La gran jornada

10 May

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Año: 1930.

Director: Raoul Walsh.

Reparto: John Wayne, Marguerite Churchill, Tyrone Power Sr., Ian Keith, Charles Stevens, Tully Marshall, David Rollins, Frederick Burton, El Brendel, Louise Carver, Russ Powell, Ward Bond.

Filme

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         Después de que la Paramount se negara a ceder a Gary Cooper para que protagonizase la producción, Raoul Walsh atravesaba ciertas dificultades para completar el casting de La gran jornada, una cinta de dimensiones épicas en honor de los pioneros que culminaron la senda de Oregón hacia el extremo Oeste del territorio. Fue en ese momento cuando descubrió a un joven de hombros anchos y caminar bamboleante que, empleado por el estudio Fox en el departamento de atrezzo, descargaba muebles de un camión como si pesasen como una pluma. El chaval había obtenido el trabajo gracias a la estrella de los westerns silentes Tom Mix, quien pagaba con ello el favor que debía a su entrenador de fútbol americano universitario por conseguirle entradas para los partidos. Además, ya había participado en una veintena películas como extra y en papeles ínfimos, algunas veces dirigido por un director, John Ford, con el que había trabado amistad. No obstante, figuraba acreditado en una sola de estas cintas, bajo el nombre de Duke Morrison, un seudónimo con el que encubría la ambigüedad unisex de su nombre de pila, Marion. Walsh le sugeriría cambiárselo por uno más viril y sonoro, como Anthony Wayne, nombre de general revolucionario. Pero a los jefes de la Fox les parecía que tenía unas reminiscencias demasiado italianas. La siguiente propuesta, ‘John Wayne’, resultaría la definitiva. Liderando el amplio reparto de esta recreación de la conquista del Destino Manifiesto, quedaría materializada así el nacimiento de la mayor estrella del género. Del hombre que calzará el sombrero vaquero y encarnará la moral del western en el cine como ningún otro lo hará. Aunque el proceso no se confirmaría definitivamente hasta nueve años más tarde, con La diligencia.

         La escala de La gran jornada es monumental. Los movimientos humanos e incluso animales que acontecen ante la cámara de Walsh son vastísimos, encuadrados en escenarios naturales imponentes y fotogramas trascendentes -el cielo iluminando el camino hacia el horizonte- para expresar la magnitud de una epopeya que, al mismo tiempo, el cineasta recoge con un poderoso realismo, como ejemplifica la escena del tortuoso cruce del río. La expresión de la muerte, en su crudeza y solemnidad, se encuentra a idéntica altura.

Son en definitiva elementos estéticos que otorgan sentido de la aventura al filme. También le confieren modernidad, acompañados de otros detalles de la producción como es el uso de auténticos nativos americanos en el reparto. Y, siguiendo esta línea hasta entrar en el argumento, destaca asimismo que no son estos, sino el propio hombre blanco, quien representa una de las mayores amenazas en este relato histórico, a pesar del clímax bélico que, hacia el final, parece responder más a unas tópicas imposiciones del espectáculo cinematográfico que a la naturaleza misma de la narración.

         Pese a estrenarse en 1930, Walsh rechaza por tanto anclarse en la simplificación estilística que podía percibirse en este periodo donde el sonido continuaba asentándose en detrimento de la antigua narración puramente visual del cine mudo -del que conserva aspectos estéticos como la estrambótica caracterización de un villano con el que Tyrone Power Senior acometía su única interpretación hablada-. El director aprovecha este avance técnico -a veces de manera sorprendente, como la introducción de humor acústico por medio de las habilidades bucales de Russ Powell, utilizadas para desmontar el falso romanticismo de uno de los antagonistas-, pero elabora igualmente el lenguaje formal avanzando en el empleo de la profundidad de campo. Contrasta en cambio el escaso empleo de los planos cortos, y eso que las tramas melodramáticas -la venganza y el romance como estímulos humanos que contribuyen a impulsar la conquista- tienen una notable incidencia en el libreto.

Son estos retazos más ingenuos, parejos a los chistes de suegras que se dejan caer de vez en cuando -aunque por parte de un personaje verdaderamente curioso, que parece traspasar el estereotipo de extranjero cómicamente corto de luces para cobrar unos determinados y disfrazados rasgos de bufón pícaro-.

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Nota IMDB: 7,2.

Nota FilmAffinity: 7.

Nota del blog: 7,5.

6 respuestas to “La gran jornada”

  1. Sergio Sánchez 10 May, 2019 a 17:14 #

    Ese insólito uso del formato panorámico.

    • elcriticoabulico 12 May, 2019 a 00:11 #

      Es una película con una fuerza visual tremenda.

      • Sergio Sánchez 12 May, 2019 a 13:23 #

        Totalmente, por cierto he seguido leyéndote pero hacia siglos wordpress no me dejaba publicar por aquí, jeje…

        • elcriticoabulico 13 May, 2019 a 14:51 #

          ¡Muchas gracias, Sergio! Yo, por descontado, bien atento estoy los lunes para tu post cinéfilo de la semana.

  2. Hildy Johnson 12 May, 2019 a 13:56 #

    ¡Tengo que verla!¡Tu buen texto me ha convencido! Además ya sabes que me gusta rastrear los principios de los actores del Hollywood clásico. Y siempre he leído sobre esta película en relación con John Wayne, Ford y Walsh. Sí, es una de las películas de Walsh que siempre se me ha escapado. ¡Ya sé dónde encontrarla!

    Beso
    Hildy

    • elcriticoabulico 13 May, 2019 a 14:52 #

      Es la mar de interesante, tiene momentos arrolladores y la encontré bastante moderna visual y argumentalmente. En Filmin está. Espero leerte sobre ella.
      Besos.

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