Desterrado de las islas

15 Dic

“La vida es una bufonada: esa disposición misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar de ella es un cierto conocimiento de uno mismo, que llega demasiado tarde, y una cosecha de remordimientos inextinguibles.”

Joseph Conrad

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Desterrado de las islas

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Desterrado de las islas.

Año: 1951.

Director: Carol Reed.

Reparto: Trevor Howard, Ralph Richardson, Kerima, Robert Morley, Wendy Hiller, George Coulouris, Peter Illing, Annabel Morley, A.V. Bramble.

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            Para Joseph Conrad, la aventura, por muy remota y exótica que fuese su localización, tan solo tenía un único punto de destino: el corazón del ser humano. Así, la esencia de estos periplos interiores se encuentra por lo general desgarrada por dilemas morales, deudas y servidumbres emocionales, remordimientos y redenciones determinadas por un estricto código de existencia. Sus relatos son obras densas, en las que el machete que abre tajos en la espesa selva de poco sirve para adentrarse en esa oscuridad del alma humana.

            La culpabilidad es, precisamente, uno de los conceptos clave en un buen puñado de obras de la filmografía Carol Reed, quien encontraría en Un vagabundo de las islas, la segunda novela publicada por Conrad, el material apropiado para plantear un reconcentrado filme que congrega a un grupo de individuos entrelazados por lealtades y relaciones enfermizas y destructivas.

Desterrado de las islas recorre el descenso a los infiernos del tramposo Peter Willems (Trevor Howard, no excesivamente convincente), castigado por sus pecados legales y éticos a vagar en soledad pese al apoyo de su único valedor, el capitán Lingard (Ralph Richardson), quien le confina en una recóndita isla del Pacífico para que pueda lamerse las heridas.

            Hosca y pegajosa como la apabullante naturaleza que rodea al aislado poblado indígena, la película desencadena un mar de sombras sobre sus torvos personajes. En consonancia con esta narración ajena a toda complacencia, pocos de ellos arrojan una visión positiva acerca de la especie humana: el protagonista irredento, la hermosa y turbulenta mujer que lo hechiza hasta atraparlo en la noche (Kerima, de fascinante mirada), un capitán empecinado en su dominio colonialista disfrazado de paternalismo –cabe recordar la latencia del proceso de descolonización del Imperio británico en tiempos del estreno- y que no duda en emplear a su hija como herramienta para sus fines de control, el gobernador pusilánime y patético que mide las emociones en puñados de oro, las pulsiones sexuales de su esposa, su hija malcriada, los lugareños violentos y codiciosos.

Desterrado de las islas atrapa a los personajes en una atmósfera asfixiante donde la atracción hacia las tinieblas se manifiesta de manera literal –la consumación del romance febril, los besos en la negrura enrejada del palafito, la sombra de un muerto que anda- gracias al espectacular manejo de la luz que exhibe Reed, apoyado en una soberbia fotografía en blanco y negro –dos años antes había demostrado en El tercer hombre la pervivencia y la pertinencia del expresionismo en el cine negro, siempre tan ambiguo moralmente-.

            No obstante, esta lograda intensidad que propicia el conflicto entre el amor y el odio, el combate contra despiadados demonios interiores y la turbiedad que envuelve a la cinta en su conjunto, decae en ocasiones víctima de la irregularidad del ritmo del filme y de su excesiva tendencia al discurso en el desenlace –en contraste con el poderío expresivo hasta entonces mostrado por los fotogramas-.

Es el precio a pagar por un guion que condensa a duras penas y con notorias sustracciones la densidad de las letras de Conrad, tan insondables en su adentramiento en las tenebrosas profundidades del hombre.

 

Nota IMDB: 7,3.

Nota FilmAffinity: 6,4.

Nota del blog: 7,5.

2 respuestas to “Desterrado de las islas”

  1. plared 16 diciembre, 2014 a 05:21 #

    Es una buena película que atrapa por su oscuridad y el uso que hace de las sombras que inundan de fatalidad toda la cinta. Quizás no sea justo al comparar, pero he leído la novela de Fl. Grenn y se queda la obra cinematográfica bastante corta en cuanto a intenciones.

    El ambiente muy conseguido si exceptuamos a los lugareños que parecen de postal., Pero la elección del protagonista, no es la adecuada. Quizás le falte ese empaque de vividor que se le supone al escrito en papel para que me lo crea. De cualquier forma, una película mas que notable.

    Imagino que habrás visto…. larga es la noche… del mismo director y basada en una obra de también este mismo autor. Todo un portento de imagen y de uso de rejas, sombras y callejones apenas iluminados. Ahí, si capta todo el ambiente malsano del novelista y consigue una obra negra desde el alma hasta la imagen. Incluso me atrevo a decir, que es una autentica joya para paladares verdaderamente exquisitos. Cuidate

    • elcriticoabulico 16 diciembre, 2014 a 16:43 #

      Los lugareños son pintorescos, pero es de agradecer que en su mayoría estén interpretados por actores no occidentales disfrazados. Tengo por ahí Larga es la noche, pero todavía no la he visto la verdad. No tardará.

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