Annie Hall

7 Ago

“No conozco personalmente a Woody Allen, pero le adoro. Disfruté muchísimo viendo Annie Hall. Es un tipo que sabe desnudar el sinsentido de este mundo y crear maravillosos chistes a su costa. ¿No es extraordinario que se quedara en casa tocando el clarinete en vez de ir a recoger su Oscar?”

Marlon Brando

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Annie Hall

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Annie Hall

Año: 1977.

Director: Woody Allen.

Reparto: Woody Allen, Diane Keaton, Tony Roberts, Carol Kane, Paul Simon, Shelley Duvall, Janet Margolin, Christopher Walken.

Tráiler

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            Woody Allen se hizo mayor. Hasta Annie Hall, las películas del genio neoyorkino deambulaban entre parámetros cómicos sin mayor aspiración de trascendencia que desarmar desde el humor y la parodia el absurdo en el que se desarrolla la vida cotidiana del ciudadano medio y la no menos risible condición de la sociedad y la realidad del momento.

            Annie Hall suponía entonces un paso adelante en su obra a través del desarrollo de un contenido más dramático, más autobiográfico y personal, marcado por un análisis reflexivo y en profundidad de esos grandes temas que definen toda su filmografía, previamente tan solo apuntados: las relaciones de pareja, la realización en lo afectivo y lo laboral, el sentido de la vida y la muerte, el sexo como parte integral de la existencia, la herencia familiar y religiosa, los desvelos psicológicos y filosóficos, la deriva sociocultural estadounidense, la cinefilia como forma de entender la realidad,…

Un amplísimo campo de estudio en el que, a través de una óptica escéptica, crítica, ácida y amable al mismo tiempo, siempre privada e inconfundible, Allen irá introduciendo diversas y matizadas variaciones para conformar un conjunto global poliédrico, complejísimo y afilado.

            En el embrión de Annie Hall se encontraba un argumento basado en una trama criminal que, si bien quedaría finalmente reducida a su núcleo romántico, andando el tiempo daría lugar, en parte, a otras futuras obras magnas del cineasta como Delitos y faltas y Misterioso asesinato en Manhattan.

Después de este proceso de pulido hacia una obra íntima, menos cómica y más privada, sería el personaje definitorio de Allen -siempre sin caracterizar y en buena medida proyección de sí mismo, aunque lo niegue con vehemencia-, aquí bajo el nombre de Alvy Singer, quien se erija en la fiel substitución dramática desde la cual el autor pueda indagar y descubrir los triunfos y miserias de su propia experiencia.

Una exploración definida en el mayor de los casos por medio de las relaciones amorosas, en especial por aquella que funcionará como eje estructural del relato: la mantenida con su musa y pareja en ese momento, Diane Keaton, encarnación de un personaje hecho a medida que, por su lado, también adquiere gran parte de la peculiar personalidad de la actriz, desde su excéntrico vestuario hasta su carácter abierto, positivo, humilde, aventurero e inconstante, siempre en contraposición y complementación con el acomplejado, metódico e hipocondríaco Allen.

            Asentada así sobre la base realista que proporciona el carácter parcialmente biográfico de la obra, Annie Hall desnuda a sus personajes desde una mirada abiertamente subjetiva –los recuerdos propios rememorados, presenciados y magnificados por el protagonista, al modo del Isak Borg de Fresas salvajesy por ello mismo fantasiosa –la alteración de la memoria, la inclusión de subtítulos para evidenciar el carácter ridículo del cortejo, las declaraciones de apariencia documental como elemento para elaborar perfiles y aportar opiniones ‘objetivas’, la exageración prejuiciosa y la estereotipación caricaturesca de situaciones, contextos y actitudes,…-.

Recursos hilarantes y reflexivos por igual,  insinuados ya en parte en películas anteriores del cineasta y reciclados más tarde en otras posteriores.

            Del mismo modo que Días de radio ofrecerá luego la más exhaustiva recreación de su infancia, Annie Hall se revela como el filme que mejor describe la vida adulta de Allen –el trabajo de su alter ego Alvy Singer para la aborrecida televisión y como humorista de stand up-, analizada, eso sí, desde el punto de vista de la pensativa, taciturna y melancólica crisis de los cuarenta que por entonces atravesaba –marco histórico y vital que influye de manera determinante en la concepción y el resultado del filme-.

            Al igual que se reconocen sus inquietudes recurrentes, en Annie Hall se pueden percibir también los modelos cinematográficos que seducen, inspiran y ayudan a completar la voz particular e inconfundible del creador neoyorkino. Se encuentran en ella el sustrato existencialista de Ingmar Bergman, entremezclado con el lúcido y punzante sarcasmo de Groucho Marx y esa subjetividad radical de Federico Fellini que entiende vida y cine como un todo indivisible.

Diferentes pero clarividentes y penetrantes sensibilidades que, amalgamadas por la agudeza intelectual de Allen, son capaces de descifrar la existencia y las relaciones sentimentales mediante solo tres irreverentes chistes, de conectar con gran sagacidad y hondura con sensaciones, situaciones y dilemas reales y reconocibles, de legar un memorable catálogo de sentencias tan inteligentes y enjundiosas como descacharrantes.

             Es, en definitiva, un ejemplo luminoso de cómo el humor supone un instrumento ideal para diseccionar por entero la condición humana.

             Además de obtener el galardón a mejor actriz principal, mejor guion originalmejor película, Annie Hall regalará el único premio Oscar de Woody Allen a la mejor dirección.

 

Nota IMDB: 8,2.

Nota FilmAffinity: 8,1.

Nota del blog: 8,5.

34 respuestas to “Annie Hall”

  1. Triste Sina 8 agosto, 2013 a 10:23 #

    Gracias por recordarme que alguna vez amé a Allen (o más bien, que hay un Allen que amo) en modo incondicional. Crítica impecable (y no porque coincida con lo que yo habría escrito si escribiera bien). Dan ganas de poder contradecirte pero no, no hay por donde 😉

    • elcriticoabulico 8 agosto, 2013 a 21:19 #

      Ahora es que el señor Allen se ha vuelto un postalista de lujo. Aun con todo y ello, de vez en cuando es capaz de sacarnos una sonrisa. Se comenta que su película que viene, Blue Jasmine, es su mejor obra en los últimos diez años. Yo, la verdad sea dicha, disfruté mucho Si la cosa funciona

  2. plared 9 agosto, 2013 a 04:28 #

    A mi sinceramente esta película siempre me pareció un soberano tostón. No sabría decirte el por, que pero si que me aburre…. Este director cuando me gusta es en su faceta gamberra de sus primeras peliculas, cuando cambia el registro y se hace paladin de cine pretendidamente cultureta, sinceramente me interesa poco

    • elcriticoabulico 9 agosto, 2013 a 16:14 #

      Guiños culturetas e intelectuales ya tenían también sus obras gamberras. A partir de Annie Hall, simplemente las pone en un contexto de aspiraciones más serias (dentro de su tratamiento cómico, o no). De todas maneras, aún hará comedias sencillas, divertidísimas y con menos vocación trascendente, como Poderosa Afrodita o Misterioso asesinato en Manhattan.

  3. ALTAICA 9 agosto, 2013 a 10:27 #

    Excelente crónica. No he visto ni por asomo toda la filmografía del cineasta judio, pero yo por el contrario a mi querido amigo Prared, creo que Allen es infinitamente más interesante después de su etapa «gamberra», donde crece en todos los aspectos, sobre todo desde un punto de vista técnico y como director.

    No obstante, creo que en su dilatada carrera podemos observar más de una etapa. Sin entrar en un análisis complejo, el cual, por otro lado, no podría hacer, en tanto que no tengo un conocimiento global de su obra. Películas como Toma el dinero y corre, Bananas, Todo lo siempre quiso saber…, El dormilón y La última noche de …, no dejan se ser meros divertimentos, algunos más inteligentes que otros, pero que desde mi óptica son tan solo películas menores, a modo de inicial jocosidad de un cineasta muyo mayor. Con Annie Hall, Interiores, Manhattan y Zelig da un salto brutal en todos los aspectos y se configuran para la crítica como obras mayores, pero sobre todo, ponen de manifiesto definitivamente el talento y los recursos del genio de Allen. No son para mi sus mejores películas, pero sí piezas cronologicamente angulares en su carrera y que lo encumbra indiscutiblemente, si bien todas albergan una serie de mecanismos y servidumbres que, a veces, lastran su cine, pero que al mismo tiempo lo hacen personalísimo. Yo, curiosamente, de las citadas me quedo con Interiores, dando una lección al maestro sueco.

    Y es justo aquí cuando para mi Allen hace dos de sus primeras obras maestras, Broadway Danny Rose, película sin par, diferente, única y sencillamente maravillosa, que gustará a no tantos pero que es para mi espcialísima, y La rosa púrpura del Cairo, sencillamente una de las mejores películas de la historia del cine. Le siguen dos películas magníficas y llenas de talento, pero inferiores a los anteriores, para después rodar una película divertidísima como Días de radio.

    Es a partir de ahí cuando dejo de seguir como quisiera al autor, no por desgana y sí por otros motivos distintos. Creo sinceramente que estamos ante uno de los cineastas más importantes de la historia del cine, de singularidad e inteligencia sin par, y que nos ha dejado algunas obras excepcionales, destacando de las últimas películas como Delitos y faltas, magistral, Melinda Melinda, obra maestra, Match Point, prodigiosa perfección. Tengo tantas por ver que… No me equivoco si digo que estamos ante un genio comparable a los grandes y su cine es único.

    • elcriticoabulico 9 agosto, 2013 a 16:21 #

      Yo sí me he recorrido su trayectoria por entero y, aunque obviamente hay obras menores, mayores y medianas (como en todas las filmografías), no me tiembla el pulso para incluir a Allen como sucesor de grandes cómicos serios como Lubitsch o Wilder (a quien también se le acusó de experimentar una profunda decadencia más o menos a partir de Irma la dulce, ya me dirás). Posee la misma clarividencia a la hora de abordar las complejidades humanas desde una perspectiva innegablemente original y propia.

  4. ALTAICAaltaica 9 agosto, 2013 a 17:49 #

    Ya puestos, podrías hacerme un ramillete de películas a modo de preferencia, sin que por ello suponga dejar otras de lado.

    • elcriticoabulico 9 agosto, 2013 a 20:28 #

      Como me hice el tour de Woody Allen hace ya unos cuantos años, hablaré de memoria (que como sabes es una posición muy inestable y frágil). Mi favorita entonces era ‘Manhattan’ (que el mismo director repudiaba), seguida de ‘Annie Hall’ y ‘Desmontando a Harry’, una película que no suele encontrarse entre sus mejores pero que me encantó. Sigue la línea de autorretrato felliniano de ‘Recuerdos’ (uno de sus filmes más repudiados y que a mí consiguió convencerme) y, en parte, esa revisión del pasado en plan ‘Fresas salvajes’ que también se aprecia en esta ‘Annie Hall’. ‘Dias de radio’, que citas por ahí, se acerca mucho a este frágil e improvisado podio.
      Aunque más ligeras, siempre he encontrado tremendamente divertidas a ‘Misterioso asesinato en Manhattan’ y ‘Poderosa Afrodita’. Creo que son las que pondría a un neófito en caso de que quisiera explorar a Allen. También me eché una buena ración de risas con ‘La última noche de Boris Grushenko’, mi favorita de entre su primera etapa (que a grandes rasgos considero entretenida), y ‘Zelig’, que mencionas por ahí. Menores pero simpáticas son ‘Granujas de medio pelo’, ‘Un final Made in Hollywood’ y ‘El escorpión de Jade’. En esta línea de comedia, me sorprende lo desapercibida que pasó ‘Si la cosa funciona’. Quizás es que la vi en un momento personal muy propicio y conecté de maravilla, además de que estaba disfrutando (¿o padeciendo?) la misantropía de Larry David en la cáustica ‘Curb your Enthusiasm’…
      Tengo más problemas para rememorar sus dramas. Valga que he averiguado que en su día otorgué buena puntuación en IMDB (8/10) a ‘Otra mujer’, ‘Acordes y desacuerdos’, ‘Hanna y sus hermanas’ y ‘Delitos y faltas’, si bien me asaltan sensaciones ambiguas con estas dos últimas (por entonces me dejaba llevar mucho por las consideraciones generales sobre ellas, bien valoradas por la crítica). Posiblemente ahora estaría con mejores capacidades (o no) para comprender y disfrutar en plenitud todo su capítulo dramático. En manos de Allen, Dianne West ofrece grandísimos trabajos como actriz.
      De entre sus últimas obras, ‘Medianoche en París’ me pareció más que adorable, aunque tampoco tan magistral como se llegó a decir por ahí. Me recordó mucho a ‘La rosa púrpura de El Cairo’, y aquella me parece mejor.
      No aguanto ‘vicky, Cristina, Barcelona’ ni ‘Interiores’, una burdísima y aburridísima imitación de Bergman. Ésta tengo que revisarla, no obstante. No guardo buen recuerdo de ‘Los Usa en zona rusa’, muy envejecida, ni de ‘Todo lo demás’, aparte de las breves pero aún hilarantes apariciones del propio Allen en este caso. No me acuerdo de nada de ‘Celebrity’.

  5. Sergio 9 agosto, 2013 a 22:40 #

    Hay tantos gags divertidos en «Annie Hall» con los que me sigo partiendo que no sabría por dónde empezar acordándome de ellos. Tampoco sabría por dónde empezar hablando de Woody. Mis favoritas son «Hannah y sus hermanas», «Manhattan», «Zelig» y «Desmontando a Harry», desde ésta última que cita me han gustado bastantes pelis suyas, pero ninguna me ha conmocionado a un nivel parecido a éstas. «Medianoche en París» me gusta mucho, «A Roma con amor» me parece horrorosa. «Hannah y sus hermanas» yo no la vería estrictamente como un drama, tiene un poco de todo. Vamos, junto a «Manhattan» yo diría que son casi las películas de mi vida, no las mejores de la historia del cine, sino las que más me alegran y me emocionan.

    Saludos

    • elcriticoabulico 10 agosto, 2013 a 14:33 #

      Descubrí a Woody Allen con la veintena… y conseguí encontrar un torrente de películas con las que identificarse, con las que gozar e incluso con las que soñar desde un terreno reconocible, real, y al mismo tiempo divertidísimo, profundo y complejo. Como en la vida, las películas de Allen ni son de humor puro, ni son del todo drama. Alguna vez oí que sus cintas más trágicas, como Interiores, pueden ser tan solo fruto del encadenamiento de absurdos que con otro tono hubieran podido ser una comedia (o con que las hubiera protagonizado el mismo Allen), mientras que sus comedias camuflan entre sus chistes y ocurrencias un sinfín de relecturas y un nivel de seriedad y trascendencia de una densidad admirable.
      No es un tipo con una técnica visual sobresaliente, y tiene sus altibajos inevitables, sus autocitas y sus redundancias, pero sin duda es uno de mis cineastas de cabecera.

  6. ALTAICAaltaica 10 agosto, 2013 a 00:49 #

    Magnífico comentario. Creo que es un autor a revisar como bien dices en función de muchos aspectos personales, que como ya comentamos días atrás, la edad nos hace diferentes, no entre nosotros, y sí entre nosotros mismos.

    Lo que sí percibe uno es una extraña sensación global, es decir, con el paso del tiempo sus obras se fusionan o copulan para hacerse difíciles de perfilar, mezclándose todas en la memoria a modo de collage extraño y fascinante, por más que algunas sean bastante dispares en concepto y planteamiento. Será el sello personal que el autor imprime a una obra global única. También puede ser que mi única neurona esté dando ya síntomas de agotamiento.

    Por último decir que en cualquier pequeña comedia de Allen hay más talento que en la obra cumbre del sueco. Ya sé, no lo soporto, pero es que así pienso. Lamento mi impudicia e ignorancia. En todo caso coincidimos en catalogarlo, me refiero a Allen, como una pieza angular del cine en general.

    • elcriticoabulico 10 agosto, 2013 a 14:38 #

      Muchas veces, sus películas son ligeras variaciones y diferentes puntos de vista, desde ópticas diversas, sobre un conjunto de temas similares. De ahí que sus detractores le acusen de repetirse en cuanto a lo que relaciones de pareja se refiere. Su obra es, en definitiva, un todo coherente y caleidoscópico.
      Respecto a Bergman, he de decir que últimamente nos llevamos cada vez mejor. A lo mejor tan solo se trata de una buena racha.

  7. plared 10 agosto, 2013 a 04:05 #

    Interiores toda una propuesta sumamente aceptable para los que cono yo, no consiguen dormir en circunstancias normales. Una burda imitación, que no homenaje, del cineasta sueco sin el talento de este.

    Zellig…la almohada por favor y que sea cómoda. Las demás pues un personaje patético riéndose de si mismo. En fin, En toma el dinero y corre o la ultima noche de Boris….Pues me resulta gracioso, ya que se ríe verdaderamente de si mismo y no se lo toma en serio.

    Luego ese mismo personaje crece y se hace mas intelectual. Lo repite hasta la saciedad con alguna variante y se dedica hacer gracias que solo entienden minorías. Que se identifican con el y por supuesto recala en Europa donde su cine es mas cotizado que en su país….

    Claro que todo individuo tiene derecho a equivocarse y rueda esa película sencillamente fantástica que es la rosa purpura del cairo. Hay si, sencillamente maravillosa al igual que la divertida misterioso asesinato en mahattan, sumamente graciosa buscando la sonrisa cómplice esta ultima y que recuerda al principio de su carrera.

    De sus ultimas ni hablo, la que rodó en Barcelona para negarle la entrada al país en el futuro. Cuidaros….

    • elcriticoabulico 10 agosto, 2013 a 14:42 #

      Bueno, tiene un esquema bien definido: contextos de clase media alta, abundancia de referencias culturales, unas claves temáticas bien definidas,… Aunque a mí me entusiasma, puedo entender que no cale en todo el mundo. Al fin y al cabo, ante un cine tan personal, como dice Altaica, la reacción de adhesión o rechazo que se genera es un asunto igual de privado.

  8. ALTAICAaltaica 10 agosto, 2013 a 11:16 #

    Coincidimos Plared en La rosa púrpura, que es una obra para mi antológica. Una pequeña joya de exquisitez extraordinaria.

    Por lo demás has destrozado al pequeño Allen. Evidentemente que estamos analizando a un cineasta tan personal y único que su especialidad puede maravillar o producir hastío y sopor como en tu caso.

    Al menos tendrás que reconocer que en Match Point hace un ejercicio muy alejado de sus reflexiones irónicas y cómicas, y nos deja una obra de precisión absoluta. Una obra perfecta en su desarrollo y ejecución. No te voy a pedir que opines como yo de películas como Broadway Danny Rose, que adoro pero que entiendo no guste a todo el mundo (sería una película, por cierto, muy tuya pues es un pequeño cuento de maravillosos perdedores, híbridos entre frikies y caprianos), pero al menos sí coincidirás en que la primera rodada en Inglaterra es de cirujano.

    Y en Melinda y Melinda nos deja un retrato abrumador e inteligentísimo sobre la condición humana, con escenas de una superioridad de análisis de fondo apabullantes. Por cierto no pensaba que te gustara tanto el sueco y no habla de Forajidos, pero me temo que estás cambiando algo de criterio, pues alguna vez te leí escribir que los sesudos del Norte no eran mucho de tu agrado y, obviamente, no me refiero a Troell o el viejo y primigenio Sjöström. Cuando el otro día veía Saraband no podía por más que sentir una mezcla entre vergüenza ajena y risa. Por ejemplo una de las última comedias más sencillas de Allen, Scoop, me parece obviamente menor, pero mayor que la mayoría de las comedias que se han estrenado en la última década. Con eso creo que está todo dicho. Pero sí, puedo llegar a comprender que Woody en su especialidad y particularidad no te guste y te cargue demasiado. Por cierto, ¿para cuando algo tuyo? Yo ya te llevo esperando demasiado y no soy yo solo, así que haz un hueco y regálanos algo de forma inmediata, a ser posible que no sea del sueco.

    • elcriticoabulico 10 agosto, 2013 a 14:45 #

      Plared se hace de rogar. Será la canícula, que difumina su productividad…

  9. plared 12 agosto, 2013 a 01:35 #

    Y es verdad que no lo son. Simplemente que Bergman tenia talento. Te guste o no es algo que esta fuera de toda duda. Y alguna peliculas suyas como el séptimo sello me parecen magnificas o el manantial de la doncella, terriblemente hermosa. Pero en general si me aburre el cine sueco o del norte……. Pero reconozco que talento si tiene

    En cuanto al director del que hablamos, pues también tiene talento. Simplemente que lo ha usado de mala manera, desperdiciado en convertirse en paradigma de un publico al que se dirige. Se creyó su papel y ahí se acabo todo. Vamos es mi opinion…. Y mira ya he publicado. Cuidaros

    Pd la de Match point no estaba mal…es cierto eso, pero como….En fin siendo sincero…Me cae mal el tipo y contra eso poco se puede hacer

    • elcriticoabulico 12 agosto, 2013 a 11:55 #

      Una vez que se entra en el terreno de la animadversión personal, es difícil cambiar de opinión… Todos tenemos algún caso (el mío creo que es Godard).

  10. ALTAICA 12 agosto, 2013 a 13:33 #

    A bote pronto serían Tarantino y Almodóvar, pero si hacen algo realmente excelente no tengo el más mínimo pudor en reconocerlo, faltaría más. De hecho me parece una obra maestra Fanny y Alexander.

    • elcriticoabulico 12 agosto, 2013 a 13:39 #

      Hombre, uno parte con cierta predisposición, pero también reconoce cuándo consiguen cerrarle la bocaza…

  11. uraniaenberlin 14 agosto, 2013 a 21:47 #

    Bueno, tengo que decir que Woody Allen, parafraseando a un agudo radiofonista de antaño, siempre me ha parecido como mucho un judío chistoso, con esta salvedad de Annie Hall que me parece la más imaginativa y cómica de todas. Gracia me ha hecho Allen la justa. Pero al contrario que Plared Annie Hall me parece la mejor y más redonda obra del gafotas…para nada un tostón. Allen tiene lo mejor en sus obras intermedias…Manhattan…La Rosa Púrpura..la propia Annie Hall..no más, en mi opinión. Después es pura reiteración y los mismos esquemas de películas anteriores, rebuscado…los mismos tics…su permanente coñazo con el psicoanálisis, sus filias y fobias…Su pretendida genialidad me parece más un ejercicio de modernismo cursi..En cualquier caso…felicitaciones por esta gran, gran crítica

    • Triste Sina 14 agosto, 2013 a 22:51 #

      ¿Podrías articular mejor lo del judío gracioso? Perdona que me ponga esdrújulo, pero es que viniendo de alguien tan filo-germánico, como mínimo pone la carne de gallínica (sobretodo porque no parece venir al caso)… las opiniones cinematográficas, esas no las discutimos. PS Pretendida genialidad: ¿cómo se pretende ser genio? yo no creo que Woody lo sea pero siempre pensé que el genio era una cualidad que debía ser reconocida por los otros.

      • uraniaenberlin 15 agosto, 2013 a 18:02 #

        Como decían en mi pueblo…las quejas al maestro armero. La frase de «judío chistoso» no es mía, sino de Fernando Poblet un señor que era infinitamente más ingenioso que Woody Allen y hacía radio de verdad en los ochenta. Explícame tú a qué viene lo de la carne de «gallinica» y qué relación guarda con ser filo……¿qué?

    • elcriticoabulico 15 agosto, 2013 a 14:02 #

      Gracias por tus palabras, Urania. Tengo a Allen como algo más que un judío chistoso. En mi opinión, sabe desnudar los mecanismos de la vida (absurdos, mezquinos, luminosos a veces) y las emociones humanas, sobre todo las románticas, con un rigor que pocos han alcanzado. Recurre a muchos tics y vuelve sobre temas similares pero… ¿acaso cada relación amorosa no es única? Y ojo, que cuando se pone en plan «judío chistoso», como dices, también me gusta. Un saludo.

  12. plared 15 agosto, 2013 a 03:06 #

    Almodovar siempre me pareció otro iluminado. En fin, su cine también me aburre, aunque he de reconocer que su ultima película…La piel que habit,o, me pareció que siguiendo esquemas clásicos, apunta cierto grado de modernez y delirio francamente agradables. Vamos que me gusto esa pelicula

    • elcriticoabulico 15 agosto, 2013 a 14:04 #

      Pues fíjate que no la he visto. No tengo demasiado en contra suya, no soy un detractor radical. Tan solo sucede que me suelen despertar poco interés sus proyectos y me cuesta esfuerzo animarme a verlos…

    • uraniaenberlin 15 agosto, 2013 a 18:06 #

      Bueno, aquí estoy contigo. He visto media docena de películas de Almodóvar y sinceramente, las que iba de trascendente me hacían gracia y las que iba de pretendido gracioso me daban grima. No he visto su último cine…pero dudo mucho que cambiase mi opinión.

      • elcriticoabulico 15 agosto, 2013 a 18:32 #

        A vista de Los amantes pasajeros, tampoco parece que haya habido una evolución demasiado pronunciada en sus últimos años. Una vuelta al Fassbinder castizo.

  13. ALTAICAaltaica 15 agosto, 2013 a 19:08 #

    Abúlico me contengo en general, por no afear este blog.

    • elcriticoabulico 15 agosto, 2013 a 19:35 #

      Aquí hay barra libre, Altaica. Pero eso sí, que la pelea sea limpia. Sin mentar madres, sin puntapiés, pellizcos, mordiscos o golpes en los genitales. Ante todo, caballerosidad.

  14. ALTAICAaltaica 15 agosto, 2013 a 23:33 #

    Para las estanterías de la historia del cine de todos los tiempos.

    http://www.dalealplay.com/informaciondecontenido.php?con=437268

  15. Chris 8 enero, 2019 a 18:35 #

    El amigo Woody critica y se ríe de todo lo que encuentra a su paso, ya sea de la política, la religión, la psicología, la filosofía, el sexo, la cultura, las modas, la muerte, el antisemitismo, la televisión, las drogas o la vida de la clase alta, cáusticamente, sin pudor y sin preocuparse de si ofende a alguien (se nombra a Freud, Dylan, Eisenhower, Kennedy, Marx, Oswald, Sylvia Plath…); de paso compara duramente el estilo apagado y sucio de la costa Este (New York) con la perversidad e hipocresía de la Oeste (Los Ángeles) y le rinde un sincero homenaje al cine y los directores que adora, como Bergman, Fellini o Buñuel.
    «Annie Hall» se erige así como un compendio de todo lo que piensa el cómico, de cómo ve las cosas, siendo su personaje Alvy un reflejo de él mismo, su álter ego en la ficción. Es envidiable el estilo tan elaborado que despliega el director, avanzando como cineasta, confirmando que no sólo tiene capacidad para la comedia surrealista. Por primera vez colabora con el experimentado director de fotografía Gordon Willis, que hace un trabajo maravilloso, como también demuestra Ralph Rosenblum en su tarea de montaje. Al otro lado tenemos a unos actores demostrando gran talento, como Carol Kane, Janet Margolin (que aparecía en «Toma el Dinero y Corre»), Donald Symington, Colleen Dewhurst, Johnny Haymer, el inseparable compañero de Allen, Tony Roberts, y por supuesto esa inmensa Diane Keaton.

    Pero mención aparte merecen la gran cantidad de personajes que desfilan por la pantalla, actores que serían la mar de conocidos para todo el público como Christopher Walken, Jeff Goldblum, Shelley Duvall, una Sigourney Weaver que aparecería (lejos, muy lejos) en uno de los últimos planos de la película, y personalidades como Paul Simon (sí, el de Simon & Garfunkel), el cómico Dick Cavett o el mismísimo filósofo e intelectual Marshall McLuhan, que aparece en la mítica escena de la cola del cine (Allen quería tener a Fellini en ese momento, pero no pudo ser).
    Hoy por hoy, esta es una de esas obras inmortales del 7.º arte que resisten el paso del tiempo sin problemas, una comedia que cambió el mundo de la comedia, que lo llevó a otros niveles y que supuso una gran influencia para muchísimos cineastas que bebieron de ella. Y además fue la que marcaría un antes y un después en la carrera del noyorkino, que vería en ella la base para elaborar todos sus films que iría haciendo a partir de entonces. Porque admitámoslo, todos ellos («Manhattan», «Días de Radio», «Hannah y sus Hermanas», «Maridos y Mujeres»…) parten del universo creado en «Annie Hall», sobre todo por estar desarrollados en esa gran ciudad que es sinónimo del cine de Woody Allen: New York.

    Hay un buen puñado de frases memorables en la película, pero de todas ellas yo me quedo con una que para mí ha tenido especial significado: «uno siempre está intentando que las cosas salgas perfectas en el arte porque conseguirlo en la vida es realmente difícil». Y un consejo, mejor verla en versión original.

    • elcriticoabulico 9 enero, 2019 a 15:02 #

      Es una obra cumbre, y no solo del cine. Es arte mayor y tratado filosófico. De hecho, siempre he creído que Allen siempre ha hecho sus mejores indagaciones existencialistas desde la comedia. Para él es un bisturí más agudo, por mucho prestigio que puedan tener sus dramones bergmanianos o demás.

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