y Nicole Kidman, nunca habían pasado tanto tiempo juntos. Y era muy cierto, porque dos superprofesionales tan reclamados como ellos, probablemente hasta entonces siempre habían llevado agendas muy separadas. Teniendo en cuenta esto, y la temática tan espinosa de la película, que ponía en cuestión las rutinas habituales de las parejas tradicionales, no es de extrañar que ambos, poco después, acabarán separándose, y rompiendo una relación muy estable que se había prolongado durante más de diez años. Muy significativo.
Saludos.
No guardaba mucho recuerdo de cuando la vi (hace siglos) y sí tenía la idea de que fue acogida con ciertos repartos, pero la verdad es que me ha parecido una obra con mucha miga, muy interesante y muy actual. La he disfrutado, vamos. Tom Cruise creo que no lo pasó tan bien rodándola…
Un saludo, Deckard.
Me gusta mucho esta película. Y cada vez que la veo y la analizo descubro muchas cosas. Además es una adaptación buenísima de la novela corta de la que parte, Relato soñado de Arthur Schnitzler. Novela que recomiendo con fervor.
Visualmente, como siempre en Kubrick, es fascinante. Se puede ver como un muy especial cuento de Navidad. La Navidad está muy presente en el relato cinematográfico. Bajo esas luces de los árboles, los adornos y las calles, la onírica, extraña y reveladora carrera de Bill… Y el pistoletazo de salida es la revelación del deseo de Alice…
Beso
Hildy
Esa ambientación navideña es clave. Sobre la novela precisamente leí que se desarrolla en carnaval, con lo que la mascarada es literal. Aquí hay que acudir a otro periodo de celebraciones en el que hay cierta ‘falsedad’, cierta hipocresía, cierta mascarada.
¡Besos!
Una de las peores películas de Kubrick, que ratifica su progresivo agotamiento como cineasta. Película esteticista, sin alma y fría, por no decir que es mucho más vacía de lo que parece. Un trabajo menor en la excepcional carrera de este director.
Aquí de momento van tres contra uno, Altaica. Te vas a tener que buscar aliados en esta.
Sí. Altaica es peleón, amigo abúlico. Pero yo le invito a que la vuelva a ver otra vez con suma atención y libre de prejuicios. Seguro que descubre nuevos matices que le sorprenden.
Saludos.
Altaica es un cinéfilo de criterios firmes y coherentes. No creo que le hagamos cambiar de opinión. Ni se pretende tampoco. La disensión es parte del cine jeje.
Sí. Ya lo sé. Pero a veces hay que dar más oportunidades a ciertas películas. Has podido tener un mal día o estar menos receptivo de lo habitual por mil razones. Yo creo que está sería de las que merecería a una revisión.
Saludos.
Ya, yo es que no soy muy aficionado a volver a películas que no me hayan gustado, la verdad. No veo demasiado importante el hecho de que pueda estar equivocado. Me da pereza comprobarlo y prefiero o descubrir algo nuevo o regresar a aquello probablemente vaya a disfrutar. Leyéndolo así, no dice mucho en mi favor jaja
No. Yo no digo que esté equivocado o no. Cada uno tiene su opinión. Pero a veces, cuando veo una película que le gusta a mucha gente y a mi no, aunque me cueste, puedo darle una segunda oportunidad. Y a veces me sorprendo para bien. Ahora bien, si yo detesto una película que he visto en plenitud de condiciones y sin distracciones de ningún tipo, no hay segunda oportunidad, porque entonces está claro que esa peli no es para mí.
Saludos.
Según Eugenio Trias es un alegato en favor del matrimonio y la sexualidad dentro de ese núcleo íntimo, del que ojalá nunca saliera, frente a la sexualidad vacía y deshumanizada fuera de él. Según un amigo mío también filósofo, la obra no es más que una profunda reflexión metafórica sobre el poder. Según un servidor, la efectista por sofisticada propuesta de adentrarse en el mundo de las inseguridades personales, morales, íntimas, masculinas y aspiracionales. Una obra sin alma, donde la profundidad y el análisis mueren en el artificio y un simbolismo de cartón piedra. Saludos
Veamos. Efectivamente, es una película que se presta fácilmente a lecturas filosóficas, sociológicas y psicoanalíticas. Pero yo creo que eres un poco injusto cuando la acusas de artificiosa y efectista. No me lo parecen para nada. Todos sabemos que, efectivamente, Kubrick era un director muy cerebral, pero eso no le convertía necesariamente en alguien frío, ni siquiera esencialmente metódico. Era más detallista que metódico. Si hubiera sido más metódico, jamás hubiera permitido que el rodaje de una escena prevista para dos días, se prolongará dos semanas, que es lo que solía sucederle a menudo. Sus rodajes, algunos previstos para dos meses, podían prolongarse dos años. Y tú dirás que eso da igual, que nosotros tenemos que fijarnos en el resultado final, no en el proceso. Y tendrás razón. Pero estarás conmigo en que un trabajo tan arduo no se puede despachar con tres o cuatro adjetivos, y más, precisamente cuando esa obsesión de Kubrick por el detalle era la que marcaba la diferencia, y para mí, en el caso de esta película, clarísimamente, y para bien. Muchos piensan que esa manía de Kubrick de alargar el rodaje y de repetir doscientas veces tomas insignificantes, solo eran formas suyas de agrandar, su ego o su leyenda o de tocarle las narices al productor. Pero no. Yo no lo veo así. Kubrick, con esa forma de trabajar tan obsesiva buscaba no sólo la perfección, sino el plus añadido de que en una toma insignificante pudiera surgir lo intangible, lo inesperado.
Te voy a poner un ejemplo. En «Eyes wide shut» hay varios momentos en los que el personaje de Tom Cruise, felizmente casado y poco dado a las aventuras, parece que está tonteando con mujeres, saliendo de sus rutinas habituales, y parece más suelto que nunca siendo él mismo (haciendo caso a su yo inconsciente y liberado), pero, en la película, siempre que el flirteo va a ir más allá, pasa algo y tiene que volver a sus obligaciones maritales y profesionales (a recuperar su yo consciente, en definitiva). Escribir esas escenas y traducirlas en imágenes requiere una intuición y un mimo obsesivos. Ningún otro director en el mundo lo hubiera conseguido como él. Y, claro, para hacerlo, a lo mejor hay que ser un neurótico obsesivo talentoso como él, pero tampoco creo que a él ni a sus allegados les gustara ese aspecto enfermizo de su personalidad, pero a las personas no se las puede compartimentar y a Kubrick hay que tomarlo o dejarlo. Yo, desde luego, con su obra cinematográfica me quedo sin dudarlo. Hasta me la llevaría a una isla desierta y todo. Ahora bien, convivir con él en persona hubiera sido una cosa muy diferente.
Yo creo que «Eyes wide shut» está plagada de detalles como esas escenas que os he comentado. Y a mi es una película que me llega bastante por varias razones. Kubrick decía que era su mejor película, y creo que él sabía de cine como el que más. Ahora, que haya mucha gente que no conecte con su universo o con sus obsesiones, eso es ya otra cosa. A mi, sin embargo, me parece que lo uno y las otras, están expresadas de manera ejemplar.
Saludos.
Yo me acerco más a la segunda interpretación.
Sí, sí voy a verla y espero cambiar de opinión. Últimamente no me gusta casi nada que veo y lo mismo en comparación me ilumina. El problema es que Kubrick me ha gustado tanto y tanto que sus ultimos trabajos como Barry Lyndon, El resplandor, La chaqueta metálica y su testamento me enfadaron bastante.
Pues oye, me interesará mucho saber si te reafirmas, matizas o cambias de parecer. No dudes en hacerlo saber por aquí.