Ad Astra

24 Sep

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Año: 2019.

Director: James Gray.

Reparto: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Liv Tyler, Donald Sutherland, Ruth Negga, Donnie Keshawarz, Kimberly Elise, Loren Dean, Sean Blakemore, Bobby Nish.

Tráiler

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          En cuanto la ciencia ficción cinematográfica se hizo adulta -con 2001: Una odisea del espacio, según reza el tópico- los viajes hacia las profundidades del universo se transformaron, en realidad, en un recorrido que se repliega hacia uno mismo, hacia el hogar, hacia lo íntimo, hacia la terrible incógnita que supone existir; como trataba de explicar con elogiado rigor científico pero enrevesada coartada argumental y sobre todo frialdad emocional la reciente Interstellar, donde la epopeya del protagonista en pos de hallar el remedio para la agonía del ser humano terminaba, literalmente, en la casa familiar, en un regreso al origen, en el redescubrimiento de la propia vida. En la serie documental Nuestro planeta, los astronautas participantes coinciden en cavilar que, precisamente, abandonar ese útero cósmico que es la Tierra y observarlo desde millones de millas de distancia le otorga a uno una nueva perspectiva de todo.

          Ad Astra prosigue por este camino espiritual. En cierta manera, James Gray -director y coguionista- traza una variación de su anterior Z. La ciudad perdida, que ya era una búsqueda interior que se canalizaba hacia una búsqueda exterior, enmarcada en aquella ocasión en la inmensidad de la selva amazónica. De hecho, en la presente se encuentra más justificada la cita a El corazón de las tinieblas, que el cineasta esgrimía como fuente de la que bebía la precedente, en la cual el tormento del personaje parecía, en cambio, emparejarse más con la mancha interna, invisible pero indeleble de otra creación de Joseph Conrad, Lord Jim. Siguiendo esta línea, el empleo de la voz en off, reflexiva, torturada y existencialista, recuerda a la del capitán Willard de Apocalypse Now, la más célebre adaptación de la novela del marino y escritor, si bien entremezclada con resonancias del estilo de Terrence Malick en cuanto a este recurso -siendo este último más poético-.

Así pues, en Ad Astra, el cosmonauta Roy McBride (Brad Pitt) utiliza como propulsor su insondable vacío afectivo para lanzarse en una persecución suicida, obsesiva, del tótem del padre -probablemente la gran constante que atraviesa la filmografía de Gray-, oculto entre los anillos de Neptuno y posible foco de una amenaza catastrófica que apunta contra la Tierra. A bordo de la nave Cefeo -obviamente, una referencia otro progenitor a quien no le tiembla el pulso para sacrificarlo todo, como también lo sería Eve a ese complemento fundamental que acaba con la soledad del individuo en la vastedad del orbe-, a medida que McBride avanza por el espacio se adentra en su examen de conciencia y va hollando mundos cada vez más desolados y oscuros. Gray expone la tragedia desde la paradoja: el objetivo de la misión que encadena a padre e hijo, y por la que dejan atrás cualquier vínculo humano e incluso moral, es el contacto con la vida inteligente que pueda morar más allá de los confines del sistema solar.

          En este drama de hombres desgarrados en mil pedazos, pura carcasa desamparada, pura víscera en calmada desesperación, los planos donde vibra su delicada belleza son aquellos que contemplan el sencillo roce de unas manos, la vulnerabilidad, el auxilio y la protección que emana de un amor sincero, orgánico, esencial. Es decir, el núcleo de la honda y sentida reivindicación emocional que contiene el relato. El sentimiento como fuerza tangible, cierta -como exponía, con mucha mayor torpeza, Christopher Nolan en su filme-. Primordial.

Por esta misma razón chirría la verbalización de las conclusiones, el subrayado final del mensaje, que hasta se diría que simplifica la evolución íntima del protagonista o que remarca su previsibilidad.

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Nota IMDB: 7,2.

Nota FilmAffinity: 6,1.

Nota del blog: 7,5.

37 respuestas to “Ad Astra”

  1. Deckard 24 septiembre, 2019 a 14:21 #

    Si. Evidentemente, aquí los ecos de Conrad, Milius, Coppola y de La Rama Dorada son muy claros. Y creo que el resultado es bueno. Aunque, francamente, podrían haber sido mucho mejor. Porque estoy completamente de acuerdo en la nefasta pero indudable influencia de Terrence Malick en el reciente cine de ciencia ficción. Malick tiene un puñado de películas notables pero no entiendo las razones que han llevado a Nolan, Villeneuve y ahora a Gray a asumir esa herencia de manera tan superficial. Ese misticismo panteista de baratillo que se gastan La Llamada, Interstellar y ahora por desgracia, el final de Ad Astra, se está haciendo muy previsible y da casi hasta indicios de pereza mental entre los directores contemporáneos, que parecen contagiarse entre ellos los mismos vicios. El mensaje de carácter místico de todos ellos viene a ser «el universo entero cabe en todos y cada uno de nosotros» Si. Es un mensaje bello y tentador, pero habría mil maneras de proclamarlo y casi todos estos directores lo suelen enunciar con la misma torpeza. Da un poco de rabia, que pongan esos presupuestos monstruosos en manos de gente en apariencia tan talentosa, y que todos acaben tropezando con la misma diminuta piedra. No obstante, Gray es el más sobrio de entre ellos y al final no resulta tan cargante. Por eso, a mi Ad Astra me parece la mejor de todas las que he mencionado. Pero es una pena. Bordear tanto la verdadera grandeza y acabar siempre perdiéndose en minucias, en hojarasca perecedera.
    Un saludo.

    • elcriticoabulico 24 septiembre, 2019 a 16:36 #

      Es buena película, y por momentos muy buena, pero desde que comenzó me dio la sensación de que iba a saber paso por paso por dónde me iba a llevar. ¿Es malo eso? No necesariamente, pero genera un poco de desapego… en una película sobre el apego. No veo tan clara esa relación entre Malick, Nolan y Villeneuve, creo que el primero hace cosas muy distintas a los otros, aunque pueda haber concomitancias en algunos temas.
      ¡Un saludo, Deckard!

      • Deckard 24 septiembre, 2019 a 18:49 #

        A ver. No me refiero a las filmografias completas de Villeneuve, Nolan y Gray. Evidentemente son directores muy diferentes. Me refiero al paralelismo que a mi me parece muy obvio entre «La Llegada», «Interstellar» y «Ad Astra». La moraleja de todas ellas es «Como vamos a desentrañar los Misterios del Universo si ni siquiera sabemos resolver nuestros propios problemas domésticos de pretenciosos terricolas»? En este aspecto las tres me parecen muy, muy parecidas. El mensaje me parece muy acertado, pero ya estamos todos un poco cansados de verlo. El subrayado ya empieza a resultar algo cansino y hasta un tanto moralizante de catecismo. Y los paralelismos con Malick son más claros en las de Nolan y Villeneuve. Esa especie de flashbacks o de escenas evocadoras de una feliz vida familiar ya pasada, resultan un poco empalagosos. El recurso de evocación de la familia también está en esta de Gray, pero afortunadamente mucho más diluido, hecho que no le excusa de haber recaído en algo que ya empieza a convertirse en lo que podríamos señalar como si fuera ya un bostezante lugar común. No te parece?
        Saludos.

        • elcriticoabulico 26 septiembre, 2019 a 17:13 #

          Posiblemente tengas razón. Yo, como comento, me distanció un poco ver tan claro por dónde me iba a llevar el asunto y dónde iba a acabar.

  2. Altaica 24 septiembre, 2019 a 17:28 #

    Me da pavor ver este nuevo estreno de ciencia ficción, tan admirado por la crítica, teniendo en cuenta qué opino sobre otras recientes películas igualmente encumbradas y que me parecen auténticos bodrios, entre los que se encuentran algunas de las que cita Deckard. Si a ello le sumamos, según parece, influencias del sacerdote Malick es para echarse a temblar. Mientras tanto, trabajos como Equals son considerados basura unánimemente por la crítica, cuando comparada con las protegidas de la moderna orden opinante está a años luz. El insoportable efectismo rampante.

    • elcriticoabulico 24 septiembre, 2019 a 17:48 #

      Lo de Malick lo digo solo por la voz en off. Gray no tiene nada que ver con Nolan o con Villeneuve, en principio es un cineasta que cuadra mejor con tus gustos, porque es bastante ajeno a efectismos (aunque a veces sí se le note que quiere hacer cine importante). No es su mejor película (para mí de momento es Two Lovers), pero tiene cosas muy estimables que te pueden interesar.

  3. Altaica 24 septiembre, 2019 a 19:08 #

    Lo mejor que he visto últimamente de ciencia ficción viene de la mano de guionista Nathan Parker.

    • elcriticoabulico 26 septiembre, 2019 a 17:13 #

      Ya sabes que yo el entusiasmo por Moon lo comparto.

      • Deckard 26 septiembre, 2019 a 19:58 #

        A mi Moon también me gusta bastante. Por cierto. No sé si sabéis que Nathan Parker es hijo de Alan Parker, un hombre que desgraciadamente lleva bastante tiempo fuera del mapa y no se muy bien por qué….

        • Altaica 26 septiembre, 2019 a 23:08 #

          A mí Parker me parece un director mucho más interesante de lo que se ha escrito, acusado en exceso de tramposo por muchos de los que ahora quedan fascinados por auténticos ejercicios de malabarismo vacío, pero…

        • elcriticoabulico 27 septiembre, 2019 a 14:15 #

          Por lo visto terminó cansándose del cine porque nadie compraba sus proyectos y ya no veía que pudiera dar más de lo que había dado. O algo así leí por ahí.

  4. Deckard 27 septiembre, 2019 a 00:03 #

    Está bien, Altaica, que hayamos sacado a colación a Alan Parker, porque, sin ir más lejos, el Abúlico no parece muy partidario suyo o al menos lo tiene un poco olvidado porque no tiene demasiadas entradas sobre sus películas (no he mirado todas, a lo mejor tiene alguna).

    En los 80 , Parker era poco menos que el Dios de los directores para la gente de espíritu postmoderno pese a que nunca olía ni de lejos ninguno de los premios importantes. Pero tiene un puñado de películas muy notables. «El expreso de Medianoche» es una película tan amada como odiada. Pero cinematógraficamente es impecable. Los excesos del guión de Oliver Stone no empañan la factura final, aunque esta película parece el motivo más obvio para que centenares de personas de esa generación jamás se hayan planteado viajar nunca a Turquía ni de coña. «El corazón del angel» que es muy polémica y suele dividir a todo el mundo, me parece una gran película. Muchos le critican su estética efectista, pero es una obra que, si se mira detenidamente, aunque haya planos y escenas aparentemente gratuitos, no lo son para nada. Todo acaba encajando como un puzzle si se está verdaderamente atento. Y «Birdy», que la estuve revisando hace muy poco es una joya injustísimamente olvidada. Una rareza total pero de gran sensibilidad. Una oda a la amistad verdadera y un canto a la diferencia y al espìritu alternativo. Con una gran música de Peter Gabriel, además. «Los Committments» es una obra en muchos aspectos modélica. Una película arriesgadísima, realizada con actores casi neófitos y que desprende un genuino amor por la música soul y rock, de una honestidad brutal. ¿Y qué decir de «Fama»? Toda la fiebre de «Operación Triunfo» viene de esa en principio modesta película. Después vino una serie televisiva que no estaba nada mal, pero que estaba algo edulcorada por eso de ser para todos los públicos. Sin embargo, «Fama: la película» es una obra muy notable, que muestra aspectos muy sórdidos y desagradables sobre la escalera a la popularidad que la hacen muy recomendable como obra de madurez. Y su visión de «The Wall» de Pink Floyd, concepto audiovisual que supongo que elaboró en estrecha colaboración con el líder del grupo, Roger Waters, inventó por si solo el lenguaje del videoclip que reinó durante tantos años. Así de sencillo. Una película que a su vez, con su innovadora estética, que mezclaba imágenes de animación con una narración más o menos continua sobre la decadencia de una estrella de rock, hizo época. Tanto, que Waters todavía no ha podido desmarcarse de esa obra que sigue monopolizando su manera de afrontar escénicamente sus giras en directo. Una obra maestra musical,(el disco) y una película sin duda pionera. Estas tres son sus obras más destacables. Sin embargo, tiene otras significativas: «Arde Missisippi», «Evita», «Las cenizas de Angela»….Estas son obras quizás más accesibles para todo el mundo, pero realizadas con indudable solvencia. El papel de Gene Hackman en «Arde Missisippi» es digno de ser recordado. Y es curioso, tiene una películita, que fue su opera prima en el cine llamada «Bugsy Malone» que es un musical en clave paródica protagonizado por niños que emulan a gangsters que es una joya total y absoluta. Las canciones de Paul Williams son maravillosas y entrañables. Y el resultado es hilarante y realmente bizarro, pero a todas luces defendible. Sin embargo, Parker tiene una relación difícil con esta película. Ni siquiera se la toma él muy en serio. Hasta el punto de que cuando hacen retrospectivas de su trabajo exige que no se incluya, puesto que considera que no tiene nada que ver con el resto de su filmografía. Pero yo considero que esto es un error. Porque estoy convencido de que esa película engrandecerá su nombre tanto como sus otros aciertos. De hecho muchos ya la consideran una notable película de culto. Su última película fue «La vida de David Gale», hace ya demasiado tiempo. Una visión nada cómoda ni complaciente sobre la pena de muerte, muy en la línea crítica del resto de su notable obra. Yo creo que hoy no se le reivindica demasiado quizás porque se considera que en su día ya fue suficientemente valorado y reconocido. Pero la verdad es que hace ya muchísimo tiempo que no tenemos noticias suyas (quizás tenga algún problema de salud) y deberíamos intentar recordarle más para que su influencia más que considerable se haga notar más entre las nuevas generaciones, que a lo mejor no le tienen tan presente.

    Un abrazo.

    • Deckard 27 septiembre, 2019 a 00:18 #

      «Película», «película», «película»…..(ya lo sé….)

      • elcriticoabulico 27 septiembre, 2019 a 14:23 #

        Pues por ahí tengo El expreso de medianoche (que tiene una atmósfera muy buena, aunque a costa de un atroz y tópico retrato de los malvados turcos), The Wall (que me parece una traslación al cine muy interesante del disco) y Los Commitments (que encuentro la mar de simpática, la que más me gusta de las suyas). También he visto Arde Mississippi, que no me dijo tanto, y El corazón del ángel, con la que coincido en los elogios (aunque hace mucho que la vi, no es opinión fiable). Hace todavía más (andaría en el instituto, fíjate) desde La vida de David Gale, a la que, esa sí, recuerdo enojosamente tramposa.

        • Deckard 27 septiembre, 2019 a 15:24 #

          Si. «La vida de David Gale» era deliberadamente tramposa, pero nada complaciente. No obstante, te recomiendo que veas «Birdy» a toda costa. Una rareza de lo más inspiradora.

  5. ALTAICA 27 septiembre, 2019 a 16:46 #

    No puedo estar más de acuerdo con tus valoraciones Deckard. Los que tildaban a El corazón del ángel de tramposa ahora se maravillan con El sexto sentido, jugando ambas en el mismo concepto de guión, pero siendo muchooo más fácil averiguar la jugada en la segunda, al menos yo. Para mí, la de Parker es muchoooo mejor película, con una magnífica capacidad para crear esa atmósfera oscura. También es cierto que la del indú no me gustó especialmente. Por cierto, El balneario de Battle Creek me divirtió muchísimo.

    • elcriticoabulico 27 septiembre, 2019 a 17:24 #

      Yo también prefiero la de Parker, la verdad. Por lo menos desde el recuerdo que tengo de ambas. Apunto también una visita al balneario.

    • Deckard 27 septiembre, 2019 a 18:04 #

      «El corazón del ángel» es una película muy emblematica para mí generación. No acabo de ver del todo claro, Altaica, el paralelismo con «El sexto sentido» Creo saber lo que quieres decir, pero asi como Harry Angel estaba vivo a lo largo de todo el metraje, el personaje de Bruce Willis no. En ese aspecto, Alan Parker fue infinitamente más honesto que Shyamalan, que violo el pacto de lectura con el espectador hasta unas cotas que sólo se había permitido Hitchcock en «Pánico en la escena» A Hitchcock se lo podemos perdonar, pero todavía no está claro que se lo tengamos que perdonar a Shyamalan, que tiene todavía muchos pecados que purgar («After Earth», «Airbender», las dos, sencillamente horripilantes) Eso de mentir con el punto de vista se ha hecho muy pocas veces, porque el espectador, con toda la razón, lo percibe como una tomadura de pelo y como un insulto a su inteligencia. Otro de los pocos que lo intentó fue Alan Rudolph en «Pensamientos mortales» muchos años antes de «El sexto sentido» con la entonces emergente pareja de moda formada por Bruce Willis y Demi Moore, y con la entrañable y tristemente desaparecida Glenne Headley, cerrando el triangulo. La peli, lógicamente, fue un fracaso.
      Y «El balneario de Battle Creek» debería retomarla. La recuerdo como una comedia un poco pintoresca, y no se si la disfrute del todo en su momento. Quizás algún día de estos.
      Un abrazo.

      • Altaica 28 septiembre, 2019 a 02:25 #

        El paralelismo viene de la mano de que en ambas el personaje principal está trucado y si conocemos la artimaña la historia pierde impacto y fuelle. Está muerto en el Sexto sentido y es el propio demonio en El corazón del Ángel. Como indicas, la trampa de guión es mucho más falaz en el primer caso. También lo hizo el indú en El bosque y nuevamente levanté la liebre al poco de empezar la película. El resto, casi todo el metraje, me resultó mortecino.

        • Deckard 28 septiembre, 2019 a 09:30 #

          Veo, Altaica, que le tienes bastante gato a Shyamalan. Comprensible, porque el tío es un trilero. La de «El Bosque» es otro de sus pufos reconocidos. Al final tenemos que condescender todos en que aquello es como una comunidad como las de «Único Testigo» Pero fíjate, tiene una película que casi nadie menciona nunca que me gusta mucho. Hablo de «La joven del agua» Más allá de su fábula fantasiosa o no, lo que más me gusta de ella es que incide en un aspecto antropológico del que se habla poco, que es la pasión innata del ser humano por creer en los mitos y por ser partícipes de ellos y de las profecías que vienen asociadas a los mismos. Por que tenemos todos (o casi todos) esa tendencia? Tanta necesidad tenemos de que alguien nos salve, de dar un sentido a nuestro periplo vital?
          Interesantes cuestiones sobre las que reflexionar.
          Un abrazo.

  6. Altaica 28 septiembre, 2019 a 02:38 #

    Con permiso de El expreso, su obra Birdy es la mejor de su carrera, si bien no será del agrado de la mayoria. Birdy es una hermosa y extraña alegoría.

  7. Deckard 28 septiembre, 2019 a 09:46 #

    Veo, Altaica, que le tienes bastante gato a Shyamalan. Comprensible, porque el tío es un trilero. La de «El Bosque» es otro de sus pufos reconocidos. Al final tenemos que condescender todos en que aquello es como una comunidad como las de «Único Testigo» Pero fíjate, tiene una película que casi nadie menciona nunca que me gusta mucho. Hablo de «La joven del agua» Más allá de su fábula fantasiosa o no, lo que más me gusta de ella es que incide en un aspecto antropológico del que se habla poco, que es la pasión innata del ser humano por creer en los mitos y por ser partícipes de ellos y de las profecías que vienen asociadas a los mismos. Por que tenemos todos (o casi todos) esa tendencia? Tanta necesidad tenemos de que alguien nos salve, de dar un sentido a nuestro periplo vital?
    Interesantes cuestiones sobre las que reflexionar.
    Un abrazo.

  8. Altaica 28 septiembre, 2019 a 09:58 #

    Tan vez al criticar esas dos obras del cineasta indú he transmitido la idea de que no me gusta su cine, cuando en realidad es un director con personalidad propia, hábil menejo de atmósferas e interesante en muchos de sus trabajos. Y la película La joven del agua es una de ellas. De un fascinante lirismo, también me parece uno de sus mejores trabajos. Bella e hipnótica, efectivamente nos sumerge en la necesidad del ser humano de creer y crear seres mágicos. En la necesidad de escapar de una forma u otra del mundo real, siempre áspero y dificil, para imaginarnos en otros espacios y con otros seres. Sus aparentes trabajos menores y menos aparatosos, son sus mejores registros. Nuevamente coincidimos. Quién es usted Deckard?

    • Deckard 28 septiembre, 2019 a 11:44 #

      Yo, amigo Altaica, solo soy un modesto agente de la Ley, un autónomo al que a veces la policía contrata por horas (son unos ratas, no me quieren meter en nómina) para, someter a ciertos personajes sospechosos al riguroso test Voigt-Kampf para detectar pellejudos en las calles y sacarles de la circulación. Por nuestra peculiar adicción a los eufemismos, a dichas actuaciones no las llamamos «ejecuciones» : las llamamos «retiros». Mi vida es gris y previsible. A veces sospecho que mis recuerdos son meros implantes, los recuerdos de otra persona, quizás del hijo que nunca tuvo el fundador de la Tyrrell Corporation. A veces me baño en vagas ensoñaciones de felicidad y amor compartido. Pero la dura realidad de mi profesión me pone los pies en la tierra y por lo general acabo siempre hundido en los insondables pozos de la melancolía, bebiendo dry martinis y tomando tallarines («noodles») en puestecillos callejeros regentado por personajes orientales de dudosa reputación y de turbio pasado. Siempre bajo una lluvia ácida en las largas noches de otoño. Soy un tipo solitario que sólo cree en la íntima amistad que le ofrece su revolver y que a veces se sorprende pensando en interlingua en voz alta. A veces, tengo la tentación de huir de la soledad contratando a un ejemplar cibernetico como Pris, especialmente diseñado para el placer, pero mi sentido de la dignidad y mi cada vez más mortecino sentido de la Humanidad me lo impiden. Cuando miro el cielo, solo veo nubes grises. Quisiera llorar, pero si lo hiciera aquí nadie se enteraría. Porque aquí a la gente todo le da igual, y porque además mis lagrimones se perderian para siempre confundidos con la pertinaz lluvia que gobierna mi universo. Hace poco me entere de que Roy Batty ya no está entre nosotros. Dicen que su momento le había llegado. Pero yo creo que fue cosa de Tyrrell, o de sus herederos, que le tenían envidia porque su luz, por breve que fuera, refugia con mucha más fuerza que las suyas. Siempre estaré en deuda con Roy. Me Perdono la vida, pese a no ser humano. Conozco a centenares de humanos que me desprecian vivamente y que no titubearian ni medio segundo en liquidarme. Pero ellos no tienen la inteligencia, ni la emotividad de Roy. Son meros antropoides abducidos por sus móviles y por las redes sociales. Me gustaría vivir en un mundo mejor, pero no a cualquier precio. A veces me da por pensar que los demás creen que habría que retirarme a mi también.
      Una cosa te diré, amigo Altaica. Tampoco me llamo Harrison Ford. Ese solo es un replicante de la generación Nexus-6 que se hace pasar por mi.
      Un fuerte abrazo. (Desde más allá de Orion)

      • Altaica 28 septiembre, 2019 a 16:16 #

        Un gran tipo y con mejor pluma. Yo soy Altaica y soporto unos terribles inviernos a más de 45 grados bajo cero. Estuve al borde de la extinción allá por los años 40 del siglo pasado y aún siendo el monarca de mi territorio, algunas veces un enorme plantigrado me disputa la supremacía. Y creo que tenemos un amigo en común, sabe usted cual?

        • Deckard 28 septiembre, 2019 a 17:17 #

          Es acaso usted el Yeti? No será amigo de Alien? No lo dirá porque ambos conocemos a Ridley Scott? Ahora no caigo, amigo….

          • Altaica 28 septiembre, 2019 a 20:23 #

            Dersú Uzalá. Altaica proviene de Panthera tigris altaica. Y el personaje de la novela y el de la película habitaba y recorría aquellos territorios del Usuri en las que sobrevive dicha subespecie de tigre.

            • Deckard 28 septiembre, 2019 a 21:06 #

              Vaya. Tu pseudonimo es muy sutil. Y eso que a mí Dersu Uzala me encanta. Que amistad tan tierna y tan sincera. Que aventura tan épica, íntima y lírica a la vez. Esa maravillosa escena de la tormenta en la taiga es antologica. Esa película destila veracidad y calidez de las buenas. No creo que ni todo el talento reunido del cine actual pudiera igualar ni de lejos la magia de esa obra. Dersu Uzala, definitivamente, es una película Única.

              Saludos.

              • Altaica 28 septiembre, 2019 a 22:21 #

                Sin duda, una de las cumbres del cine. Son muchas, pero del mestro Ran, Dersu Uzala y Vivir son superlativas.

  9. Zinedin Zinedon 29 septiembre, 2019 a 17:17 #

    He llegado a la conclusión de que esta película me habría gustado más de haber sido muda.

  10. tony kanapes 3 octubre, 2019 a 17:52 #

    Me leí tu critica después de ver la película, subrayo todo y especialmente las referencias a la voz en off; la entiendo innecesaria pero, al mismo tiempo, es el miedo de un productor a que los espectadores no entiendan su película y, por eso, todo hay que dejarlo mascado y bien mascado. El mal de los espectadores que a los cinco minutos ya están mirando el móvil.

    La película sube puntos cuando tiene lugar el silencio, o cuando solo escuchamos las respiraciones, pero hay algo de lo que no tengo duda sobre Ad Astra: tiene unos planos tan hermosos que te atrapan o, como le ocurrió a mucha gente de mi sala a tenor de los bostezos, te aburren soberanamente.

    Ya dije en su momento que Interstellar era una cinta sobrevalorada y la película de James Gray le da sopa con ondas aunque caiga en alguno de sus errores.

    Gracias por el post

    • elcriticoabulico 4 octubre, 2019 a 14:09 #

      ¡Gracias a ti por comentar!
      Lo cierto es que parece haber bastante consenso en eso de que al epílogo le sobran las palabras. No sé si para entonces ya puede atraer, en efecto, a ese espectador que ha id a ver «una de Brad Pitt» jugándose el pellejo en el espacio, con bien de escenas espectaculares y tensas. Pero, en cualquier caso, esta es bastante mejor que Interstellar, sí.

  11. ALTAICA 12 enero, 2020 a 17:35 #

    No es del todo mala, pero se me antoja demasiado viaje para hablar de cuestiones que hay que abordar desde la sencillez. Otro nuevo ejemplo del moderno cine que para profundizar en cuestión existenciales básicas necesita de ampulosa puesta en escena y complejos artificios formales en la búsqueda de una pseudo trascendencia de malabarismos sin fin. Por cierto los papiones asesinos y los piratas lunares son dos pegotes de guión de tomo y lomo.

    • elcriticoabulico 13 enero, 2020 a 14:15 #

      Parece que a Gray le gusta viajar al corazón de las tinieblas, y lo pueda encontrar en las profundidades de la selva o en las del universo. No creo que estos impresionantes viajes sean malos en sí mismos, aunque puedan distraer un poco del asunto de fondo o llevar a confusiones (conozco a mucho espectador enfadado por la falta de espectacularidad y garra de Ad Astra). En este caso, como digo por ahí, lo que veo peor es esa insistente verbalización, que me sorprende y que no sé si apuntará a cierta inseguridad del autor.

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