El fantasma y la señora Muir

2 Mar

“Un director de cine es un lector de las normas de tráfico. Un buen director de cine es un buen interpretador de un guión bueno. Y un gran director de cine es el que sabe ofrecer una visión distinta del mundo.”

Bette Davies

 

 

El fantasma y la señora Muir

 

El fantasma y la señora Muir

Año: 1947.

Director: Joseph L. Mankiewicz.

Reparto: Gene Tierney, Rex Harrison, George Sanders, Edna Best, Natalie Wood.

Tráiler

 

 

              Según los expertos en la materia, El fantasma y la señora Muir pertenece a la etapa de aprendizaje y depuración como director y guionista de Joseph L. Mankiewicz. Casi nada.

              El fantasma y la señora Muir es una película mutante, en permanente evolución: del drama de sociedad a la comedia de terror, del romance con tintes fantásticos, al melodrama amoroso. Fases en el fondo bien diferenciadas y a la vez en sucesión casi imperceptible, guiadas por la versátil mano de maestro de Mankiewicz y el cautivador rostro de Gene Tierney, quizás la actriz más magnética del Hollywood clásico y puede que, sin embargo, no de las más recordadas –contar con un sólido aparato publicitario siempre es importante-.

Tierney encarna aquí a la señora Muir del título (señorita en el original angloparlante, más atrevido dada su condición de viuda), uno de esos personajes femeninos rotundos y complejos característicos del cine de Mankiewicz; en este caso una mujer recién enlutada por el fallecimiento de su marido y que decide plantar cara a la vida y a las atenazadoras convenciones sociales del Reino Unido del cambio de siglo labrándose su propia independencia y la de su hija (jovencísima Natalie Wood) en una apartada casa de la costa británica.

Una casa que, como adelanta el epígrafe, se encuentra encantada por el atronador fantasma de un marino fallecido en risibles circunstancias (imponente Rex Harrison). Un espíritu que bien podría ser en un principio la representación simbólica de las persistentes barreras que se oponen a la trasgresión llevada a cabo por la señora Muir y, una vez doblegadas a fuerza de valor y testarudez, la posterior imagen del coraje de la nueva dueña de la mansión (y dueña también de su propia existencia); aunque en este último caso sería cuanto menos curioso que el imprescindible apoyo para la emancipación de la heroína provenga de todo un señor barbado y más bien antiguo.

En cualquier caso, el peculiar encuentro entre la desenvuelta dama y el asilvestrado espectro da para unas cuantas situaciones jocosas, paulatinamente sustituidas por la progresiva tensión sexual de un idilio que no por deseado, y a pesar de toda la magia del cine (que no es poca, en este caso), no es menos imposible.

              Porque a pesar de su formato inicial, situado entre la comedia costumbrista y la fantástica –una mezcla extraña que, aun así, siempre resulta natural-, los denominadores comunes del relato son la falsedad de la apariencia y la decepción.

Por un lado, la falsedad de la apariencia como síntoma y consecuencia de un mundo prejuicioso, cuya mentalidad esclerótica es incapaz de vislumbrar qué se esconde más allá de una carcasa, ya sea bueno o sea malo. Una premisa esta que, como veremos, se extiende al concepto y desarrollo mismo de la película.

Por el otro, la decepción producto de un matrimonio insípido y desapasionado, engañoso producto de la cultura del cuento de hadas; la decepción por la instrumentalización de las ilusiones ajenas y las mentiras de un amor reducido a la ansiedad de la pulsión carnal; la decepción derivada de la aparente imposibilidad de la realización romántica, equiparada a un hecho fantasioso.

              Mankiewicz, cuidadoso hasta el extremo en los detalles del guion y en la puesta en escena, apoyándose a su vez en el aromático aderezo de la banda sonora de Bernard Herrmann y el blanco y negro de Charles Lang, impregna con delicadeza el halo de poesía irreal inherente al relato en una película que, de tal manera, queda envuelta en una lírica arrebatada y vivaz durante su juventud, y cada vez más melancólica y resignada según avanza el metraje y la edad y experiencia de la protagonista.

              Una sofisticación y pulcritud que no hacen sino reforzar el carácter malicioso, amargo y romántico de un filme de apariencia sencilla e ingenua –como decíamos, las falsas apariencias como factor esencial de la obra-, pero que de ningún modo lo es.

 

Nota IMDB: 7,8.

Nota FilmAffinity: 7,8.

Nota del blog: 8.

14 respuestas to “El fantasma y la señora Muir”

  1. Dessjuest 3 marzo, 2013 a 22:46 #

    A mí me gustó mucho esta, en realidad creo que toda peli en la que salga la niña esta, Gene Tierney, me gustaría, qué cosa más bonita de mujer, curiosamente cuando vi la peli no reparé en qué actriz hacía de la hija.

    Por lo demás sacas mucho más de las pelis de lo que cualquier mortal sacaría, yo recuerdo que me gustó y mucho, pero vaya, que poco más podría decir de ella.

    Abrazos.

    • elcriticoabulico 4 marzo, 2013 a 15:34 #

      Gene Tierney es fantástica, menos mitificada que otras estrellas de la época pero igual o más magnética, como digo por ahí. Siempre es un placer verla.
      En cuanto a lo de sacarle historias a las películas, hay que reconocer que a la hora de interpretar mucho es especulación personal pura y dura, y puede que en realidad ni se acerque a la realidad. Pero oye, por intentar ver si hay algo más allá que no quede.

  2. plared 10 marzo, 2013 a 21:58 #

    Genial Rex Harrison en quizás el mejor fantasma mordaz de la historia del cine. Comedia romántica absolutamente deliciosa y una de esas pequeñas peliculas que te llegan. Dentro de su limitaciones de lo mejor de un director que solía brillar en la dirección de actores, en especial cuando eran mujeres y de carácter fuerte.

    Genial también Gene Tierney, consiguiendo con su aspecto cari angelical y a la vez intreprida y poco convencional, conjuntar una pareja imposible que se vuelve absolutamente mágica. Química llaman a eso y un final, digamos que te hace asomar esas lagrimillas de satisfacción.. Gran película sin duda

    • Dessjuest 10 marzo, 2013 a 23:31 #

      Yo, que no la conocía, tengo a esta Gene como la actriz más guapa que he visto jamás, y mira que las ha habido, me parece que fue eso, preciosa, una belleza serena, nada espectacular, es cuestión de gustos claro, pero a mí ya te digo maestro, me parece una mujer que se salía de lo preciosa que era, y encima no me disgusta como actuaba, para nada.

      • elcriticoabulico 11 marzo, 2013 a 18:23 #

        Decir que es la más guapa que he visto jamás traicionaría mi devoción por la Bellucci, diosa entre las diosas, pero sí, desde luego podemos decir que si no es la más guapa de las actrices del Hollywood clásico, por ahí andará. Posee un tipo de belleza clásica, sin estridencias, que aguanta perfectamente el paso de los años, cosa que no es fácil. A otras estrellas y sex-symbols de décadas pasadas no les ha ido tan bien la cosa.

        • Dessjuest 11 marzo, 2013 a 19:31 #

          Bueno, yo las conozco más sexis, la Bellucci por ejemplo, Charlize Theron, para mí toda una bomba y que si me lo pide por favor y no tengo otra cosa que hacer sería capaz de liarme con ella.. pero es otro tipo de belleza, más racial no sé, esta es de las que admiras.

    • elcriticoabulico 11 marzo, 2013 a 18:18 #

      Desde luego, es muy agradable de ver. Una buena combinación de delicadeza, emoción, romanticismo y diversión.

  3. ALTAICAaltaica 17 marzo, 2013 a 20:58 #

    Hay películas, muy pocas, que tienen una habilidad especial para pasar de lo humano a ese espacio indefinible y etéreo llamado milagro. Y creo sinceramente que esta pequeña y humilde obra maestra del cine deambula sistemáticamente en el milagro.

    Y no es en sí la historia, ni los personajes, ni la ejecución, ni su lirismo, ni tan siquiera su micromundo, es su atmósfera, lo indefinido de su aire, la extraña sensación que tiene uno al verla de que el tiempo se ha parado, de que su historia es un pequeño y tierno paseo por las nubes.

    De lo menor, de la pequeña historia, de esa casa, de sus únicos habitantes, pasamos a levitar y aislarnos del mundo cuando nos adentramos en ella. Una película única, unicorniana que tan solo el paso del tiempo va perfilándola como una joya especial e intransferible. Amigo Abúlico, cuando pasen los años y la memoria te la traiga a la mente, siempre, estoy seguro, siempre dirás ¡que pequeño milagro! Un fortísimo abrazo y gracias por opinar sobre este cine. Gracias sinceras.

    • elcriticoabulico 18 marzo, 2013 a 00:37 #

      Precioso comentario. Gracias a ti por sugerirme descubrir películas brillantes, el placer es mío.

    • Dessjuest 19 marzo, 2013 a 23:36 #

      Yo también me sumo al agradecimiento de Abúlico porque ví esta peli gracias a la recomendación de Altaica, la verdad es que desde que os conozco estoy viendo pelis grandiosas 😀

      • elcriticoabulico 20 marzo, 2013 a 03:12 #

        Una de las mejores cosas que tiene el invento este de los blogs es que sirven para ampliar horizontes una barbaridad.

  4. ALTAICAaltaica 22 marzo, 2013 a 03:12 #

    Agradecido yo por vuestros comentarios. Y ya que estamos de reconocimientos decir que yo, que vi mucho cine en el pasado, hoy con blog como éste es donde puedo bucear algo en el presente. Un abrazo a ambos.

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