Enrique V

28 Ene

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Año: 1944.

Director: Laurence Olivier.

Reparto: Laurence Olivier, Robert Newton, Leslie Banks, Felix Aylmer, Robert Helpmann, Renée Asherson, Max Adrian, Leo Genn, Ralph Truman.

Tráiler

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        La patria de Laurence Olivier es el teatro. El teatro shakesperiano, en concreto, a quien llevaba entregando su talento desde los diez años. En coherencia con ello, su primera película como director, Enrique V, se adentra ya en la obra del dramaturgo inglés, el pilar fundamental de su filmografía en este apartado. De esta manera, una cinta concebida desde la producción para enardecer la moral de victoria de las tropas británicas durante la Segunda Guerra Mundial -se cuenta que con instrucciones del mismísimo Winston Churchill– es, sobre todo, una declaración de amor por The Globe. Por ese universo mágico donde, en apenas unos metros cuadrados de tablas, el espectador puede transportarse a un mundo donde comparecen las grandezas y las miserias de la humanidad, la épica y las emociones. Para este lugar prodigioso es el primer plano de Enrique V.

        Enrique V es, literalmente, teatro filmado. No en su acepción despectiva, esa que se refiere a dejar la cámara delante del decorado y limitarse a rodar lo que declaman los actores. Hay una creatividad formal Enrique V. De hecho, desde ese comienzo en The Globe -que recorre el escenario, la platea y las bambalinas, con las reacciones del público, los apuros de los actores y la transformación que se invoca entre ambas partes-, Olivier traza una hermosa elipsis para, a través del decorado, materializar ese acto de imaginación -sobre el que no obstante se insiste demasiado desde la voz en off, rompiendo en parte el encantamiento- en una puesta en escena puramente cinematográfica, lo que permite engrandecer la espectacularidad de los escenarios y los movimientos de masas, si bien manteniendo sin prejuicios la artificialidad propia del teatro. Esto es, su maquillaje exagerado, su colorido impactante, sus interpretaciones histriónicas, sus arquetipos conocidos de antemano. También su narrativa engolada y plúmbea. Siguiendo en el Reino Unido, apenas unos años después Michael Powell y Emeric Pressburger emprenderán un proyecto semejante, aunque por su parte centrado en la ópera, con Los cuentos de Hoffmann, todavía más decidida en estas premisas.

        Bajo esta concepción artística, el relato sigue a Enrique V en su reivindicación de los ducados franceses de Aquitania, Guyena, Gascuña y Normandía, con clímax en la batalla de Azincourt y su conocida e influyente -el cine da precisamente buena muestra de ello- arenga a sus ejércitos en inferioridad numérica. Entre tanto, hay momentos donde se combinan las cuitas monárquicas con las plebeyas, dejando también tras de sí un puñado de secundarios difusos. Casi como un postizo queda, en último término, la seducción de la princesa Catalina de Valois, a la que no consigue integrarse con naturalidad en el conjunto.

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Nota IMDB: 7,1.

Nota FilmAffinity: 7.

Nota del blog: 6.

10 respuestas to “Enrique V”

  1. Deckard 28 enero, 2021 a 15:22 #

    El comienzo que mencionas mostrando el Globe en todo su esplendor es antológico y espectacular. Y la obra de Shakespeare muy notable. Me gusta mucho también la adaptación de Kenneth Branagh (incluso prefiero la declamación de Branagh en el monólogo de Agincourt). Muy significativo que se hiciera durante la guerra con fines propagandísticos (un poco como con «Iván el terrible» de Eisenstein.) De todas formas, es un texto que trasciende a todas las épocas. Más allá de su lectura nacionalista, se puede entender como una defensa de la dignidad.
    Saludos.

    • elcriticoabulico 28 enero, 2021 a 19:02 #

      Iván el Terrible y Alexander Nevsky. Días en los que los países invocaban a sus héroes nacionales. Curiosamente, es una tendencia que también se da mucho ahora, con el rearme ultranacionalista en medio mundo, con producciones históricas de todo pelaje. Hay mucha llamada a la mitología y la forja nacional. Ejemplo de ello es aquella petición marciana de Vox de que viniera Mel Gibson a rodar la gloria épica de Blas de Lezo. Vaya tiempos.
      Saludos, Deckard.

      • Deckard 28 enero, 2021 a 21:41 #

        Jajajajajajajajaja. No sabía eso, pero dudo mucho que a Mel Gibson, por muy pretendidamente ultracatólico que sea le interesen los delirios ultranacionalistas de Vox de apoyar la figura de Blas de Lezo. A fin de cuentas, Gibson es un buen cachorrito de la Commonwealth. Australia (él sólo es australiano de adopción) es tierra de presidiarios que se venden al mejor postor, y por mucho que le pagaran las huestes de los Espinosa de los Monteros, dudo mucho que pudieran igualar las cifras que pueden ofrecer los estadounidenses por hacer cualquier trabajo mercenario (y menos si tuvieran que pagarlas ellos: para eso están las «mamandurrias» de ese Papá Estado que ellos tanto odian pero al que esquilman y ordeñan siempre que pueden a conciencia…..) . Lo que hay que oir, ver y leer. Madre de Dios.

        Saludos.

        • elcriticoabulico 28 enero, 2021 a 22:42 #

          Crowdfunding y que la ruede con diálogos en español del siglo XVIII.

          • Deckard 29 enero, 2021 a 01:50 #

            Jajaja ja. NO DES IDEAS A LOS DE VOX. Y ENRIQUE VILLÉN HACIENDO DE BLAS DE LEZO (no sé si sabes que a Lezo, con tanta batallita, le acabaron llamando «el Medio Hombre» o algo así, un poco como a a Tyrion Lannister, porque acabó cojo, tuerto, sordo… De todo. Con ese ojo a la virulé, Villén haría el papel de su vida… En fin.)
            Saludos.

  2. Manuel Pozo 29 enero, 2021 a 22:08 #

    Lo guapo sería que para Blas de Lezo contrataran a Willy Toledo y él aceptara, eso si sería un monumento a la unidad de ejpaña, jaja.

    No he visto Enrique V, pero casualmente vi hace pocos días el Hamlet de Olivier y me quedé con esa sensación extraña que tan pocas veces tengo de que no sé si me gustó o no…

    • Deckard 29 enero, 2021 a 23:53 #

      Es que las adaptaciones de Olivier son algo peculiares. En «Enrique V», por ejemplo, el arranque es de mucha brillantez cinematográfica. Y tanto esta como «Hamlet» («Ricardo III» no la recuerdo tan bien) tienen una naturaleza híbrida. Los actores son excelentes, pero Olivier no parece querer salirse de los corsés teatrales, ni vender otra cosa que no sea teatro, pese a que en ambas adaptaciones hay momentos muy cinematográficos. En cualquier caso, son muy recomendables. Hay que verlas.
      Saludos.

      • elcriticoabulico 30 enero, 2021 a 19:30 #

        De este trío solo he visto esta, y la verdad es que terminaba fatigándome bastante tanta teatralidad.

    • elcriticoabulico 30 enero, 2021 a 19:29 #

      Pues oye, no hay mejor afán de reconciliación. Aunque a alguno le daría un parraque entre tanta utopía.

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