Cuando llega la noche

31 Mar

Jeff Goldblum no puede dormir por la noche y, paseando por la tierra de los sueños y el cine, despierta a la vida, que tiene forma de aventura. Cuando cae la noche para la sección dvd de Cinearchivo.

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“La vida es lo que haces cuando no puedes dormir.”

Fran Leibowitz

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Cuando llega la noche

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Cuando llega la noche

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Año: 1985.

Director: John Landis.

Reparto: Jeff Goldblum, Michelle Pfeiffer, Dan Aykroyd, Irene Papas, Richard Farnsworth, Vera Miles, David Bowie, Roger Vadim, Clu Gulager, Michael Zand, Hadi Sadjadi, Beruce Gramian, John Landis.

Tráiler

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            En la filmografía de John Landis, la noche ya emergía como elemento transformador en Un hombre lobo americano en Londres, en la que dos chavales estadounidenses sufrían los efectos de la licantropía en tierra extranjera. También en Cuando llega la noche hay referencias a los terrores de la oscuridad como El hombre lobo y el Conde Drácula –si bien entreverados de forma significativa con los desmitificadores Abott y Costello-. Pero, paradójicamente, aquí esta sombra impenetrable que arropa el lado oculto de la gran ciudad descubre al protagonista, insomne patológico, una insospechada oportunidad de despertar de su maldición cotidiana a, quizás, el que es su verdadero yo. Aquel que, andando la trama, posiblemente haya sabido reconocer un asesino a sueldo británico con el rostro de David Bowie –un ser de otro planeta por definición-.

Así pues, distanciándose de las grandes obras noctámbulas de Martin Scorsese, ni el insomnio de Ed Okin lo provoca una neurosis semejante a la del perturbado Travis Bickle de Taxi Driver, ni la nocturnidad se erige en ese satírico agente del destino que castiga con deleite sadomasoquista al urbanita modoso que se lanza a una inesperada aventura sexual en la coetánea ¡Jo, qué noche!. Okin (Jeff Goldblum) es aquí un pobre hombre que fracasa en su vida marital y profesional y que no encuentra sentido siquiera a cerrar los ojos y echarse a dormir. De ahí que, en su vagar por las calles adormecidas de unos Los Ángeles desequilibrado –el catálogo de seres decrépitos embotellados en un infernal atasco matutino-, trufado cada vez más de imágenes oníricas –el avión que se mueve por carretera-, supone su aterrizaje a la aventura que, por fin, parece dar sentido a su penosa existencia –aunque se trata de un sentido caótico y anárquico, como buen sueño-.

            Cuando llega la noche captura una fantasía. Una fantasía que, dado el escenario donde tiene lugar, bien podría pertenecer en efecto a una vivencia onírica, bien al rodaje en un inmenso plató al aire libre. La ficción, la realidad y la alucinación quedan confundidas, estimuladas por los rincones que atraviesa Okin arrastrado del brazo y los labios por su princesa salvadora o de perdición, Diana (Michelle Pfeiffer, un sueño en sí mismo), una modelo, actriz y amante de medio pelo implicada en la trama del robo de unas esmeraldas de la corona del depuesto Sah de Persia –tras la crisis de los rehenes de Teherán entre 1979 y 1981, y a punto de iniciarse el escándalo Irán-Contra, corrían malos tiempos para los iraníes en el cine bajo la bota militar de Ronald Reagan, como terminará demostrando luego la propagandística No sin mi hija– y también por ciertas líneas de diálogo –“todo esto es ridículo”, “a lo mejor estamos muertos y no lo sabemos”-.

A Landis, artesano del divertimento, probablemente le faltaban recursos para componer la adecuada atmósfera que hiciera todavía más ambigua esta sensación, así como para cristalizar la ambición de tornar esta aventura en una función de más quilates. Entregado al entretenimiento ligero, el realizador chicagüense imprime un pulso ágil a la narración que, desde el libreto de Ron Koslow –un guionista poco destacado-, encadena a partes iguales raciones de acción, humor y suspense –un tanto a lo bruto, en especial en un incómodamente sangriento desenlace-. Mimbres que van configurando esta fantasía aludida hasta convertir su esqueleto en algo semejante a uno de esos filmes de intriga de Alfred Hitchcock en los que el hombre común, atrapado en el sitio equivocado en el momento equivocado –o al contrario- se ve fagocitado por una conspiración que pone a prueba su capacidad de supervivencia.

            En este punto cabría citar la presencia en el elenco de Vera Miles, actriz que había colaborado con el cineasta británico en Falso culpable y Psicosis –amén de varios capítulos en las series de televisión Alfred Hitchcock presenta y La hora de Alfred Hitchcock-. Miles es un rostro más a descubrir dentro del heterogéneo y sorprendente reparto –donde caben desde estrellas como Bowie hasta amiguetes como Dan Aykroyd- y en el que, marca de la casa, se sirve en bandeja a un sinfín de cineastas la oportunidad para figurar en traviesos cameos. En Cuando llega la noche, estos son nada menos que catorce –si se incluye al propio Landis en su encarnación de uno de los cómicos perseguidores de la policía secreta iraní-; en concreto Jack ArnoldDavid Cronenberg, Jonathan DemmeRichard FranklinAmy HeckerlingJim HensonColin Higgins, Lawrence KasdanJonathan LynnPaul MazurskyDaniel PetrieDon SiegelRoger Vadim, aparte del director de fotografía Robert Paynter y varios miembros del equipo duplicando frente a la cámara sus funciones esta vez en un estudio ficticio.

Es parte del juego de la película; parte de la fantasía que factura animosa la fábrica de sueños que es Hollywood.

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Nota IMDB: 6,5.

Nota FilmAffinity: 5,8.

Nota del blog: 6.

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