Año: 1973.
Director: George Roy Hill.
Reparto: Robert Redford, Paul Newman, Robert Shaw, Charles Durning, Eileen Brennan, Dimitra Arliss, Charles Dierkop, Ray Walston, Harold Gould, Dana Elcar, John Heffernan, Jack Kehoe, Robert Earl Jones.
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El golpe ofrece todo lo que se le puede pedir a una gran producción del Hollywood de las estrellas. El glamour de dos astros plenos de fotogenia, una historia tan inteligente como divertida y una atmósfera atractiva y estimulante. Hasta con cierto aire de autohomenaje en esa apropiación del estilo visual de las películas de gángsteres de los años treinta, desde el logo de la Universal hasta las portadas de los capítulos, pasando por los recursos empleados para la transición entre escenas.
Es decir, que El golpe es una película que invita al espectador a dejar atrás su grisácea vida cotidiana para viajar a través de los fotogramas a otra época y otro mundo, y participar así con dos pillos encantadores en el espectacular timo a un villano que, por violento y cruel, bien se lo tiene merecido. Esa hermandad de los buenos ladrones, constituida en industria seria, posee la fascinación que se desprende observar cómo unos especialistas hacen su trabajo de forma impecable. Con camaradería, con dignidad; valores que suscitan empatía frente a la brutalidad de ese irlandés que ni bebe, ni fuma ni va con mujeres. Humildes proletarios en un terrible contexto de Gran Depresión, en el que las promesas de prosperidad del país de las oportunidades han quedado desmentidas. Si acaso, solo puede aspirarse a ellas desde fuera de los cauces de este sistema que, al fin y al cabo, está igualmente amañado.
Hay un sentimiento de entretenimiento en toda la trama que se reconoce abiertamente y se abraza. Los estafadores hablan de sus planes bajo el término ‘play’, que es el mismo que se utiliza tanto para definir el acto de jugar como las obras de teatro. Y es que, en el fondo, todo lo que hacen es un teatrillo, una representación. Tanto de cara al malvado Doyle Lonnegan como para el público al otro lado de la pantalla, a quien se puede decir que también le está reservado algún truco propio del oficio.
La belleza, el encanto y la química de Robert Redford y Paul Newman también está ahí para satisfacernos, para darnos el gusto -y, por qué no, para deslumbrar al igual que lo hace la ayudante de un mago-. George Roy Hill, clásico sin sacrificar el halo romanticismo, se entromete lo justo para afinar la orquesta y que todo suene bien. Sabe que no le corresponde demasiada cuota de protagonismo y se dedica a plasmar con perfecto saber hacer -elegante saber hacer- el relato. A gestionarlo con pulso, a que la tensión de la intriga quede bien distribuida y no decaiga nunca. A salvaguardar la autenticidad tanto del complot de los buenos como de la película que nos regalan.
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Nota IMDB: 8,3.
Nota FilmAffinity: 8,6.
Nota del blog: 9.
Esta es una película endiabladamente entretenida. Jose Luis Garci dice de ella es que es de esas en las que «miras y ya no puedes dejar de mirar.» El merecido éxito se debió aparte de al magnetismo imbatible que desprendía la química Redford-Newman, al hábil guión de David S. Ward, al impecable reparto de secundarios (encabezados por un siempre imperial Robert Shaw), y al hallazgo de la música absolutamente imbatible de Scott Joplin (adaptada por Marvin Hamlisch). Como muy bien dices, este guión hubiera encajado muy bien en el universo de Howard Hawks, con esa pasión que él tenía por los grupos de profesionales informales y rebeldes, y siempre con un tono picaresco y humorístico.
En cuanto al realismo, poco se puede decir. Supongo que en la ambientación sí que sería muy realista, pero en la historia (ya lo apuntas tú también) prácticamente no existe. Pero tampoco hace falta. Esto es cine y evasión. Pero, evidentemente, aunque la vida puede ser extremadamente retorcida, raro es encontrar en la realidad a «mirlos blancos» que se dejen engañar de una manera tan escandalosa….
Saludos.
Es pura química. Entre los actores, entre el espectador. Creo que es una película que consigue que, aunque todos sepamos que es un teatrillo, nos encante participar en él. Una y otra vez. Es una de las esencias del cine.
Tengo especial cariño por las dos películas protagonizadas por Redford-Newman. Tanto Dos hombres y un destino como El golpe. Y es que las dos son ¡tan entretenidas! y están tan bien contadas. Siempre me dio pena que no hicieran más películas juntos.
El golpe entra dentro de la temática proyecto colectivo (un golpe) donde los pillos… ¡se unen para conseguir sus objetivos! Y los nervios de si llegarán al objetivo común y cómo lo alcanzarán se palpan en cada fotograma. Y tenemos tantas ganas de que todo les salga bien…
Y es que esta idea suele funcionar. La última que he visto con una estructura similar ha sido La odisea de los Giles. Y, sí, me lo pasé muy bien viéndola.
Beso
Hildy
Es que vaya carisma (y guapura) se gastan los tíos. El golpe también va un poco de eso, de admirar ese carisma excepcional.
Un beso, Hildy.