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Horizontes de grandeza

28 Sep

“He dirigido más de cuarenta westerns. Aún solía quedarme despierto por las noches pensando en nuevas maneras de subir y bajar del caballo.”

William Wyler

 

 

Horizontes de grandeza

 

Año: 1958.

Director: William Wyler.

Reparto: Gregory Peck, Jean Simmons, Carrol Baker, Charlton Heston, Charles Bickford, Burl Ives, Chuck Connors, Alfonso Bedoya.

Tráiler

 

 

            En unos tiempos en los que el western experimentaba, renovándose, con diversos matices y variantes temáticas que lo convertían en un cine que no ya solo se recreaba la epopeya de la fundación de la nación estadounidense, sino que se erigía como campo de batalla de sentimientos y pasiones universales, William Wyler, uno de los artesanos clásicos de Hollywood, habitual retratista del comportamiento humano, proponía con Horizontes de grandeza el eterno choque cultural entre el civilizado forastero venido del Este, James McKay (Gregory Peck), marino en tierra hostil, y el salvaje Oeste, terreno aún creciente en la anomia, bien bajo pactos tácitos entre caballeros, bien sometido a la ley del más fuerte.

            Un recién llegado a unas áridas praderas en las que soplan vientos del noir: un mundo poblado por personajes de dos caras y medias verdades, en las que el mal llamado sentido del honor y del deber sirven de disfraz para las ambiciones de una moral decrépita en un territorio tan extenso que no es sino una cárcel igual de infranqueable y opresiva que las masificadas junglas de asfalto y cemento.

            Horizontes de grandeza es, por tanto, la lucha de un hombre, solo ante el peligro, por conservar la razón y la dignidad en un entorno feroz, de disputas territoriales entre dos despiadados caciques que juegan cada uno con sus propios medios, a su manera. Será una batalla externa, frente a unas gentes que parecen perder su humanidad con cada acción, incluida la mujer a la que ama, la única razón que justifica y debería justificar su presencia en el lugar; al mismo tiempo que interior, en la que para alzarse con la victoria McKay no puede traicionarse a sí mismo; lo que no significa el poder emplear las armas que con tan vacuo engreimiento proponen sus contendientes.

            Con el apoyo de un reparto maravilloso, con un Gregory Peck que pese a su limitaciones sabe hacer bueno un papel a su medida, perfectamente acompañado por unos secundarios entre los que Charlton Heston rebaja su nivel de estrella para lucirse a base de miradas rencorosas y de agresividad latente como visceral contrincante del mesurado McKay, Wyler impone una factura visual impecable, donde los hombres son reducidos a meros figurines atrapados en la inmensidad de un país inabarcable, y un firme pulso narrativo que hace que no sobre ni uno solo de los 160 minutos de metraje, sin rendirse a facilidades para ganarse a la platea como conceder mayor peso a heroicidades gratuitas o a una historia de amor que no podría haber sido en modo alguno tan redonda como el resto del filme de no ser por la sutileza con la que se trata, sino que mantiene un crescendo en la turbiedad de este soleado western donde casi nada es lo que pretende aparentar, removiendo unas obsesiones y sentimientos disimulados que solo no pueden conducir a la explosión final de un mundo que o se rehace desde la razón o termina fagocitándose a sí mismo.

Excelente película.

 

Nota IMDB: 7,8.

Nota FilmAffinity: 7,9.

Nota del blog: 9.

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